(Cuba) Solo el proletariado puede responder a la crisis sanitaria y preservar las conquistas revolucionarias

Las consecuencias de la crisis económica y sanitaria en las economías nacionales son numerosas. Lo mismo ocurre con las relaciones entre las clases mundiales, así como con los avances y retrocesos del proceso histórico más amplio de revolución y contrarrevolución. Esta caracterización nos permite entender las nuevas medidas restauracionistas del capitalismo en Cuba, tomadas por el gobierno castro-estalinista, para responder a los daños de la crisis sanitaria en el país.

Cuba venía sufriendo los trastornos de la crisis capitalista, que se agravó con la recesión de 2015-2016 y la nueva fase del bloqueo imperialista sobre sus fuerzas productivas internas. La Reforma Constitucional, aprobada el 25 de febrero de 2019, tuvo como objetivo responder a estas tendencias. Para ello, se pretendía favorecer el avance de las relaciones de producción capitalistas dentro de la economía estatal. El objetivo era, por tanto, favorecer la recuperación de la economía, recurriendo a inversiones extranjeras, para suplir la falta de recursos financieros, créditos, insumos y productos básicos.

La burocracia castro-estalinista venía maniobrando con su aplicación gradual y controlada, con el objetivo de preservar el control estricto sobre su curso. Sin embargo, los efectos de la pandemia sobre la paralización del turismo y la exportación de materias primas, principal fuente de divisas, han asestado un golpe a estas pretensiones. Esto es lo que se puede observar con las “medidas de emergencia” aprobadas para abordar el daño del Covid-19. Y que tienen como objetivo acelerar las «reformas estructurales» y ampliar el alcance del sector privado previsto en la nueva Constitución.

Es por ello que se cancelaron los impuestos a las transacciones financieras, realizadas en dólares, así como se relajaron los controles estatales a las importaciones y exportaciones, realizados por pequeñas y medianas empresas privadas. También se aprobó para “acelerar” los procesos burocráticos de “reconocimiento legal” de las empresas privadas. Pero, cómo crear mercados minoristas en todo el país, un requisito de los sectores privados, dando un paso decisivo para desmantelar el monopolio de distribución y comercio de las empresas estatales y cooperativas.

Según el gobierno, estas medidas tienen como objetivo «aliviar» la «falta de liquidez» y proporcionar divisas para la importación de productos y equipos, para combatir los daños de la pandemia y la escasez. Lo que es seguro, sin embargo, es que tales medidas facilitarán la penetración de las relaciones de producción capitalistas en una escala ampliada. Es sobre la base social de los empresarios privados de la isla donde actuarán los grandes monopolistas y el capital financiero internacional. Es absolutamente claro que la liberación de importaciones y la flexibilización de los controles sobre las transacciones financieras crearán un campo para su penetración en varios sectores de la producción, los servicios y el comercio interno. Se aplicaron medidas similares a la restauración capitalista en Europa del Este. Parece que el gobierno restauracionista del Partido Comunista de Cuba sigue esta experiencia.

Al contrario, la experiencia enseña que la desintegración social y la barbarie dieron un salto adelante con la pandemia, proliferando en medio de la anarquía de la producción social capitalista. Es el gran monopolio de la propiedad privada de los medios de producción lo que impide centralizar y aplicar -de forma racional y científica- los recursos técnicos, productivos y humanos para proteger la vida de la mayoría oprimida. La penetración de sus intereses en la economía cubana, quizás, sirva para coyunturalmente minimizar el daño de la pandemia, pero al precio de desarrollar dentro de la economía nacionalizada los gérmenes de las fuerzas desintegradoras del capitalismo putrefacto.

Estas premisas, que surgen de las leyes de la revolución y la contrarrevolución en nuestro tiempo, son suficientes para demostrar que las medidas del gobierno cubano no resolverán los problemas estructurales, producto del ahogamiento de la revolución dentro de las fronteras nacionales de la isla. Fue la burocracia castro-estalinista la que adoptó la teoría contrarrevolucionaria del «socialismo en un solo país», que creó las condiciones para que la crisis favoreciera hoy a la burguesía mundial en su contraofensiva reaccionaria.

La clase obrera cubana y los demás trabajadores deben enfrentar y combatir la impotencia de la burocracia castrista para defender sus condiciones de vida. No es creando las condiciones para la destrucción de las conquistas revolucionarias, fundamentalmente de la propiedad social, que los trabajadores, campesinos y obreros cubanos serán liberados de la catástrofe sanitaria. Por el contrario, la defensa de la propiedad colectiva y la economía nacionalizada es la base material necesaria para desarrollar un programa para el proletariado, enfrentar los daños de la pandemia y dirigir todo su potencial en beneficio de las masas.

 

(nota de Masas – POR Brasil nº 616)

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