50 Años del histórico Marplatazo, el 14 de junio de 1972

Paro Activo en Mar del Plata, resuelto por el Plenario de la CGT, con acatamiento unánime.

Fue un paro político, por la libertad de los presos políticos y sindicales, que enfrentó la represión de la dictadura que estaba en retirada pero que seguía reprimiendo duramente. La ciudad fue cercada militarmente. Tomó control de la Ciudad con el 10° Regimiento de caballería blindada y otras fuerzas para impedir que las movilizaciones lleguen al centro de la Ciudad.

Fue una jornada de movilizaciones y enfrentamientos buscando llegar al monumento a San Martín desde varios puntos de la ciudad, desde el Puerto las trabajadoras de la industria del pescado, desde la facultad de Ingeniería, desde el sindicato de Luz y Fuerza y desde varios puntos de encuentro. La represión lograba dispersar y controlar algunos sectores pero había una voluntad de volver una y otra vez a reagruparse, de retomar la movilización, de llegar al centro, así todo el día, en medio de un contundente paro general. En la sede del sindicato de Molineros en Chile y Luro, (uno de los puntos de reencuentro), ya cuando caía la tarde iban sumándose sectores para debatir cómo seguir, evaluando si tomar el edificio de la Universidad próximo a la Avenida Libertad, a unas pocas cuadras de ahí, pero llegaban informes de que los uniformados estaban en los alrededores para emboscar… se compartía información sobre detenidos y heridos y cómo organizar el reclamos por su libertad.

Era el punto más alto de las importantes movilizaciones, durante todo el verano, como nunca se habían conocido en la Ciudad. Se multiplicaron en repudio al asesinato de Silvia Filler el 6 de diciembre de 1971, en una Asamblea en la Facultad de Arquitectura, por parte de la CNU, la Concentración Nacional Universitaria que ingresó a los tiros hiriendo a otros estudiantes. Miles de manifestantes recorrieron las calles de Mar del Plata el día del velorio con gran apoyo popular.

Hubo una gran participación de la juventud, que crecía en su politización, y de los trabajadores, miles se sumaron a la militancia activa en ese proceso extraordinario. Se puso en pie una Coordinadora obrero estudiantil, integrada por los delegados del movimiento estudiantil y por 28 gremios combativos. Dirigentes sindicales participan de las asambleas estudiantiles así como activistas estudiantiles eran recibidos en las asambleas sindicales. Se convoca al Acto del 6 de Junio a los 6 meses del asesinato. La represión en ese acto detiene a varios jóvenes, entre ellos a testigos del asesinato de Silvia Filler

La Coordinadora apoyada en masivas asambleas y movilizaciones reclama que la CGT declare el paro activo. La primera convocatoria al plenario de la CGT para el sábado 10 no alcanza el quorum y se traslada para el día siguiente. Hablará en ese Plenario del domingo, en medio de las provocaciones de la derecha, Ariel Valenti (de la TERS) en representación del movimiento estudiantil, un hecho realmente extraordinario. Ese Plenario decidirá el paro activo para el miércoles 14 exigiendo la libertad de los presos políticos.
Se logra arrancar a los presos del 6 de junio de la cárcel y también a todos los detenidos en el Marplatazo, lo que se vivió como una victoria de la unidad obrero-estudiantil.

En la editorial de La Nación del 27 de junio de 1972 su director Bartolomé Mitre denunciaba: “Córdoba y Tucumán son los ámbitos universitarios que marchaban hasta hoy a la vanguardia por todo lo relativo a politización de los claustros y vinculación directa de los ámbitos estudiantiles con los conflictos obreros y sociales de sus respectivas zonas de influencia. (…) los activistas han obtenido en la ciudad balnearia un triunfo por el cual han bregado infructuosamente hasta el momento sus colegas del resto del país: la adhesión completa de la CGT. No se ha reducido a declaraciones simbólicas. Consistió nada menos que en un ‘paro activo’, al estilo de los de Córdoba. (…) Este tipo de alianza obrero-estudiantil ha sido el ideal largamente acariciado por los grupos universitarios extremistas. (…) En Córdoba, por momentos, pareció que esa ambición habría de concretarse, cuando actuaban con singular intensidad los denominados ‘gremios clasistas y combativos’. Pero los estudiantes debieron conformarse con ‘su’ adhesión a aquellos en las acciones callejeras: la inversa nunca se obtuvo. (…) Imprevistamente, cuando todo parecía indicar el fracaso a escala nacional de esa táctica, se ha obtenido un primer triunfo en Mar del Plata. Hasta dónde continuará a partir de este instante esa conjunción obrero-estudiantil es imprevisible, tanto en aquella ciudad como en el resto del país. Lo único seguro es la gravedad de una alianza semejante si sus objetivos están enderezados solamente – como aparentemente lo están – a una acción tumultuosa y subversiva. Porque también puede ensayarse la siguiente interpretación: vistas las dificultades de algunos dirigentes obreros por embarcar a ‘las bases’ en acciones callejeras, la explotación de problemas universitarios y la mezcla con los bien entrenados activistas estudiantiles puede construir una buena táctica.” (La Nación, 27 de junio de 1972)
Buena síntesis de La Nación balanceando la importancia de aquella jornada de lucha y las implicancias que podría tener.

