El sometimiento al FMI profundiza la pobreza y la violencia hacia las mujeres

¡Que las Centrales Sindicales Paren!

Pasaron 7 años desde la primera movilización del Ni Una Menos, que fueron masivas y se replicaron en todo el país. El movimiento de mujeres transformó un fenómeno que se mantenía en la privacidad del hogar y se valía de la impunidad judicial en un problema social. El colectivo Ni Una Menos plantea que el Estado  es el principal responsable de las situaciones de violencia que recaen sobre las mujeres.

Este año, nos movilizamos contra el agravamiento de la violencia sobre mujeres, las niñas y niños. La situación general de nuestras condiciones de vida se viene pauperizando en todos los aspectos. La falta de vivienda es un problema nacional, es un límite al intentar terminar una relación violenta, si la condición es quedarte sin vivienda. La desocupación y precarización laboral son problemas que padecemos millones de mujeres, muchas de las madres son el único sostén de familia. La inflación constante desploma la capacidad de compra de los salarios. El Gobierno de Fernández no gobierna para Todos, el reconocimiento de la deuda y el sometimiento a las políticas del FMI implican profundización de la pobreza, que golpea violentamente a las mujeres y al conjunto de los oprimidos.

En este marco, las propuestas de reforma al sistema judicial con “perspectiva de género”, se limitan a señalar solo aspectos punitivos y culturales. Descontextualizan la pobreza estructural que se vive en las grandes barriadas populares. Y sobre todo el carácter de clase que envuelve al aparato judicial, que conserva los intereses de la burguesía como clase social dominante. La Justicia está en vías de descomponerse aún más, esto se refleja en sus vínculos con el narcotráfico y la trata de personas. No es por la vía de la reforma que se van a resolver los casos de violencia hacia las mujeres.

Los índices de femicidios no han sido revertidos, por el contrario, se agudizaron. Pero a esto debemos sumarle los altos índices de desempleos, la falta de vivienda, de jardines maternales, de escuelas, de hospitales. Es clave la unidad del movimiento de mujeres, como parte de la unidad de todo el movimiento obrero y del conjunto de los oprimidos, para hacer frente a la política de ajuste del Gobierno Nacional.

Tenemos que profundizar la confianza en nuestras propias fuerzas, luego de dos años de suspendido el Encuentro de Mujeres es una conquista retomarlo, para debatir un plan de lucha contra el plan económico del FMI. La política divisionista que plantea la realización de dos encuentros es un error político que va a costar muy caro a la unidad que se viene gestando desde hace más de cuarenta años. Llamamos a las organizaciones de mujeres, sindicatos, centros de estudiantes, al Colectivo Ni Una Menos a posicionarse por la unidad de un solo Encuentro.

3j Ni Una Menos: Movilizamos contra la violencia capitalista

 

(nota de MASAS nº415)

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