Se agrava la crisis política en la oposición

La oposición burguesa de Juntos por el Cambio creyó desde el resultado de las elecciones de 2021 que indudablemente volverían al gobierno en 2023 o antes, si caía Fernández. Las tendencias a la inflación y pobreza creciente, las críticas ante el manejo de la pandemia, estaban seguros que liquidarían al gobierno. Estaban tan seguros de su triunfo que se pelearon disputando qué sector se quedaría a cargo del gobierno, o Bullrich o Larreta. Y dejaron al desnudo muchas de sus miserias de su politiquería. Hoy en la derrota florecen los reproches y el desconcierto.

Mucho antes de las elecciones sospechaban que Macri coqueteaba con Milei y le criticaron que no tuviera una intervención activa para promover la candidatura de Bullrich. No habían pasado 48 horas de las elecciones y convocó a una reunión secreta en su casa, a espaldas de la mayoría de los dirigentes de Juntos por el Cambio y del PRO, y sin decirles a los concurrentes que estaría Milei. Allí se acordó el comunicado que leerían Bullrich y el candidato de vicepresidente dando su apoyo a Milei, perdonándose las brutales acusaciones que se habían hecho. Previamente, en los programas de televisión adictos, Milei hizo públicas sus disculpas por los agravios proferidos. Una parte del acuerdo es secreto (confesado por Bullrich).

Esta maniobra estalló inmediatamente con partidarios de Juntos por el Cambio rechazando votar a Milei, con pronunciamientos de legisladores, gobernadores y dirigentes de los partidos que integran la Alianza en el mismo sentido, porque habiendo previsto reuniones y plenarios en la semana para debatir el balance de las elecciones y qué conducta seguir, los candidatos se apuraron, por orden de Macri, que actúa como dueño de Juntos, a emitir un pronunciamiento.

Pero también llovieron las críticas desde el sector de Milei diciendo que su candidatura se construyó sobre la denuncia de la “casta” y estaba pactando con lo peor de la casta y ya había hecho un acuerdo con Barrionuevo, de lo peor de la burocracia sindical. Ya hay renuncias en sus filas que rechazan este acuerdo también a sus espaldas. Tres diputados renunciaron.

Es una muestra adicional del estallido de los partidos políticos como los conocíamos, donde priman los intereses de grupos empresarios por imponer sus líneas para llegar al gobierno.

Milei creyéndose ganador promovió posiciones cada vez más disparatadas y le dio voz a personajes que reivindican la dictadura militar como su candidata a vicepresidenta o a Benegas Lynch que repudió expresamente la democracia burguesa, que no quería que se termine la dictadura, y que si hubiera elecciones había que proscribir al peronismo y al comunismo.

¿Por qué no pudo crecer en votos? Es posible que la mayor politización que produjo la polarización electoral hizo que se conocieran mejor sus posiciones autoritarias y recalcitrantes. La incorporación de Barrionuevo a su campaña, uno de los burócratas más repudiados y corruptos, como las relaciones con Macri, como sus expresiones alentando la devaluación del peso con las consecuencias terribles que tiene para la economía popular, o la política de eliminar los subsidios a las tarifas, o la reivindicación de Menem y Cavallo como el mejor gobierno de la historia, hayan puesto más al desnudo su verdadera política.

Es necesario terminar con el régimen político de la burguesía y tomar el poder en nuestras propias manos. Las maniobras, mentiras y corrupción de la politiquería son el producto de la descomposición capitalista, llega a todos sus partidos, a todos sus candidatos, a todas sus instituciones, que son irrecuperables.

(Nota de MASAS Nº444)

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