El clima de agitación, movilización y radicalización que se vivió en Mar del Plata, que se potenció con el cruel atentado del CNU en diciembre y que llevó al Marplatazo, fue parte de los levantamientos populares que arrancan con el Cordobazo de 1969, luego de varias derrotas del movimiento obrero, y que obligaron a la dictadura que pretendía quedarse 20 años en el gobierno, a preparar su retirada. Y fue parte de una creciente intervención popular en el Continente (que llevó al triunfo de Allende en Chile, la Asamblea Popular en Bolivia, la huelga general en Uruguay, etc.) y en el Mundo, (el Mayo Francés, Vietnam, el Norte de África, etc.).
En nuestro país, toda esa enorme voluntad de lucha, de resistencia y organización fue desviada al terreno electoral, pactada entre la dictadura y los principales partidos. La poderosa ilusión en el retorno del peronismo, después de 18 años de proscripción, censura y persecución, fue utilizada para dividir, confundir y desviar la acción de las masas, política que se empieza a quebrar con el propio Gral. Perón en el gobierno. La incapacidad de los partidos, la burocracia sindical y las formas democrático burguesas para contener las luchas y disolver el proceso iniciado con el Cordobazo los lleva a preparar y lanzar a la acción a las formaciones paramilitares como la Triple A.

Esa represión será parte de un plan internacional, el Plan Cóndor, que coordina la represión en todos nuestros países desde EEUU. Su objetivo era terminar con las direcciones sindicales, estudiantiles, culturales, con sus organizaciones políticas, terminar con la vanguardia que se estaba gestando. Sólo sobre esa base podrían montar los planes de entrega y saqueo, de endeudamiento y destrucción de nuestro aparato productivo, de aplastamiento de los salarios y desconocimiento de los derechos conquistados.

La explicación de estos fenómenos de la lucha de clases no se pueden reducir a decir que fue un enfrentamiento entre derechas e izquierdas, entre sectores del peronismo. La represión genocida fue un plan centralizado para aplastar a lo mejor del movimiento obrero, la juventud, los movimientos populares, la cultura, la intelectualidad. Todos los golpes militares que sembraron el Continente tenían ese objetivo. Su preparación se gestó bajo gobiernos de democracia burguesa. La CNU actuó en sociedad con las fuerzas represivas durante la dictadura, luego bajo las formas democráticas y muchos de sus integrantes se sumaron a la represión con el Golpe genocida de 1976. Sectores de la burocracia sindical estaban relacionados con la CNU, muchos de ellos también serán colaboradores de la dictadura. Para preservar el orden capitalista y preservar el lugar que se habían apropiado en los sindicatos.

Es necesario hacer Memoria, Memoria completa de acontecimientos tan importantes de nuestra historia, que nos dejó marcados. Y hacer un balance, de todos los actores, de todas las fuerzas que actuaron y en qué lugar se ubicaban. Rechazamos embellecer o disfrazar a los criminales de aquel entonces y sus cómplices. Debemos extraer la verdad, toda la verdad, para no volver a equivocarnos. No es posible ninguna unidad con los represores, con los explotadores, con los corruptos, con los que vendieron y saquean nuestro país, con los que nos endeudan y con los que nos hacen pagar sus deudas y negociados.

Es necesario conquistar la más completa independencia política y sindical para gestar la unidad de todos los que luchan para transformar nuestra sociedad, lo que no será posible con votos, con más diputados, con constituyentes. Ese objetivo compartíamos los que ganamos las calles en aquellos grandiosos y dolorosos años ´70. Hoy, como siempre, necesitamos recuperar los sindicatos para los trabajadores, los centros de estudiantes, las organizaciones de desocupados, para que no metan mano los empresarios, los gobiernos, los politiqueros. Confiar exclusivamente en nuestra organización y los métodos de lucha, la acción directa de masas, para reconquistar nuestros derechos, y también para pelear por nuestro propio poder político.

Nuestro homenaje a Silvia Filler, y a los cientos de compañeros detenidos desaparecidos, exiliados, presos, de Mar del Plata, que nacieron a la militancia en aquellos años. Nunca abandonemos sus ideales. Nunca olvidemos a nuestros 30.000 compañeros detenidos desaparecidos.

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