Bolivia: ¡Burócratas cabrones combaten la marcha por la vida, la estabilidad laboral y la ley corta!

Huarachi, a propósito del miserable incremento salarial pactado con el gobierno, señaló, con el descaro que le caracteriza: «Estamos ratificando una vez más un compromiso de que los trabajadores vamos a garantizar la estabilidad política de nuestro país y Gobierno. Hemos pedido al Presidente que si los obreros garantizamos la estabilidad política, él está en la obligación de garantizar la estabilidad económica”. En otras palabras, que combatirán desde las direcciones sindicales burocratizadas, los conflictos sociales que puedan provenir de los sectores populares y obreros con el manoseado argumento de que son propiciados por la derecha de nuestro país.

Del dicho al hecho por el traidor Huarachi: la total indiferencia y abierto boicot de la COB, CODes, Confederaciones obreras, ante la marcha por la vida protagonizada por algunos trabajadores exigiendo al gobierno que haga respetar las sentencias constitucionales de reincorporación, supuestamente de cumplimiento obligatorio, que lograron después de deambular años por los tenebrosos recovecos de la Justicia, que los empresarios no acatan y que el Gobierno proburgués no hace cumplir. Los burócratas de la Federación de Fabriles de La Paz, llegaron al extremo de hacer aprobar en ampliado una resolución el retiro de apoyo a los marchistas alegando que era un movimiento impulsado por la derecha. La excepción a esta criminal actitud de la burocracia sindical, fueron los sindicatos del magisterio de Cochabamba, La Paz y El Alto que apoyaron materialmente en lo que pudieron a los marchistas.

La brutal masacre blanca en el país, ha echado a la calle a miles de trabajadores. Tomando sólo algunos datos de declaraciones de la Ministra de Trabajo, Verónica Navia, a medios de comunicación: que las desvinculaciones laborales sólo en 2020 llegaron a 130.000, que ese ministerio registró al menos 5.000 despidos de trabajadores en el sector privado alegando motivos de “fuerza mayor”.

¿A dónde van estos miles de extrabajadores despedidos? A la economía informal, refugio para el 80 % de la fuerza laboral desocupada que así se gana el pan del día por cuenta propia en un mar de miseria.

Pero, como el cinismo gubernamental no tiene límites, ahora el gobierno antiobrero del MAS quiere reconceptualizar el llamado trabajo informal, como una “virtud” de la «economía popular» y un logro de la su política de recuperación económica; aunque es la constatación de la precarización del trabajo y del tremendo atraso económico del país.

(POR Bolivia – masas nº2700)

 


La dificultad de la presente coyuntura

LA DEPRESIÓN POLÍTICA DEL MOVIMIENTO OBRERO ES UN OBSTÁCULO PARA GENERALIZAR LA ACCIÓN DIRECTA Y FORJAR PODEROSAS DIRECCIONES SINDICALES INDEPENDIENTES DEL ESTADO Y DE LA PATRONAL

A pesar del agravamiento de la miseria en todos los sectores del país, particularmente en aquellos que dependen de un salario, aunque que sea miserable, las masas persisten en su actitud de renuencia a acciones de movilización contundentes para resolver sus necesidades. Las medidas de acción directa que cada día se producen por todas partes, son rápidamente desmontadas por el gobierno y sus agentes con promesas vagas. El problema está en que las masas no confían en sus propias acciones por la ausencia de direcciones que los representen de manera consecuente; no visualizan una perspectiva de victoria en el futuro inmediato,

La causa de este lamentable estado de los explotados que aún conservan sus fuentes de trabajo es que no han logrado romper el miedo a los despidos y el fantasma del cierre de las empresas, a título de la crisis. Domina en su conciencia una tendencia conservadora de seguir aguantando los rigores de la crisis.

En el sector de la minería, sobre todo en la estatal, se ha convertido en un freno para la movilización, los altos precios de los minerales en el mercado mundial que permite a los mineros mantener sueldos relativamente aceptables con referencia a los otros sectores de asalariados, lo que hace que se mantengan en una actitud pasiva e indiferente frente a la situación de sus hermanos de clase de las ciudades. Tal parece que se contentan con la situación favorable en tanto dure y nada más. De este modo, los dirigentes, burócratas hasta la médula, adoptan una actitud terriblemente oportunista, no dudan en desarrollar una política abiertamente colaboracionista con el gobierno mientras garantice estabilidad en sus fuentes de trabajo.

En este contexto, los despedidos tanto de las empresas fabriles como de las mineras privadas, han quedado entrampados en el legalismo; a pesar de haber ganado batallas legales que han durado hasta más de dos años, los patrones simplemente no las acatan y no les da la gana de reincorporarlos.

Algunos, toman el camino de la acción directa recurriendo a vigilas, ocupación de predios de las empresas cerradas por los patrones y últimamente marchas hacia la sede de gobierno, exigiendo a éste que haga cumplir los fallos legales restituyéndolos en sus fuentes de trabajo; pero no pueden avanzar hasta lograr que sus exigencias sean atendidas porque, nuevamente se desmovilizan cayendo en la trampa de las promesas de las autoridades en sentido de tomarse el tiempo necesario que exigen los trámites judiciales para hacer respetar sus derechos.

Nuevamente la debilidad se muestra porque los sectores activos no atinan a respaldar a sus compañeros en desgracia con movilizaciones contundentes. La burocracia sindical en el colmo de su degeneración, no sólo que no respalda, aunque fuera “moralmente” la marcha que desarrollaron los trabajadores despedidos de Vidrio Lux, LaraBich e IABSA a La Paz, sino que, en el ampliado fabril de La Paz, la condenan con el argumento falaz de que esta marcha estaría impulsada por la derecha.

En los sectores de la clase media, como el magisterio, ocurre exactamente lo mismo, las bases en lugar de luchar por el incremento de sueldos, desvían sus verdaderos objetivos yendo a la captura de más horitas que pueda mejorar, en algo, su difícil situación económica; para lograr este propósito, tienen que someterse a la voluntad despótica de las autoridades con la finalidad de no molestarlas y despertar su ira que se traduzca en represalias que pueden perjudicarles en el propósito de mejorar su situación económica y de trabajo.

En estas condiciones, por mucha furia que sientan contra el gobierno, los maestros desmovilizados están más interesados en resolver sus problemas cotidianos de manera individual reptando detrás de sus directores o de sus distritales. No está en su cabeza la necesidad de movilizarse y resolver colectivamente, a través de la acción directa, sus necesidades inmediatas.

En este momento se realizan las elecciones para delegados al XXVI Congreso Nacional Ordinario del Magisterio Urbano, en medio de desinformación y una gran dispersión de votos que resta posibilidades a la dirección revolucionaria. Incuestionablemente, este estado de ánimo de las bases se va a reflejar en el Congreso y puede permitir mayor espacio de maniobras al oficialismo para volver a capturar el control de la Confederación.

(POR Bolivia – masas nº2700)

 

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