La Unión Europea entra en recesión técnica, expresión de las tendencias recesivas mundiales

El 8 de junio, Eurostat, la agencia oficial de estadística de la Unión Europea, informó de una contracción del 0,1% en la economía del bloque europeo durante el primer trimestre de 2023, tras una caída del 0,1% en el último trimestre de 2022. Como resultado, la Unión Europea se encuentra oficialmente en recesión técnica. Alemania, una de las principales economías de la Unión Europea, vio caer su PIB un 0,3%, tras contraerse un 0,5% en el cuarto trimestre de 2022.

La recesión técnica en la Unión Europea es una expresión de las tendencias recesivas mundiales, que reflejan los efectos persistentes de la crisis de sobreproducción de 2008. Estas tendencias se han visto exacerbadas por la intensificación de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la crisis económica y pandémica, la guerra en Ucrania y las sanciones de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia. A estos factores se suman la subida de los tipos de interés para contener la inflación generada por la alta demanda de la recuperación pospandemia y el aumento especulativo de las ganancias monopolistas.

El 14 de junio, el Comité de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal (FED) decidió mantener los elevados tipos de interés estadounidenses entre el 5% y el 5,25%. En una rueda de prensa, el presidente de la FED, Jerome Powell, subrayó la intención de los miembros del FOMC de realizar nuevas subidas este mismo año. Las constantes subidas de los tipos de interés en EE.UU. han obligado a otros bancos centrales a aumentar también sus respectivas tasas, empujando así a la economía mundial a un aumento de la deuda pública, a la devaluación de las monedas nacionales frente al dólar y a una reducción de la inversión y el consumo, impulsando así las tendencias recesivas mundiales.

La crisis bancaria, que se desencadenó en marzo con la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y no se ha resuelto, tiene a la economía estadounidense en su epicentro y sigue siendo un lastre para la economía mundial. Los efectos de esta crisis ya se hicieron sentir en Europa, con la quiebra del centenario Credit Suisse y su adquisición por el mayor banco suizo, UBS, aumentando la concentración monopolística en el sector bancario.

Las tendencias recesivas globales aparecen como un combustible para el aumento de la barbarie capitalista y, en particular, de las tendencias belicistas, en las que EEUU, como mayor potencia económica, financiera y militar, pretende mantener su hegemonía mundial, lo que requiere un nuevo reparto imperialista del mundo.

Sólo la clase obrera es capaz de dar una respuesta progresiva a la crisis del capitalismo, mediante la estrategia histórica de la revolución y dictadura proletaria, que expropiará a la burguesía y organizará la economía por métodos socialistas de planificación y por la unión voluntaria entre las naciones. El camino de la revolución proletaria internacional será retomado en las condiciones de una lucha avanzada para superar la crisis de dirección revolucionaria de la clase obrera, lo que implica la reconstrucción del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional.

(POR Brasil – Masas nº693)

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