Bolivia: La burocracia sindical plantea que “luchará” por un 7% de aumento salarial al básico y un 10% al mínimo nacional

¡NO LUCHAMOS POR MISERIAS!

¡SALARIO MÍNIMO VITAL CON ESCALA MÓVIL!

Para los burócratas de la COB y, desgraciadamente, para los propios trabajadores que soportan despidos, rebajas de sus ya miserables salarios, pisoteo de sus conquistas sociales y sindicales, etc. por los patrones a nombre de que las empresas “se encuentran en crisis” como producto -dicen- de la pandemia primero y ahora de la inflación en el mundo por efecto de la crisis capitalista agravada por la guerra en Ucrania, esta consigna les parece una utopía imposible siquiera de plantear.

Es que los burócratas vendidos, cebados y satisfechos por las dádivas que el Estado burgués les da a cambio de su servilismo, piensan con la cabeza de los patrones, es decir, de los verdugos de los trabajadores y no de los propios como clase. Los propios trabajadores, aterrados por el fantasma de la desocupación, indefensos por falta de direcciones sindicales que luchen por la defensa de sus intereses frente a los patrones, acaban por ver en la prosperidad del patrón la única posibilidad de estabilidad laboral.

No hay nada de utópico en exigir de esta sociedad que, por lo menos, garantice que los trabajadores perciban un salario de acuerdo al costo de la canasta familiar, es decir, que les permita vivir cubriendo sus necesidades vitales: alimentación, vivienda, salud, educación; sólo eso.

Que los empresarios se opongan a cualquier

tipo de incremento salarial en nombre de la “reactivación económica”, es lógico. Su interés, como explotadores de la fuerza de trabajo de los obreros, es sacar la mayor plusvalía (ganancia) posible del sudor del obrero y “reactivar la economía” a costa de mayor explotación de la fuerza de trabajo. Lo intolerable es que los burócratas se preocupen más de la buena salud de los patrones cuya riqueza ostentan sin disimulo mientras se quejan de su “situación de crisis”, que de la situación de miseria de la mayoría de los bolivianos.

El problema para los trabajadores y los oprimidos en general es plantearse quién debe pagar la crisis. Para los trabajadores debieran ser los patrones los que la paguen renunciando a parte de sus ganancias. La banca, los agroindustriales del Oriente, los grandes empresarios privados, los grandes contrabandistas y ni qué decir las empresas transnacionales que saquean nuestros recursos naturales, se están haciendo más ricos que nunca en medio de la crisis. La crisis es para los oprimidos, para los explotados, ellos cargan con la crisis sobre sus espaldas.

A esta burguesía inútil le decimos: si no es capaz de dar de comer a sus esclavos, no merece existir, la revolución social que la eche del poder es una necesidad urgente. Comer, vivir en condiciones mínimamente humanas no puede ser una utopía, es una necesidad inaplazable.

 

(POR Bolivia – MASAS nº2690)


PUGNAS INTERNAS EN EL M.A.S. POR EL CONTROL DEL PODER ESTATAL

Lo que ocurrió en febrero cuando Evo Morales no pudo imponer una restructuración del gabinete para tomar el control total de los ministerios, y ahora último, el incidente donde Evo Morales recomienda a la militancia cuidarse del Ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, demuestra que hay un enfrentamiento sin cuartel entre la tendencia evista (que tiene el control del aparato partidario y de la sigla ante el TSE) y tendencias arcista y choquehuanquista. Pese a que los masistas repiten hasta el cansancio de que estas “divergencias” son “normales” dentro de un partido tan grande y, pese a que Arce Catacora y Choquehuanca apresuradamente han salido a declarar que no existe división en el M.A.S exhortando a la militancia a mantener la unidad, todo hacer ver que estas son simples declaraciones que tratan de ocultar una realidad: la existencia de tendencias internas explosivas al interior del M.A.S.

La explicación del fenómeno político no es otra que el M.A.S. se encuentra en su fase de decadencia y agonía política. La pérdida de las ilusiones que tenían amplias mayorías en el M.A.S. se van esfumando. Éstas han constatado en carne propia, que todo el discurso del “proceso de cambio” había sido en esencia lo mismo de todos los partidos tradicionales de derecha, demagogia más demagogia para ocultar una corrupción generalizada que brota por todos sus poros de la gestión masista. El fracaso del proyecto indigenista posmoderno como una posibilidad de superar y resolver el problema histórico boliviano de saqueo de nuestros recursos naturales, la ausencia de industrialización de nuestra economía, la opresión nacional a las mayorías indígenas y la aguda pobreza y miseria que está muy lejos de resolverse, en fin, nuestra condición de país capitalista atrasado. En definitiva, las masas ya no creen que el M.A.S. represente una alternativa de renovación y cambio. Es esta la razón de la actual crisis interna del M.A.S. lo que nos permite ver también lo que se viene a futuro, la ruptura de este movimiento político en diferentes fracciones.

El MNR en la década de los cincuentas sufrió el mismo proceso de desmembramiento en tendencias, pero estas se manifestaron como divergencias políticas, unas por el lado de la derecha: MNR-A de Walter Guevara, MNR-H de Victor Paz y otras por la izquierda: PRIN de Lechín, un ala silista MNR-I. En el caso del M.A.S. Arce Catacora y Choquehuanca no plantean diferencias políticas con Evo Morales, el actual gobierno de Arce –Choquehuanca continúa con la misma política proburguesa de convivir como “socios” con el empresariado nacional y los intereses de las transnacionales, orientación que caracterizó al evismo durante 14 años de gobierno. Por lo que las disputas y el enfrentamiento entre militantes son por acaparar y controlar más espacios de poder dentro del aparato estatal y las dependencias gubernamentales. Dirigencias sindicales y cívicas burocratizadas de un bando y del otro que se despedazan por beneficiarse de las mieles que ofrece generosamente el poder.

Corresponde al movimiento obrero y popular superar críticamente este falso “socialismo” colaboracionista y proburgués, que ha emborrachado y confundido inicialmente a los trabajadores por más de una década, para encaminarse a retornar a la esencia revolucionaria del sindicalismo boliviano claramente enunciado en la Tesis de Pulacayo en 1946 y la Tesis Socialista de la COB de 1970, la lucha por acabar con el imperio de la gran propiedad privada y de las transnacionales en Bolivia y el mundo, única forma de construir una sociedad sin explotados ni explotadores.

 

(POR Bolivia – MASAS nº2690)

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