Declaración Elecciones Neuquén Marzo 2019

declaracion elecciones neuquen marzo 2019

¿Por qué las elecciones legitiman el saqueo, la pobreza y la superexplotación obrera?

 

La burguesía y sus partidos utilizan las elecciones como el principal mecanismo de legitimación de la explotación, para ocultar la verdadera naturaleza de los problemas y cómo se resuelven.

 

Miles de horas de televisión, radio e internet, millones de afiches y notas en los diarios, durante varios meses, serán derrochados. Los partidos gastarán no menos de 10.000 millones de pesos en sus campañas, que aportarán los grandes empresarios. Sólo Cambiemos gastó 140 millones de dólares en su campaña 2015.

 

Estamos viviendo una de las crisis más graves de la historia. Con record de inflación que destruyó el poder adquisitivo, con tarifazos permanentes, precarización laboral, 180.000 puestos de trabajo perdidos en el año, recesión, imposibilidad de acceder al crédito y a la vivienda, deterioro de la salud y educación pública, etc.

 

Bajo este gobierno ha aumentado el grado de sometimiento al imperialismo. El país ha sido transformado en una colonia. El FMI controla, supervisa y dirige la economía hasta en los más mínimos detalles. La energía y casi todos los servicios están polarizados. Las multinacionales controlan los sectores claves de la economía. Si hay un símbolo de colonización del país y entrega al imperialismo, es Vaca Muerta. El debate más importante debiera centrarse en cómo conquistamos la soberanía. Cómo recuperamos todos los recursos, todas las empresas, toda la riqueza para ponerlas al servicio de la mayoría.

 

Las multinacionales imponen su propia ley, por encima de las leyes y constituciones, no quieren perder una gota de petróleo, no quieren perder un minuto de explotación. Los gobiernos y las direcciones sindicales se han sometido mansamente, por cobardía o por interés. Barren con los convenios laborales, rechazan cualquier denuncia sobre los desastres ecológicos que producen, pasan por encima de los derechos de las comunidades mapuche de la región. Las decisiones sobre Vaca Muerta no se toman en Buenos Aires, ni en Neuquén. Se toman en las casas centrales de las multinacionales petroleras. El sometimiento nacional afecta a todos los oprimidos.

 

Los tarifazos salvajes sobre los servicios son un gran problema nacional, tienen relación directa con la explotación petrolera. Son parte de un mismo problema. Mientras nos dicen que quieren terminar con los subsidios, el grupo Rocca recibe el mayor subsidio presupuestario en Vaca Muerta, y de esto no se habla.

 

El Gobierno Nacional ha generado una deuda extraordinaria que a su vez origina intereses monumentales e impagables, que agravan el déficit presupuestario. Una deuda que se originó para facilitar la fuga masiva de capitales y la especulación financiera. La presencia apurada del FMI busca asegurarse, cueste lo que cueste, que cobrarán todas las deudas, y que Argentina postergue su declaración de default.

 

Neuquén es una provincia “privilegiada”, su situación no es tan grave como en el resto del país por el peso de la explotación petrolera. Pero esa mayor actividad hace que los precios de los bienes de la canasta sean más elevados y que los salarios queden más retrasados.

 

Las fábricas recuperadas son sometidas por los gobiernos a un desgaste que las puede llevar a su desaparición. La burguesía no quiere que se conviertan en una referencia para todos los trabajadores de empresas que cierran o despiden. Por ello es imprescindible señalar las limitaciones de la expropiación y transformación en cooperativa, impulsando la estatización bajo control obrero de las fábricas recuperadas, como así de toda fábrica que cierre o despida.

 

La Provincia también está afectada por la gran propiedad terrateniente, principalmente en manos de extranjeros, como Lewis y Bennetton –con estancias también en otras provincias-, que se apropian de lagos y ríos para sus propios emprendimientos violando todas las leyes. Apuntan al negocio inmobiliario, al turismo, la minería, las reservas de agua dulce, etc. Ellos también imponen su ley. La prepotencia de los terratenientes choca con la lucha obstinada de comunidades mapuche contra su desalojo o el recupero de tierras que les fueron usurpadas.

 

Son ellos los que ordenaron al gobierno de Macri que Bullrich militarice la región, que persiga a quienes luchan por sus derechos, que asesinen a Santiago y Rafael y que su Justicia garantice impunidad total para sus crímenes y que entreguen a Jones Huala a Chile con acusación absurda.

 

Entonces, ¿quién tiene el poder en la región? Las petroleras, los terratenientes. Son ellos los que mandan. Una pequeña minoría de la sociedad cada vez más concentrada y enriquecida. Ellos tienen a su servicio al Gobierno, la Justicia, la legislatura. El Estado les asegura su impunidad, su propiedad.

