24 de Marzo: La clase que ordenó el Golpe sigue en el poder

Solo por medio de la acción directa de masas podremos conquistar la soberanía, expulsar al imperialismo, desconocer las deudas y recuperar todos los recursos

A 46 años del Golpe genocida, volvemos a hacer Memoria: Los militares fueron ejecutores de una represión sangrienta que comenzó bajo el gobierno constitucional de Perón-Isabel Perón. La 3A fue organizada bajo el gobierno peronista.

Fueron 30.000 asesinados, detenidos-desaparecidos, decenas de miles exiliados, decenas de miles presos, torturados, perseguidos. Las organizaciones sindicales, estudiantiles, campesinas, barriales, los partidos políticos, que tenían una actitud combativa, fueron ilegalizados y reprimidos.

El objetivo del golpe era liquidar a lo más avanzado de la vanguardia política y sindical para poder aplicar abiertamente los planes de saqueo y entrega al imperialismo, para arrancar a las masas las conquistas más valiosas.

El golpe fue preparado por las Cámaras empresarias nacionales y extranjeras, desde varios meses antes, ellos fueron los principales beneficiarios de la política económica que se aplicó. Fue apoyado por los partidos políticos patronales, entre ellos la UCR. Y también por sectores de la burocracia sindical, que temían perder la dirección de los sindicatos a manos de las bases cada vez más radicalizadas. Fue bendecido por la cúpula de la Iglesia, cómplice directa.

No olvidamos tampoco a aquella izquierda como el Partido Comunista Argentino que tenía como estrategia un “gobierno cívico-militar” para superar la crisis institucional y que no condenaron al golpe porque decían que el ala de Videla había impedido que los pinochetistas dieran el golpe. No nos olvidamos tampoco de aquellos que creían que el golpe era contra la guerrilla y que habría elecciones… Todo debe estar guardado en la Memoria.

Y nunca debemos dejar que se oculte cuál fue el carácter de clase del golpe: fue la burguesía, fue el imperialismo, que veían peligrar su régimen del dominación. Por lo tanto no habrá verdadera Justicia hasta que terminemos de raíz con quienes lo ordenaron y se beneficiaron. Son los mismos responsables de todos los golpes militares del siglo pasado, de las represiones sangrientas en los talleres Vasena, en los quebrachales, en la Patagonia, los 1° de Mayo de principios de siglo, en la Fusiladora. La dictadura militar es una de las formas de la dictadura de la burguesía, que se continúa bajo los gobiernos que tienen algunas formas democrático burguesas. El poder real sigue en las mismas manos que bajo la dictadura, más concentradas, más internacionalizadas).

Reconocemos la extraordinaria importancia de la lucha popular, de los organismos de Derechos Humanos, consecuente, incansable, para enjuiciar y castigar a cientos de responsables militares y algunos civiles y eclesiásticos, lucha que sigue aún hoy día y chocando con todos los intentos de impunidad que pactaron los militares con la iglesia, los partidos, la justicia y los grandes medios de comunicación. Esa lucha debe avanzar sobre las bases materiales del golpismo.

Hay un aspecto en especial que debemos tener presente en este momento: el carácter internacional del golpe. Fue comandado por EE.UU. a través del Plan Cóndor que se preparó desde comienzos de los años ´70 y se ejecutó sangrientamente en varios países de Latinoamérica.

Argentina ingresa al FMI en 1956, bajo la dictadura militar de la “Revolución Libertadora” (mejor conocida como fusiladora) que derrocó a Perón un año antes. Bajo la última dictadura militar la deuda externa creció de 8.000 millones a más de 45.000 millones de dólares, hasta ese momento el mayor crecimiento de la historia en tan poco tiempo y se empezaron a aplicar las medidas de corte neoliberal que se completarían años más tarde bajo el gobierno de Menem.

En 1982 la dictadura militar acorralada por su crisis se lanza a la recuperación de las Islas Malvinas, creyendo contar con el visto bueno de EE.UU. Sin embargo, desatada la guerra, EE.UU. no dudó en colaborar con Inglaterra, su principal socio en la OTAN, para derrotar a las fuerzas militares argentinas.

Bajo el imperio del terrorismo de Estado el capital financiero avanzó fuertemente en el sometimiento nacional. El país cada vez más sometido colonialmente a sus dictámenes. Los gobiernos de la democracia burguesa fueron incapaces de revertirlo mínimamente.

Por el contrario, el acuerdo actual con el FMI es una confirmación de ese vasallaje. Imponen el reconocimiento de una deuda fraudulenta, entregada para salvar a Macri del default, pasando por encima de todos sus reglamentos, importe que fue fugado íntegramente. Obligaron a que el gobierno actual y el Congreso la reconozcan y la paguemos. El FMI impuso la forma de pago y mantener la sobretasa de interés que acordaron en 2018.

El gobierno cobarde e incapaz aceptó todos los condicionamientos y fue ajustando la economía desde que asumió para poder cumplir con las exigencias del capital financiero. Esa es la realidad, que supera todos los discursos y la catarata de excusas insoportables para justificar esta nueva entregada.

Es hora de terminar con el saqueo y la entrega. La burguesía es una clase antinacional, que privilegia sus relaciones con la oligarquía terrateniente y el capital financiero, por lo tanto todas sus instituciones, sus partidos bloquean cualquier reclamo de soberanía, de defensa del patrimonio nacional, sus recursos, sus empresas.

Sólo la clase obrera puede ofrecer una salida consecuentemente antiimperialista, acaudillando a todos los oprimidos, rompiendo todos los acuerdos con el imperialismo, expulsando a las multinacionales de los sectores vitales de la economía, nacionalizando la banca y el comercio exterior, recuperando los hidrocarburos, los puertos, los ríos, todas las fuentes de energía, industrializando el país para imponer el pleno empleo y terminar con el hambre, la miseria y la pobreza. Es una sola lucha que terminará con las bases materiales en que se apoyaron y se apoyan todos los golpes y los golpistas.

Liberar a nuestro país de toda opresión, romper todas las ataduras con el imperialismo, conquistas la soberanía, será el mejor homenaje a los miles de compañeros caídos en la lucha por el mundo mejor que soñaron.

El camino es el de la revolución social.

 

(nota de MASAS nº411)

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