OTRA VEZ LA DEUDA EXTERNA ES EL PROBLEMA CENTRAL

El Congreso aprobó la ley para respaldar al gobierno por la renegociación de la deuda. Hace unas semanas el Gobierno reunió a la burocracia sindical y los movimientos sociales para que den su acuerdo a la renegociación de la deuda que están llevando adelante. Piden el apoyo de los gobiernos imperialistas, piden el apoyo del Papa, y hasta de las autoridades del FMI.

 

¿Por qué? Quieren mostrar a las masas que están haciendo lo máximo posible para negociar en las mejores condiciones y salir de la crisis de la deuda. Para que no se cuestione su política de pagador. Sabe que está legitimando un fraude gigantesco.

 

La deuda externa siempre ha sido un mecanismo de saqueo de la nación por parte del capital financiero. El gobierno de Macri endeudó al máximo con la complicidad del Congreso, la Justicia, los gobiernos provinciales, y la oposición que dejó hacer. Todos sabíamos las consecuencias de lo que estaba haciendo desde el principio.

 

También fueron cómplices y socios los banqueros que hicieron grandes negocios con la deuda con intereses extraordinarios. Y el FMI que vino a socorrerlos y mantener abierta la canilla para la fuga sistemática de divisas.

 

La única política soberana, de defensa del interés nacional, es desconocer toda la deuda y no pagar ni un solo dólar más. No se debe convalidar el saqueo.

 

El capital financiero está provocando desastres en todo el mundo con sus políticas de endeudamiento y ajustes salvajes contra las masas. Es hora de terminar con esta situación. El nivel de deuda mundial ha llegado a un punto explosivo, el más elevado de los últimos 80 años.

 

El FMI quiere cerrar rápido un acuerdo con Argentina para que quede en el olvido el desastre de haber otorgado el préstamo más grande de su historia, ordenado por Trump, a un gobierno en default y que hizo un desastre de la economía.

 

Todo el dinero que ingresó estuvo destinado a la especulación financiera y la fuga de divisas. Ni un dólar de lo supuestamente prestado queda en el país. No hace falta una auditoria para saber que no hay reservas, el propio gobierno lo informa cada día. Es un fraude combinado entre bancos del exterior y fondos de inversión junto con funcionarios del gobierno nacional.

 

La intervención desesperada del FMI no estuvo destinada a socorrer al país sino a los bancos y los inversionistas. Para salvarse ellos. Porque ningún privado quería prestar un dólar a la Argentina por su elevado endeudamiento. Todo lo que prestaron se fugó. Si el default se hubiera declarado a mediados del 2018 el país se habría ahorrado toda la deuda del FMI y habría 50.000 millones de dólares menos de fuga.

 

Ahora el gobierno de Alberto Fernández ha prometido reconocer esa deuda y pagarla. Es el mandato de la burguesía que quiere mantener las mejores relaciones con el capital financiero. No le importa las consecuencias que tiene sobre la economía nacional.

 

Todas las medidas que viene adoptando el gobierno siguen el modelo del FMI. Buscan superávit comercial para que ingresen dólares y superávit del presupuesto para comprar esos dólares y entregarlos a los parásitos financieros.

 

Ese esfuerzo descomunal que haremos tendrá como destino los bolsillos de los banqueros. Hoy todos están preocupados porque saben que la deuda está en default desde hace dos años y que no quedan dólares de reserva para pagar los vencimientos de los próximos meses. El gobierno quiere pagar y no tiene con qué.

 

El apoyo del FMI a que se aumenten impuestos y retenciones a los sectores más poderosos está en función de garantizar la recaudación para pagar la deuda y no para promover el crecimiento de la economía. El FMI “apoya” al ministro de economía y al gobierno porque muestran voluntad de pago y aplican sus recomendaciones. Es una tontería decir que Kristalina se hizo “peronista”. Mejor podríamos decir que el peronismo se hizo fondomonetarista. ¡Qué habilidad que tienen algunos periodistas para enroscarnos la víbora! Quieren hacernos creer que en pocos meses el FMI ha cambiado radicalmente sus políticas de ajuste.

 

Ya están actuando los buitres, comprando bonos de la deuda para accionar legalmente contra el país repitiendo la experiencia anterior que les permitió obtener ganancias extraordinarias. No es cierto que todos los acreedores quieren negociar y llegar a un buen acuerdo. Un sector del capital financiero pone todas las trabas para poder sacar la máxima ganancia de la crisis. Son decenas de miles de millones de dólares en juego y esos fondos están asociados con empresarios locales, medios de comunicación, bancos, con los que trabajan mancomunadamente.

 

La política de pagar la deuda es un bloqueo para el desarrollo de la economía. No podrá haber una reactivación importante de la economía, creación de puestos de trabajo, apertura de empresas, obra pública en gran escala, con la decisión de pagar la deuda externa, lo que implica aplicar los planes severos del capital financiero.

 

No olvidemos la experiencia del kirchnerismo, que destinó todo el excedente a pagar la deuda externa refinanciada, ahogó la economía y la llevó al “cepo”. El kirchnerismo tuvo a su favor los primeros años de no pago de la deuda, pero todo ese oxígeno se perdió en cuanto tuvo que empezar a pagar todos los compromisos rigurosamente.

 

Hay quienes opinan que si se posterga el pago para dentro de 4 años será un gran alivio, y eso nos quieren hacer creer. Si hay postergación de los vencimientos será a cambio de un plan riguroso de control sobre las cuentas, para que todo dólar que quede se guarde para pagar deuda.

 

La deuda es un fraude. Desconocemos toda legitimidad.

 

Insistimos, la deuda debe ser desconocida, no se debe pagar ni ahora, ni dentro de cuatro años, ¡nunca! La banca y el comercio exterior deben ser nacionalizados.

 

12-02-2020

Partido Obrero Revolucionario

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