El ajuste salarial de los metalúrgicos no alcanza a cubrir la mitad del costo de la canasta familiar

La UOM firmó un acuerdo por el 42,6% de ajuste más un bono que se pagará en agosto y septiembre. Más de lo que los empresarios estaban dispuestos a ceder pero mucho menos de lo necesario para alcanzar la canasta familiar (400 mil pesos). El proclamado objetivo de “recuperación del salario digno para todas y todos los metalúrgicos” que planteaba la dirección de la UOM dista mucho de haberse logrado. El salario mínimo es un poco más de un tercio de lo que cuesta hoy la canasta familiar. Por eso es difícil hablar de “victoria” o “conquista”. El salario básico inicial de un trabajador debe cubrir como mínimo lo que cuesta la canasta familiar, no menos.

Es la propia dirección sindical la que naturaliza un salario de hambre olvidando recuperar todo el poder adquisitivo perdido en las últimas décadas y se limita a colocar como objetivo el vergonzoso e indigno reclamo la llamada canasta alimentaria, de $218.000 en junio, que no cubre ni la mitad de las necesidades vitales. Todo trabajador que no cubre la canasta familiar esta condenado a la pobreza.

En julio será 20%, 9% en agosto y otro 9% en septiembre, acumulativos. El ajuste del último trimestre del año será “de acuerdo con la inflación”.

La negociación se realizó con Adimra (la Asociación de Cámaras Industriales), Afarte (Asociación de Fábricas Argentinas Terminales Electrónicas) y Afac (autopartistas) y esperan que se replique con las empresas siderúrgicas, como Techint, que intenta bloquear el acuerdo y que hizo fracasar 4 audiencias de negociación.

El sindicato había lanzado el plan de lucha en la reunión de Córdoba que incluía una serie de paros nacionales. Cuando comenzó la huelga de 48 horas el ministerio de Trabajo convocó a negociar y decretó la conciliación obligatoria.

Es necesario que los trabajadores discutan en cada planta, en cada taller el acuerdo firmado y cómo debe seguir la lucha para conseguir el salario que corresponde. El salario de los metalúrgicos que en otras épocas fue referencia para el conjunto del movimiento obrero ha quedado totalmente relegado producto de la colaboración de la dirección sindical con las empresas y los gobiernos, es esto lo que explica que por primera vez, en los 80 años de historia de la Unión Obrera Metalúrgica, el trabajador percibe un salario de pobreza.

 

Saludamos que el gremio metalúrgico salga a la lucha

El gremio metalúrgico fue históricamente un referente del movimiento obrero. Sus reclamos y planes de lucha, eran tomados por todos los demás gremios sumándose a la lucha por conquistarlo.  Era dirección de hecho del movimiento obrero.

El retroceso histórico de los trabajadores metalúrgicos lo expresan sus retrocesos salariales. De ser quienes percibían los mejores salarios entre los trabajadores, hasta hoy, donde su propio secretario general del gremio reconoce, un salario básico de $160.000 mensuales que cubre sólo un tercio de lo que cuesta la canasta familiar, que supera los $400.000 mensuales para un matrimonio con dos hijos.

Dice Abel Furlán: “La paciencia del metalúrgico se agotó”, “Ellos quieren naturalizar que el salario sea una miseria”                                                                                                                 

Pero sus reclamos de un aumento salarial de 30% queda muy lejos de lo conquistado por el gremio de aceiteros de $400.000 de básico de convenio desde el 1° de junio, para quién recién se incorpora en el gremio. Sin ser un gremio tan importante como el gremio metalúrgico para todas las demás industrias del país. ¿Por qué los aceiteros sí pueden doblegar toda oposición patronal y conquistar sus reivindicaciones y los metalúrgicos no pueden hacer lo mismo? ¿Será que tendrá que ver las reivindicaciones que levanta, que convoca a todos los trabajadores a unirse y organizarse a través de asambleas en todos sus lugares de trabajo, sin temor a ser perseguidos por la patronal ni por la burocracia sindical, entregándose al debate por seleccionar los métodos de lucha, de la acción directa, paralizando toda producción, todo movimiento de la empresa, de sus camiones, de sus puertos de exportaciones, hasta conquistar sus reclamos?

Un verdadero plan de lucha debe organizarse desde las bases, desde cada lugar de trabajo, debatir en asambleas de fábricas con pleno ejercicio de la democracia sindical, donde los trabajadores no teman expresarse y se sumen a debatir y resolver sobre los planes de lucha a llevar adelante. También sus reclamos tienen que ser sentidos por todos los trabajadores, deben expresar sus verdaderos reclamos: un salario que cubra sus necesidades familiares básicas, o sea, el equivalente al costo de la canasta familiar como un salario mínimo. De ahí en adelante todos los incrementos por escalafón gremial.

El gremio metalúrgico debe recuperar su rol histórico de ser referente del movimiento obrero. Conquistar la democracia sindical, que todos los trabajadores participen del debate de sus situaciones y la forma de resolverlos. Las asambleas de fábricas son esenciales, pero para ello se debe recuperar la democracia sindical, donde todos los trabajadores pierdan el temor de sufrir represalias patronales y/o sindicales. La unidad de los trabajadores es una necesidad básica para comenzar a organizarse para luchar por los reclamos más elementales: trabajo para todos, pleno empleo, salario mínimo, vital y móvil que garantice las necesidades básicas de las familias obreras. Derecho a la salud, educación, vivienda y transporte.

 

(nota de MASAS nº439)

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