La incapacidad y cobardía del gobierno para tomar el control de Vicentin tiene consecuencias nefastas para la economía

Queda demostrado una vez más la necesidad urgente de estatizar todo el comercio exterior

Vicentin, que se había convertido en líder en la exportación de cereales, fue un ejemplo de vaciamiento de empresa, de endeudamiento, fraudes, evasión de impuestos, saqueo y fuga de divisas. Ni siquiera la monumental deuda con el Banco Nación pudo ser recuperada.

La protección del sistema judicial y de los grandes medios de comunicación sumada a la impotencia del gobierno que no está dispuesto a estatizar a ninguna empresa envalentonó a sus continuadores para reproducir la misma operatoria fraudulenta, que también termina rápidamente en escándalo.

La empresa Díaz y Forti, del grupo Olio, operaba las instalaciones de Vicentin y está acusada de no liquidar u$s 312 millones en divisas de sus exportaciones. Por esa razón se decidió el embargo por u$s 3100 millones a Díaz & Forti y a dos de sus accionistas.

Los u$s 312 millones que el Banco Central le reclama son en concepto de 95 operaciones que fueron liquidadas de forma irregular.

El año pasado creció de manera muy llamativa en materia de exportaciones, “sin que quede claro ni se explique adecuadamente con qué financiamiento lo llevó adelante”. En 2019, exportó u$s 4 millones y saltó a más de u$s 600 millones en 2020.

Aprovechando el concurso de Vicentin, Olio cerró un acuerdo que le permitió operar en un establecimiento de 16.000 toneladas.

El diario La Nación, que fue el principal vocero de las multinacionales exportadoras contra la estatización de Vicentin, publica que “Esa maniobra agitó miradas con recelo en el sector agroexportador sobre cómo este grupo –que tuvo un rápido crecimiento- se quedó con el cupo de exportación de la empresa que había entrado en convocatoria de acreedores”. La Nación dice: “Olio había advertido a mediados del año pasado que sus intenciones eran quedarse con Vicentin”.

El mismo diario reporta que el 3 de diciembre pasado, el Ministerio de Agricultura suspendió del Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA) a Díaz & Forti. Ninguna firma puede operar en el mercado sin estar en ese registro.

El Banco Central pidió a la Dirección General de Aduanas que no de curso a los pedidos de embarque y despacho de granos de Díaz & Forti y emitió la resolución Nº C88678 que suspendió a la empresa para realizar operaciones de cambio para “egresos” del país de divisas.

Según una comunicación del Banco Central “las operaciones vencidas al 30 de noviembre registran un saldo pendiente de regularizar de 450.341.892 dólares”. Este monto representa un “incumplimiento en la liquidación de divisas” del 97,8% de las operaciones de exportación.  No habría liquidado hasta el 30 de noviembre casi ninguna de las exportaciones que hizo operando la planta de Vicentin.

La Nación dice también que en el mercado se sospecha que habrían operado con las sumas que debían liquidar en el mercado cambiario generando una diferencia que podría superar los 30.000 millones de pesos.

Es curioso que el diario informe sobre estas denuncias. Probablemente sigue actuando a cuenta de los principales exportadores que querían repartirse el cupo de Vicentin.

Esta forma de operar es común a vastos sectores de la burguesía, nacional y multinacional.

Vuelve a quedar demostrado que un sector tan importante como el comercio exterior no puede quedar en manos privadas. Todo el comercio exterior debe ser estatizado, junto con los puertos y las vías navegables. El gobierno queda al desnudo una y otra vez mostrando su incapacidad para defender el interés nacional.

(nota de MASAS nº396)

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *