A 19 años de la Masacre del Puente Pueyrredón

¡MAXIMILIANO KOSTEKI Y DARIO SANTILLAN PRESENTES!

Saludamos la prespecialidad del acto y la movilización, que al igual que el año pasado fueron sostenidos con la lucha en las calles. En el contexto de crisis económica y sanitaria se vuelve más imperioso salir a luchar en defensa de nuestras condiciones de vida, por salario, empleo y salud, de la misma forma que Maxi y Dario lo hicieron hace 19 años.

Es muy importante seguir sosteniendo la lucha contra la impunidad, contra los responsables políticos de aquellos asesinatos. En aquel 26 de junio de 2002 hubieron más de 26 personas heridas con balas de plomo, dejando en claro la existencia de una orden de tirar a matar y asestar un duro golpe a los sectores movilizados. A Kosteki y Santillan la policía bonaerense los persiguió hasta la estación de tren para fusilarlos.

Es importante recordar que ese día las distintas organizaciones habían confluido en un mismo pliego de reivindicaciones que incluía: trabajo genuino, aumento de salarios, mejoras en educación y salud, así como también en defensa de las fábricas ocupadas como Zanon y Brukman. La burguesía y su Estado iban viendo con preocupación este proceso de unificación y se propusieron desarticularlo como sea, de ahí la brutalidad de aquella represión.  Fue muy importante la movilización popular para desmontar las mentiras oficiales que bajaban desde el gobierno y logró poner a la luz del día que los compañeros habían sido asesinados por la policía.

Pasaron 19 años de la masacre y al día de hoy los responsables políticos fueron protegidos por la justicia burguesa. Ni Duhalde, ni Anibal Fernandez, ni Juan Jose Lopéz, ni Carlos Soria ni ninguno de los que dieron la orden de reprimir fueron condenados. Ni siquiera los investigaron. La impunidad los protegió y estos nefastos personajes fueron reciclándose con el tiempo, como Felipe Solá, hoy en día Canciller de Alberto Fernández.

Homenajear a Dario y Maxio es poner bien en alto las luchas de aquellos años en contra del hambre y la miseria, es reivindicar los métodos que tomaron los compañeros de pelear en las calles. Es reivindicar también la unidad de ocupados y desocupados, esa que se había gestado en Cutral Có y Plaza Hincul en 1996 y que luego protagonizó los levantamiento del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Los gobiernos que siguieron a la masacre del puente Pueyrredón trabajaron para “apagar el incendio”, para reconstruir el Estado burgués, la gobernabilidad, los partidos políticos patronales, las instituciones, para desviar y desmovilizar el levantamiento popular del 2001/2.  Utilizaron, y utilizan, inmensos recursos para ir cooptando los movimientos, para dividirlos y desgastarlos como se pueda, de institucionalizarlos.

Hoy en día, al igual que aquellos años, el hambre y la miseria siguen golpeando a la población. Avanza la desocupación, la precarización laboral, la pobreza y el retroceso del poder adquisitivo.  Ahora quieren echarle la culpa de todo a la pandemia, cuando en realidad la burguesía y sus gobernantes han sido incapaces de defender a la población. El gobierno es responsable por su impotencia e incapacidad para tomar las medidas necesarias, por su sometimiento al FMI, a las multinacionales y a la oligarquía terrateniente.

La única clase social que tiene un programa para salir del atraso, para terminar con la desocupación y el hambre, es la clase obrera, porque es la única que no tiene ataduras con el régimen de la propiedad privada, ni con el imperialismo, y por eso puede ir hasta el final. No hay saldas intermedias posibles, no es posible reformar el capitalismo. La estrategia es el gobierno obrero-campesino (dictadura del proletariado) para comenzar a construir una nueva sociedad, terminando definitivamente con el hambre y la desocupación.

La lucha por terminar con la desocupación y con toda forma de trabajo precarizado mediante el reparto de todas las horas de trabajo entre todos los trabajadores impone la más amplia y democrática organización de todos los trabajadores desocupados, exigiendo que la CGT y los sindicatos tomen también la lucha en sus manos. La desocupación y la precarización es el peor flagelo que golpea a millones de trabajadores.

A 19 años reivindicamos la lucha de Maximiliano Kosteki y de Dario Santillan y la de los trabajadores ocupados y desocupados en aquellas jornadas. ¡Basta de impunidad con los responsables políticos! ¡Maxi y Dario Presentes!

 

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