La “resistencia” peronista

En las últimas semanas, distintos periodistas, dirigentes sindicales y sociales, y medios de comunicación, han vuelto a colocar en discusión este término. La llamada “resistencia peronista” caracterizó una etapa importantísima del movimiento obrero en la Argentina a partir del golpe de Aramburu de 1955 hasta aproximadamente el retorno de Perón en 1973. Podemos decir que su tan aclamada copia actual es menos que una farsa respecto a la original.

La actual “resistencia” peronista comenzó el mismo día del balotaje del 19 de noviembre. Su candidato presidencial Sergio Massa abdicó a la lucha el mismo día de su derrota, dejando huérfanos a los que confiaron en él como personaje capaz de “liquidar al fascismo” de Milei, entre los que incluso se ubicaban también organizaciones centristas (como Izquierda Socialista o el NuevoMAS). Su temprana deserción era tan solo un botón de muestra de lo que vendría.

Guillermo Francos, quien había sido designado por Alberto Fernández ante el Banco Interamericano de Desarrollo, hoy es la figura central en el armado del Gobierno como Ministro del Interior de Milei. En sintonía Leonardo Madcur, hombre de confianza de Massa ante el Fondo Monetario Internacional, continúa en su cargo, lo que muestra la línea de continuidad de la relación con el FMI entre un Gobierno y el otro. La naturalidad con la que se aceptan estas transferencias haría pensar que no hay ninguna contradicción en dicho accionar.

Otros personajes, como Daniel Scioli (Embajador en Brasil), Flavia Royón (Secretaría de Minería) o Rosana Lodovico (al frente de Aduanas), permanecen también en puestos heredados del anterior gobierno. El primero tiene una connotación significativa en la tan mentada “resistencia”, ya que había sido el candidato opositor a Mauricio Macri en 2015 y estuvo cerca de ser el candidato único de consenso en el peronismo en estas elecciones. Scioli acaba de auto-publicitarse con el lema de Milei de “las fuerzas del cielo” en una reunión con directivos de FlyBondi. Curiosa forma de “resistencia”.

Desde la bancada de Unión por la Patria (UxP) también le rinden un llamativo homenaje a la “resistencia”. El burócrata sindical de “La Bancaria” -Sergio Palazzo- avisó que “está a tiempo señor Presidente, retire el DNU y envíe leyes al Congreso”, mostrando que no le interesa rechazar de plano las reformas, sino poder discutirlas “democráticamente”. Moreau refuerza esa cuestión al referirse que “el Congreso es la última trinchera que tiene la sociedad para defenderse”, en clara oposición a las movilizaciones que comenzaron a generalizarse a partir del 20 de diciembre.

Quien más lejos llegó en este sentido es el jefe de bancada de UxP en Diputados, Germán Martínez, que se animó a llamar “arbitrariedades” a los cacerolazos y cortes de calle que se replicaron a lo largo y ancho de las principales ciudades del país, y culminaron en una masiva y espontánea movilización en las puertas del Congreso. Le opone a ello un “acuerdo transversal de todas las fuerzas políticas con expresión en el Congreso”, es decir una vía muerta para enfrentar las políticas dictatoriales de este Gobierno.

Y también hemos dado cuenta en nuestro último periódico (Masas Nº 448) de otros, como Grabois – que planificaba ser “veedor” de movilizaciones y darle “100 días” al Gobierno de Milei – el rápido volantazo que tuvo que pegar para no quedar totalmente aislado de la bronca popular creciente. Su alianza con el ajustador y tomador de deuda externa Kicillof (tal cual lo aprobó la Legislatura bonaerense, en sintonía con la política de Milei) erigiendo “Multisectoriales” que logren enchalecar e institucionalizar la bronca, es un peligroso dique de contención que debe ser derribado, barriendo con todos los dirigentes traidores al paso.

Para finalizar, debemos retornar al hombre de la embajada yanqui y antiguo acompañante de Macri en su primera gira importante al exterior (en Davos): otra vez Sergio Massa. Su reciente reaparición no obedece al intento de encabezar la lucha contra las políticas criminales de Milei, sino para cumplir su rol de contención en la situación política actual. En su reunión con la CGT sostuvo que le pareció “apresurado” el llamado al paro, ampliando que “si a 45 días le haces un paro general, a los 90 días, ¿Qué hacés? ¿Un bombardeo?”. Una verdadera muestra de cinismo y burla ante la desesperante situación de las masas.

La “resistencia” peronista actual ha revelado rápidamente su contenido de clase durante los primeros 30 días, lo que representa un precedente de cómo actuarán sus dirigentes a futuro. Un importante sector de las masas, que genuina, aunque falsamente, ha confiado en el peronismo para resolver la catástrofe que nos amenaza, debe extraer rápidamente las lecciones de este primer mes de gobierno, antes que la política dictatorial se imponga totalmente. 

Frente a la respuesta conciliadora de la dirección del peronismo, debemos oponerle la conformación de los frentes de lucha, de la más amplia unidad para responder a la barbarie, utilizando los métodos de acción directa como única posibilidad de torcerle el brazo a la burguesía. Como su antecesora, la “resistencia” peronista está condenada a duras frustraciones y serias derrotas si no conquista la independencia política frente a la tutela de la burguesía.

(Nota de Masas n°449)

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