Chubut: Alberto Fernández y Arcioni recibidos por movilizaciones contra la megaminería
Los medios muestran el enfrentamiento y las diferencias entre el gobierno nacional y provincial echándose culpas por los incidentes que terminaron con las pedradas contra el vehículo oficial rodeado de manifestantes.
La movilización combinó el rechazo al proyecto de rezonificación minera que permitiría la explotación de la megaminera a cielo abierto en los que dicen pueden ser los mayores yacimientos de plata del mundo, con la bronca por los incendios intencionales de bosques, más la bronca por los atrasos permanentes en los pagos de los salarios a los trabajadores estatales durante años. Esto es lo que hay que poner de relieve.
Es mentira que Alberto Fernández sea ajeno al proyecto de saqueo minero como insisten sus medios, diciendo una y otra vez que la minería es una actividad que decide cada provincia. Desde que ganó las elecciones se dedicó a forjar los acuerdos con las empresas mineras para impulsar la explotación en Mendoza y Chubut y puso en su gabinete los hombres vinculados a esa actividad. Debió retroceder ante la resistencia fenomenal del pueblo mendocino que salió a defender el agua. Para el gobierno nacional era un objetivo avanzar con la minería creyendo que las exportaciones le permitirían juntar los dólares necesarios para pagar la deuda externa fraudulenta. No se dio por vencido, decidieron esperar una mejor oportunidad para avanzar con la entrega de la minería.
Es una maniobra decir que el gobernador Arcioni, que es repudiado por la mayoría de la población, se coló en la comitiva presidencial. Arcioni participó del viaje del presidente a la zona de incendios porque el Presidente autorizó su presencia, de lo contario no estaría ahí. Ahora, ante el impacto que tuvo la movilización, dicen que se coló y que en el momento de mayor enfrentamiento se escapó. Es evidente que se equivocaron, que no supieron apreciar la bronca popular que se acumula con años de violencia. Violencia es cobrar el sueldo en cuotas y no saber cuándo se cobra. Violencia es que quemen los bosques. Violencia es que vuelvan una y otra vez con maniobras para imponer la minería, utilizando amenazas, patotas, y todo tipo de jugadas para que se apruebe la ley. Para Fernández la violencia son las piedras y la furia de los manifestantes.
Para desfigurar la importancia de la movilización desde el gobierno ponen el acento en la presencia de “infiltrados” policiales o de la derecha. No se puede descartar que los haya habido, que aprovechan la ocasión para golpear al gobierno, pero no fue una movilización de infiltrados.
La mayor crisis política la genera la intervención permanente de las masas en las calles defendiendo sus derechos y reclamos. No pueden doblegarla. Las organizaciones populares deben seguir confiando en su propia organización y lucha sin ninguna confianza en los gobiernos, en las legislaturas y en la burocracia sindical, todos asociados a los intereses de las multinacionales en la región.
