El gobierno del Frente de Todos protege a la Patria Financiera

El diputado jujeño José Luis Martiarena, que asumió en 2017, liderando la lista del Frente Justicialista presentó un “Proyecto de ley de nacionalización de depósitos bancarios”, que fue rechazado de inmediato por el bloque del Frente de Todos, poniendo al desnudo el abandono completo de las banderas que alguna vez levantó el peronismo y su negativa a dar marcha atrás con las reformas neoliberales de los últimos 50 años.

El presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa y el jefe del bloque Máximo Kirchner salieron a aclarar que no avalan la iniciativa, “es la iniciativa de un diputado sobre 120 y no es acompañado por quienes forman parte del oficialismo”, comunicó el bloque.

Martiarena y todos los militantes del Frente que se reivindican de la causa “nacional y popular” deben tomar nota de esta respuesta miserable de quienes se arrodillan frente al capital financiero.

Dice el diputado: “El Estado debe controlar la economía y no ser rehén de Sectores Financieros. Propongo la Nacionalización de Depósitos Bancarios para proteger los ahorros y recuperar el crédito regionalizado para la Reactivación Económica… Hay que cambiar la Ley Financiera de la dictadura y Martínez de Hoz y poner fin a la Especulación, Usura, Timba y Fuga de Divisas”.

El proyecto, que consta de 16 artículos se titula “Reforma del sistema financiero para la renovación económica y la reconstrucción nacional”.

Establece que “los bancos comerciales, de inversión, de desarrollo, hipotecarios, compañías financieras, sociedades de crédito para consumo, cajas de crédito y de ahorro (…) procederán a transferir todos los depósitos al Banco Central de la República Argentina y se practicarán a ese fin las pertinentes registraciones contables… la recepción de depósitos en pesos solo podrá ser realizada en todo el territorio del país por el BCRA”. Comprende “no solo los depósitos de terceros realizados en las entidades mencionadas, sea cual fuese su naturaleza o denominación, sino también cualquier otra forma de captación de fondos del público… los bancos y las demás entidades financieras no podrán girar ni utilizar los depósitos y fondos sin autorización del BCRA, sin perjuicio de atender los retiros y movimientos que sobre los mismos dispongan los titulares”.

“Vengo a proponer con este proyecto un nuevo rumbo para la política económica que permita, por medio de una reforma económica estructural, cambiar la política financiera del proceso militar vigente desde 1977 hasta la fecha”. El diputado pudo comprobar en carne propia el rumbo abiertamente antinacional que tiene el gobierno.

Recordemos cómo desde el movimiento obrero se formulaban los reclamos nacionales, programas reivindicados por la militancia peronista.

En el plenario de delegados regionales de la CGT realizado en La Falda en 1957 se levantaba entre otras banderas:

* Control estatal del comercio exterior sobre las bases de la forma de un monopolio estatal.

* Liquidación de los monopolios extranjeros de importación y exportación.

* Nacionalización de los frigoríficos extranjeros, a fin de posibilitar la eficacia del control del comercio exterior, sustrayendo de manos de los monopolios extranjeros dichos resortes básicos de nuestra economía.

* Control centralizado del crédito por parte del Estado, adecuándolo a un plan de desarrollo integral de la economía con vistas a los intereses de los trabajadores.

* Programa agrario, sintetizado en: mecanización del agro, “tendencia de la industria nacional”, expropiación del latifundio y extensión del cooperativismo agrario, en procura de que la tierra sea de quien la trabaja.

* Control obrero de la producción y distribución de la riqueza nacional, mediante la participación efectiva de los trabajadores.

En 1962 en Huerta Grande se aprobaba:

  1. Nacionalizar todos los bancos y establecer un sistema bancario estatal y centralizado.
  2. Implantar el control estatal sobre el comercio exterior.
  3. Nacionalizar los sectores claves de la economía: siderurgia, electricidad, petróleo y frigoríficas.
  4. Prohibir toda exportación directa o indirecta de capitales.
  5. Desconocer los compromisos financieros del país, firmados a espaldas del pueblo.
  6. Prohibir toda importación competitiva con nuestra producción.
  7. Expropiar a la oligarquía terrateniente sin ningún tipo de compensación.
  8. Implantar el control obrero sobre la producción.
  9. Abolir el secreto comercial y fiscalizar rigurosamente las sociedades comerciales.
  10. Planificar el esfuerzo productivo en función de los intereses de la Nación y el Pueblo Argentino, fijando líneas de prioridades y estableciendo topes mínimos y máximos de producción.

Programas que identificaban con bastante precisión las tareas nacionales pero que sucumbían ante la ilusión de que con la dirección nacionalista burguesa de Perón y su movimiento se podrían imponer. Esos programas sólo pueden ser impuestos por la clase obrera en el poder acaudillando a todos los oprimidos. Lo mismo para la ley que propone Martiarena, una medida así no podrá ser resuelta en el Congreso.

 

(nota de MASAS nº403)

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