 

Son los que tienen el poder bajo dictaduras militares o la democracia burguesa. Es lo que explica que en los últimos 35 años continuos de democracia burguesa, se haya retrocedido tan fuertemente en las condiciones de trabajo y de vida, en el sometimiento de la Nación, en la entrega de sus recursos.

 

Esto diremos en la campaña electoral. Esto es lo esencial, y que nadie dirá en campaña: que todos estos problemas no se resuelven ni con elecciones, ni con leyes, ni en la Justicia burguesa, ni con una asamblea constituyente.

 

El Congreso y la Justicia son impotentes para frenar el saqueo, para frenar los tarifazos o los despidos de trabajadores, para detener la creciente militarización, represión e impunidad. La extraordinaria lucha de las Mujeres impuso el debate de la ley del derecho al aborto, movilizó a cientos de miles, sin embargo un puñado de legisladores frenó la ley. El Congreso votó el presupuesto del FMI, votó a favor del saqueo y por el recorte de los presupuestos que necesita la población. Los amparos en la Justicia para frenar la rapiña terminan en el canasto de basura. La Justicia burguesa y por lo tanto patriarcal garantiza la impunidad de los crímenes de la dictadura, los crímenes contra la población, los abusos, violaciones y el asesinato de mujeres. Todo esto no se puede dejar de decir porque de lo contrario sumaríamos ilusiones y frustraciones que llevan luego a la confusión y desmoralización. Quienes ocultan esta realidad están engañando.

 

¿Entonces, cuál es el método para resolver todos los problemas de raíz? La acción directa de masas. Los piquetes, las movilizaciones, los cortes, la huelga, las ocupaciones, el levantamiento popular, la revolución social. Como ha sido siempre. No hay ningún misterio, lo enseña la historia. Los oprimidos tenemos que confiar exclusivamente en nuestras propias fuerzas y en nuestros propios métodos de lucha, en nuestra organización y participación directa. Fortaleciendo cada lucha en curso, vinculándolas entre ellas, construyendo en la práctica la imprescindible unidad, con la perspectiva de estructurar un verdadero frente único antiimperialista.

 

Queremos la unidad para pelear con estas ideas, con esta perspectiva. Unidad de todos los oprimidos, de la clase obrera y todas las clases medias de la ciudad y el campo. Necesitamos un programa que levante todas las reivindicaciones nacionales, sociales, democráticas, bajo la dirección de la clase obrera, sus ideas, su estrategia. Queremos unidad para luchar. La clase obrera podrá ser dirección de ese proceso si se independiza políticamente, construyendo su partido revolucionario, de lo contrario seguirá yendo a la rastra de la burguesía y sus partidos.

 

El POR no integra ningún frente de izquierda, porque aunque lleven a reconocidos luchadores en sus listas, no combaten las ilusiones en la democracia burguesa, al contrario, impulsan la idea de que podríamos estar mejor con “diputados de izquierda”. No desnudan la dictadura del capital. Estamos a favor de presentar candidatos en las elecciones, pero justamente para poder explicar más masivamente que no son las elecciones donde se resuelven nuestros problemas.

 

Porque no es suficiente con denunciar la deuda externa y al FMI, no alcanza con denunciar la entrega del petróleo y el poder terrateniente. Hay que decir con todas las letras que la deuda debe ser desconocida, que la explotación petrolera debe ser estatizada desde la exploración hasta la comercialización y que los terratenientes deben ser expropiados. Y decir que sólo la acción directa de masas puede imponer estas medidas radicales y tantas otras que son necesarias para desbloquear las fuerzas productivas.

 

Que todos los derechos de la Mujer y del pueblo Mapuche deben ser tomados por el conjunto de la clase obrera. El papel miserable de las direcciones burocráticas de los sindicatos y la CGT bloquea también la posibilidad de una intervención de conjunto para imponer todas las reivindicaciones. Aíslan las luchas de los trabajadores y de todos los oprimidos para evitar su triunfo.

 

Es necesario decir que el capitalismo no se puede reformar, que estamos atravesando una profunda crisis, que no tiene salida, aquí y en todo el mundo. Que en hundimiento pretende aplastarnos arrancarnos todas las conquistas laborales y sociales y llevarnos a la barbarie.

 

Que la clase obrera plantea la necesidad urgente del socialismo para poner todos los recursos materiales y humanos al servicio de la gran mayoría. Y que sólo se puede empezar a construir el socialismo si producimos una revolución social que termine con la dictadura del capital, que expropie los grandes medios de producción, no hay otra vía.

 

Algunos candidatos formulan denuncias y diagnósticos bastante correctos pero omiten decir cuál es el camino para imponer las reivindicaciones y no denuncian el papel de las instituciones burguesas.

 

Llamamos a anular el voto con estas ideas, y sobre todo a organizarnos para construir desde abajo la unidad necesaria para enfrentar la dictadura del capital.

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