¿Defender la democracia?

La opinión miserable de Luis Juez “ningún argentino puede decir que la democracia le cambió la vida”, en el programa de Mirtha Legrand, en el sentido de reivindicar la dictadura más atroz, desató una catarata de respuestas defendiendo este régimen como si fuera un bien supremo que hay que defender a rajatabla.

Lo que todos ocultan es que quienes tienen el poder bajo esta democracia o bajo aquella terrible dictadura son los mismos. La misma clase, más concentrada, más enriquecida, pero la misma clase que ordenó y financió el golpe.

No quieren decir que bajo las formas de la democracia burguesa se arrancaron derechos laborales, se precarizó el trabajo, se redujeron los salarios reales, se despidió masivamente, se privatizó a precio vil las empresas estatales estratégicas, se entregaron los recursos. El crecimiento de la pobreza y la miseria son evidentes, y no retrocede. Evidentemente no es a esto que se refiere Luis Juez.

Los “progres” no quieren decir que entre dictadura y democracia hay una continuidad de la dictadura del capital. Menem completó la tarea que inició la dictadura de reforma del Estado y entrega, y ningún gobierno posterior se animó a dar marcha atrás con esas políticas. Todavía siguen vigentes leyes de la dictadura.

¿Es lo mismo dictadura militar que democracia burguesa? Claro que no es lo mismo. Las formas democráticas obligan a mantener un grado de libertades democráticas que fueron negadas y aplastadas bajo la dictadura. Los asesinatos bajo democracia, de los Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, y tantos otros, los presos, los miles y miles de procesados, la persecución sindical, son muestras de cuánto de la dictadura sigue en pie bajo este régimen, con la Justicia que reivindica y aplica los métodos de la dictadura.

Para los trabajadores en las fábricas la situación no ha cambiado mucho. Despiden a los activistas apenas los detectan. No hay libertad sindical. Cuando hay posibilidad de organizarse y tener delegados y listas propias es porque los trabajadores las imponen por la fuerza.

No se debe confundir las libertades democráticas conquistadas con dura lucha con el régimen político que encubre la dictadura del capital. Con los partidos políticos y politiqueros que pactaron la impunidad con los represores y mantienen en pie las columnas del Estado represor. Si hubo juicios y condenas y condenados, y siguen después de 40 años es exclusivamente por la movilización popular.

El senador Juez reafirmando su reivindicación de la dictadura también se refirió a que había que respetar los fallos de la Corte Suprema diciendo que ni los militares se animaron a desoír una sentencia de la Corte. Juez debería saber que la dictadura removió toda la Corte, al procurador general y a los integrantes de los tribunales superiores de justicia provinciales. La nueva Corte fue designada por la Junta Militar 8 días después del golpe. La Corte sentenciaba lo que quería el poder militar.

¿Somos indiferentes frente a las amenazas de la ultraderecha y si hubiera amenaza de golpe? No. Diríamos que el terreno de enfrentar a la derecha, al imperialismo, al FMI, a la oligarquía, es con los métodos de la clase obrera y apuntando a terminar con la gran propiedad de los medios de producción que es la base material de esa derecha responsable de todos los golpes, los mayores crímenes contra los oprimidos. Nunca por el camino de la conciliación, de los discursos, de aceptar mansamente la mayor derechización del gobierno aplicando todo el programa del FMI.

(nota de MASAS nº426)

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