Los empresarios más poderosos votan por la entrega, el saqueo, la superexplotación y la miseria

En el encuentro de más de 300 empresarios y referentes de la política, el presidente de la CAC dijo que “la Argentina necesita un cambio sustancial” para recuperar “aquellos principios que hablan del orden y la libertad”, y arengó: “A ustedes, hombres y mujeres de negocios de la Argentina y del mundo, los convoco a apostar por una Argentina diferente”. Sus palabras son conocidas.

“Resulta necesario e imprescindible que reafirmemos cuestiones básicas que tienen que ver con nuestra Constitución Nacional. El artículo 14 de nuestra Carta Magna señala que todos los habitantes de la Nación Argentina gozan del derecho de trabajar y ejercer toda industrialización, de navegar y comerciar, de peticionar a las autoridades, de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino, de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa, de usar y disponer de su propiedad, de asociarse con fines útiles, de profesar libremente su culto, de enseñar y aprender. Pensemos cuántos males nos evitaríamos si estuviéramos cumpliendo con estos preceptos”, dijo.

Es el colmo de la hipocresía. Recita la mitad del famoso artículo 14 y mal. En el artículo no se lee “ejercer toda industrialización” sino “toda industria lícita” ¿un error de traducción? No, simplemente el reconocimiento de que su actividad no puede ser considerada lícita. Por eso su resistencia a que se levante el secreto bancario, impositivo y bursátil, para poder avanzar con la investigación de cómo se fugan todas las divisas.

La mitad del artículo 14 que no leyó se refiere a los derechos y garantías de los trabajadores. Estos preceptos que son ignorados por los empresarios y sus gobiernos los dan por inexistentes.

Es mentira que en Argentina “los habitantes gozan del derecho de trabajar”. Desde hace varias décadas que se destruyen los puestos de trabajo, millones de trabajadores no tienen un trabajo “digno”, la mayoría está precarizada o changueando, más del 80% de los trabajadores no alcanza a cubrir el costo de la canasta familiar, millones no tienen trabajo.

Estaban presentes Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Cristiano Rattazzi (ex Fiat Argentina), Eduardo Elsztain (IRSA), Daniel Funes de Rioja (UIA), José Luis Manzano (Integra Capital), Eduardo Eurnekian (Corporación América), Alejandro Bulgheroni (Pan American Energy), Miguel Galuccio (Vista), Mauricio Filiberti (Transclor) y Marcelo Figueiras (Laboratorios Richmond).

El presidente de la CAC, Grinman, vuelve al ejemplo de Chile y Paraguay diciendo: “La tasa de inversión hoy en la Argentina se ubica apenas un poquito por arriba del 19% del PBI, mientras vemos que en países como Chile están en 24,5% y en Paraguay, en el 27,8%”. Como si no supiéramos cómo está la economía de esos países y su grado de sometimiento al capital financiero.

Miente el disertante cuando dice “Ni que hablar de la presión tributaria. Quizás es la más alta del continente americano y quizás sea una de las más altas del mundo y una presión que cae exclusivamente sobre el sector formal”. La presión tributaria real es cada vez menor y una de las menores del mundo. Siempre mienten para presionar a los gobiernos para que les concedan nuevas rebajas y exenciones. Pero además se las ingenian para sobrefacturar las importaciones y otros costos para bajar los impuestos y subfacturar sus ventas con el mismo objetivo. De esto no hablan. La historia de la burguesía argentina es de contrabando, fuga de divisas, evasión impositiva, creación de empresas en paraísos fiscales y en otros países.

Es la hora de terminar con el parasitismo capitalista. Terminar con la gran propiedad privada de los medios de producción para poder terminar con su corrupción y su saqueo del trabajo y los recursos del país. Es hora de terminar con el caos que imponen en la economía.

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