Discurso presidencial del 1° de Marzo: pura hipocresía y confesión de impotencia

Como todos los años el Presidente realiza un discurso ante la asamblea legislativa (diputados y senadores), haciendo un balance de su gobierno y planteando sus políticas futuras.

Este discurso fue celebrado por sus simpatizantes porque creen que por fin adoptará una posición firme frente a algunos de los problemas más importantes. La oposición que milita los medios de comunicación se quejó de que el discurso no era de conciliación sino que acentuaba la “grieta”, que tenía un carácter electoral, buscando hacer responsable de todos los problemas a la oposición política.

Los marxistas siempre tenemos que analizar los hechos concretos, la política real que lleva adelante el gobierno, su carácter de clase, ayudando a desenmascarar los aspectos demagógicos de sus discursos, que buscan mantener vivas las ilusiones. Ayudando a hacer consciente en los oprimidos la impotencia, incapacidad e hipocresía de la burguesía y sus gobiernos. Detrás del enfrentamiento político entre sectores de la burguesía, aún los más virulentos, se esconde un interés común en proteger la gran propiedad privada de los medios de producción.

* Ante la extraordinaria deuda con el FMI que se destinó a la fuga de divisas, que se tomó desconociendo hasta las formalidades más elementales tanto por el gobierno de Macri como por parte del FMI, violando su propio estatuto, el presidente Fernández anunció con bombos y platillos que iniciará una “querella criminal a los autores de la mayor administración fraudulenta que registra nuestra memoria”, pidió que los responsables rindan cuentas de sus actos y dejen de circular impunes, dando clases de economía”, y sobre el acuerdo que está negociando dice que “no queremos apurarnos. Apuro por acordar tienen los pícaros de siempre. No hay más lugar para ajustes recesivos”.

Si el origen de la deuda es criminal no hay nada que negociar, ni reconocer, ni pagar. Nos interesa que sean castigados todos los responsables de este crimen y todos los crímenes contra el patrimonio nacional. Pero lo que más nos interesa es no pagar, ni ahora, ni en 10 años, ni en 20, esa deuda fraudulenta que debe ser desconocida. Si el préstamo fue una exigencia de Trump, que el FMI le reclame el pago a EE.UU.

La actitud miserable del gobierno es que teniendo en sus manos todas las pruebas del crimen, y hasta la confesión de los criminales, busca un acuerdo con el FMI ¡para pagar! No es algo que sucederá en el futuro, ¡ya se están aplicando las políticas que recomienda el FMI! Se ordenan las cuentas para poder pagar. No hay más presupuesto para educación, salud y obras públicas, no se mejoran los salarios y jubilaciones, porque el FMI exige equilibrar las cuentas.

No importa si el discurso “crítico” es para hacer pagar el costo político al gobierno anterior o para lograr mejores condiciones en la negociación. Lo que importa es que desde el principio toda la política estuvo destinada a hacernos reconocer y pagar toda la deuda. Todos esos recursos los necesitamos para resolver nuestros problemas más urgentes. Cada dólar que se destine a pagar deuda es un dólar menos para el desarrollo de nuestra economía y atender las necesidades. Pensemos todo lo que se podría hacer con los miles de millones que se pagará cada año.

* Otro aspecto de su discurso es la cuestión de las tarifas: “Se elevará un proyecto que declare la emergencia de servicios públicos y regulados para desdolarizarlos definitivamente”.

Los servicios públicos deben volver a ser estatizados. De lo contrario seguiremos rehenes de sus chantajes y extorsiones. Los gobiernos acatan religiosamente los mandamientos del capital financiero que se opone a que los Estados recuperen las empresas vitales aunque sean monopólicas. Ese es el abc de la política neoliberal. El planteo de regularlos y desdolarizarlos no resuelve el problema.

De hecho, las empresas exigen ajuste inmediato de tarifas o que el Estado les subsidie lo que no puedan trasladar a los consumidores. Pero el FMI a su vez exige que no aumenten los subsidios… El gobierno queda acorralado entre las empresas monopólicas, el FMI y la mayoría de la población que no quiere ni oír hablar de nuevos ajustes tarifarios.

La mayoría de esas empresas han tenido ganancias extraordinarias en los últimos años que les permitió comprar millones de dólares y llevárselos al exterior, o comprar otras empresas. Esos tarifazos terribles de Macri no se han anulado, por el contrario exigen más ajustes por encima de esos tarifazos. El gobierno impotente no quiso investigar las cuentas de esas empresas menos podrá regularlas. Y menos aún se puede plantear una política de defensa de la soberanía nacional, expropiándolas. Esa sería una ruptura real con el “neoliberalismo”, no de palabra.

* En el terreno de la educación planteó: “Avanzaremos en una nueva ley de financiamiento educativo y convocaremos a debatir una nueva ley de educación superior”. Sin dar más detalles. El tema es bien concreto, por un lado el sistema educativo debe recibir todo el presupuesto que necesita, sea el doble o el triple de lo asignado hoy, pagando los salarios que corresponde, construyendo y reparando edificios, dotando de todos los recursos necesarios. Y los más importante, dar marcha atrás con la política neoliberal de la dictadura y de Menem que descentralizó la educación, provincializándola. En esta cuestión tampoco hay voluntad de romper con los preceptos neoliberales. Ante la lucha por una educación única, estatal, gratuita, estos anuncios no son siquiera un placebo.

En los próximos números analizaremos porqué en más de un año de gobierno no se ha podido desmantelar la trama mafiosa de la justicia. Destacamos los puntos que muestran que el tono del Presidente no indica un cambio de política, el contenido sigue siendo el mismo.

La clase obrera y la mayoría oprimida debe independizarse políticamente del gobierno, organizarse para preparar las grandes luchas para arrancar todos los reclamos que se siguen postergando por años y nos hunden en la pobreza, en la miseria, en la desocupación. Basta de conciliación con la burguesía responsable de la entrega, del saqueo, de la inflación insoportable, de la evasión y el ajuste permanente. No hay ninguna mesa para compartir con ellos. Es necesario defender implacablemente todos los derechos conquistados durante décadas de duras luchas y que intentan por todos los medios de arrebatarnos con la complicidad de los burócratas vendidos.

 

(nota de MASAS nº388)

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