Bolivia: Pronunciamiento sobre la violencia en el ámbito educativo

Reprudcimos el pronuciamietno de La Federación de Trabajadores de Educación Urbana de Chuquisaca (FTEUCH) – Bolivia

La Federación de Trabajadores de Educación Urbana de Chuquisaca (FTEUCH), frente a la discusión del problema de la violencia en ámbito educativo, emite el siguiente pronunciamiento:

El alarmante incremento de los casos de violencia de todo tipo en la sociedad es consecuencia de la profundización de la crisis capitalista que arrastra a la humanidad a la barbarie, vivimos la precarización de las condiciones de vida de las grandes mayorías del país, que sufren el desempleo, la subida del costo de la canasta familiar, la falta de vivienda y la destrucción de las conquistas laborales de los trabajadores; todo esto constituye el escenario perfecto para el incremento de la violencia, la delincuencia, las adicciones y todo tipo de calamidades propias de un sistema en decadencia, que golpea con más dureza precisamente a los sectores más vulnerables como las mujeres y los niños.

Además, no hay que olvidar que toda sociedad dividida en clases es de hecho una sociedad violenta porque se basa en la imposición de los intereses de la clase dominante a las demás clases sociales, para ello utiliza el Estado, que es el aparato represivo (leyes, ejército, policía) con que la clase dominante mantiene su poder y somete al resto de la población; por este motivo no podemos esperar que sea el Estado burgués el que resuelva el problema de la violencia con la aplicación de medidas coercitivas más duras. La experiencia ha demostrado que esto no resuelve el problema, por el contrario fortifica el aparato represivo del Estado que con el uso de la violencia reaccionaria busca derrotar las luchas y movilizaciones de los trabajadores y el pueblo en defensa de sus derechos.

Tampoco creemos que el problema se pueda reducir a plantear que es un tema de “educación”, pretendiendo transferir la responsabilidad de la proliferación de la violencia a la escuela y a la familia. Este es un problema social que tiene sus raíces estructurales en la base económica de la sociedad que no se pueden combatir simplemente de forma abstracta con discursos líricos, el mismo capitalismo se ha encargado de destruir la familia tradicional al haber sembrado la miseria y obligado a que cada miembro de la familia deba salir a buscarse la vida; rompiendo los vínculos de socialización al interior de esta y creando escenarios donde encontramos a niños y adolescentes abandonados a su suerte o al cuidado de sus hermanos mayores o algún pariente, abonando el terreno para la intensificación de todos los tipos de violencia. Son precisamente estos niños y jóvenes con todos sus problemas los que recibimos en las escuelas y colegios donde lejos de encontrar un ambiente adecuado para su educación se topan con que la educación fiscal y gratuita está siendo destruida por los gobiernos de turno que, con la imposición de una política de recorte presupuestario, les ofrecen aulas en malas condiciones, atestadas de estudiantes, escuelas sin personal administrativo, de servicio y con maestros mal pagados que deben incluso trabajar horas gratuitas.

Como se ve es la clase dominante la que a través de sus gobiernos genera el ambiente propicio para la profundización de todos los tipos de violencia, por lo que nos corresponde a los trabajadores transformar este sistema y reemplazarlo por otro donde se elimine toda forma de opresión y violencia, pero mientras esto no ocurra, debemos luchar por mejorar las condiciones de vida del pueblo empobrecido porque esta es la única forma de combatir efectivamente las causas que potencian la violencia.

Por último, advertimos que el gobierno de forma hipócrita pretende aparecer como el abanderado de la lucha contra la violencia, cuando sabemos que es el principal ejecutor de la violencia organizada desde el estado para defender los intereses de las transnacionales, de los ricos y poderosos en contra de los trabajadores y el pueblo en general, todavía tenemos fresca en la memoria las brutales represiones contra la última movilización del magisterio. Además, este mismo gobierno pretende utilizar el tema de la violencia para profundizar las medidas coercitivas contra el magisterio organizado, criminalizando la protesta, judicializando el ejercicio de nuestra profesión, pisoteando la presunción de inocencia y convirtiendo a la defensoría de la niñez y la adolescencia en tribunal de la santa inquisición donde no se respeta los principios básicos del debido proceso.

Solo la unidad de los trabajadores, junto a los padres de familia y al pueblo empobrecido puede plantear una lucha consecuente contra todos los tipos de violencia, atacando sus causas estructurales y luchando por trabajo para la población, mejores salarios, por estabilidad laboral de los padres para así evitar que la miseria económica genere violencia y disgregación en las familia, por mayor presupuesto para la educación para mejorar la infraestructura y el equipamiento de las unidades educativa, para contratar más maestros, porteros, regentes, incorporar a psicólogos y psicopedagogos en todas las unidades educativas del país financiados por el estado.

Sucre, 13 de julio de 2023.

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