Bolivia: El bloqueo de caminos: agotamiento político de Evo Morales

La crisis interna del MAS desde hace tres años se viene profundizando más y más al punto de que se ha fracturado orgánicamente, apareciendo en el escenario dos organizaciones disputándose la sigla y los aparatos burocráticos del partido. Una a la cabeza de Evo Morales y la otra de Luis Arce. En esta lucha están ausentes diferencias políticas y todo gira en torno a diatribas e insultos entre los dos caudillos buscando cuál de ellos tendrá la titularidad oficial de la candidatura presidencial para las próximas elecciones del 2025. Como hemos dicho muchas veces, se trata de una disputa entre Sancho Panzas desesperados de capturar el control del Estado como fuente de pegas y de plata para satisfacer a miles de seguidores oportunistas.

En su momento dijimos que, en esta disputa, llevaba ventaja el dueño circunstancial del aparato estatal porque tiene en sus manos recursos financieros y materiales que le permiten, por ejemplo, trasladar gente de uno a otro lugar, de ofrecer cargos y otras prebendas, de controlar a miles de funcionarios públicos, etc.; mientras que Evo Morales, desde el principio, ha tenido que batirse desde su refugio del Chapare, logrando fracturar algunas organizaciones campesinas de Potosí. Cochabamba, Oruro y sectores de interculturales de Santa Cruz. En los centros urbanos, ni siquiera en el Chapare tiene apoyo, con mayor razón en las grandes ciudades donde la clase media ha sido la primera en romper con los gobiernos masistas, Su situación en el movimiento obrero es también de una gran orfandad. En resumen, la fracción de Arce ha logrado aislar a Morales y éste ha terminado pataleando con su minoritaria oposición parlamentaria haciendo pactos impúdicos con la derecha reaccionaria.

Arce, teniendo el control del poder judicial, le ha dado la última estocada mortal, cerrándole el paso para que pueda cumplir con el sueño de ser candidato presidencial. Morales, desesperadamente ha precipitado una vigilia en los alrededores del Tribual Constitucional en Sucre exigiendo la renuncia inmediata de los magistrados, medida que rápidamente se ha agotado porque no ha podido masificarse en una movilización nacional y, ahora, no tiene otra alternativa que lanzarse al bloqueo nacional de caminos, sabiendo que esta medida puede ser su última jugada política. Anticipándose a su fracaso ha hecho decir a sus portavoces que él no está de acuerdo con la medida pero que es decisión de las bases.

¿En qué condiciones tendría éxito este bloqueo nacional de caminos? Sólo si paraliza realmente al país. Esto implica lograr movilizar no sólo al movimiento campesino en su conjunto para que salgan a los caminos, sino también a las grandes mayorías de la clase media de las ciudades que coadyuven las acciones de los campesinos. En estas condiciones Morales, en pocas horas, podría no sólo lograr la renuncia de los magistrados sino también asegurar su tan ansiada candidatura presidencial, arrinconando políticamente a Luis Arce. Ese extremo no se va a dar por las razones arriba señaladas.

Morales ha instruido trasladar contingentes del Trópico para forzar los bloqueos en el Oriente y el Occidente, como se señala en un último instructivo emitido por las seis federaciones del Trópico cochabambino; son bloqueos minoritarios que rápidamente van a chocar con la población hambrienta, víctima de la crisis económica, que necesita trabajar, trasladarse de un lugar a otro para hacer su pequeño comercio, con los equipos de choque que Arce, desde el poder, puede movilizar para hostigar a los bloqueadores junto a la población inconforme, etc. Será cuestión de tiempo, mientras más días pasen, se minará el espíritu de los minoritarios grupos de bloqueadores al chocar con la población, hasta el momento en que sea insostenible el desgaste y el agotamiento de esta medida de presión.

Arce sabe que sería una torpeza reprimir con la policía y el ejército un bloqueo débil y aislado; sabe también que esta medida extrema terminaría victimizando al adversario que ya se encuentra en la lona. Esperará pacientemente que se caiga por sí mismo.

(POR Bolivia – Masas No.2776)


LA CRISIS INTERNA DEL M.A.S. MARCA EL FRACASO DEL REFORMISMO BURGUÉS DISFRAZADO DE IZQUIERDISTA Y HASTA SOCIALISTA

Las grandes mayorías trabajadoras que cargan sobre sus espaldas todo el peso del atraso y la miseria que agobia al país tienen que soportar, encima, las consecuencias de la mezquina guerra interna del M.A.S. Una guerra de ambiciosos por el control del Gobierno para gozar de las mieles del Poder y nada más.

El 15 aniversario del “Estado Plurinacional”, farsa masista que encubre la continuidad de la excluyente y racista República burguesa, encuentra a los adversarios enfrascados en su mezquina guerra, los evistas con un antipopular bloqueo “nacional” e “indefinido” que no podrá sostenerse por mucho tiempo, circunscrito apenas al departamento de Cochabamba pero que paraliza el eje troncal, y los arcistas celebrando el aniversario con una concentración que ha abarrotado la Plaza Murillo y alrededores como demostración de fuerza frente al debilitado caudillo cocalero.

Agotado el neoliberalismo de la vieja derecha y el reformismo de la nueva derecha, ambas, expresiones políticas burguesas defensoras del orden capitalista de los empresarios privados y el imperialismo, la necesidad de superar el atraso y la miseria impone la urgencia de acabar con la “democrática” dictadura burguesa.

Corresponde a la clase obrera, vanguardia histórica de la lucha del pueblo oprimido por la liberación nacional de toda forma de opresión y explotación, retomar las banderas de lucha por instaurar el gobierno obrero-campesino y del conjunto de los oprimidos.

Los trabajadores tienen que sacudirse del chaleco de fuerza que significa la burocracia sindical que ha convertido a nuestras organizaciones matrices (COB, FSTMB, confederaciones fabriles) en instrumentos al servicio de los gobiernos burgueses de turno contra el conjunto de los explotados y oprimidos.

(POR Bolivia – Masas No.2776)

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