24 de Enero: Extraordinaria movilización nacional

Convocada por la CGT, acompañada por las CTA, organizaciones de desocupados, de inquilinos, organizaciones barriales, cartoneros, de la cultura, organizaciones políticas. Este paro activo al mediodía con marcha y acto tiene un sentido político especial, fue contra el Mega Decreto y la Ley Ómnibus, corazón del programa de Gobierno. Es una muestra del cambio de la situación política

Fracasaron las amenazas y todas las medidas represivas hechas desde que se convocó. Intentaron declarar ilegal el paro, descontar el día de paro y sanciones por parte de las empresas. Y el Protocolo lo pudieron aplicar muy parcialmente, bloquearon el acceso al Puente Pueyrredón para que no llegara al acto la columna de zona sur, pero hicieron su acto en el lugar, detuvieron ómnibus en la Panamericana que también se dirigian al acto. Un millón y medio de manifestantes en todo el país, en algunas ciudades fue la movilización más grande de la historia. Se trató de la movilizacion gremial más grande de los últimos 40 años (recordamos que la gigantesca movilización de diciembre 2001 fue autoconvocada, no hubo paro ni llamamiento de las organizaciones sindicales). El fracaso de la política de miedo y terror es un claro indicador de la voluntad de lucha de los oprimidos.

Hace muchos años que no había una manifestación de esta contundencia, por la masividad, por el alcance nacional, por la unidad, por la presencia dominante de organizaciones sindicales, por la notable presencia de jóvenes que no vivieron aquellas jornadas históricas de movilizaciones multitudinarias de trabajadores. Y por el estado de ánimo de los manifestantes, demostrando sus ganas de luchar, de derrotar al gobierno, de pelear.

Fue muy importante la repercusión internacional del paro y movilización y los actos de solidaridad en numerosas ciudades del mundo. El triunfo de Milei llamó la atención de hasta dónde podría avanzar la ultraderecha con sus políticas y hasta dónde los oprimidos podrían hacerle frente.

Esta es la respuesta a la situación dramática, de catástrofe social que se vive, provocada por este gobierno, el impacto de la devaluación extraordinaria y terminar con todo tipo de regulaciones, controles y limitaciones a las grandes corporaciones. Estamos frente a la destruccion del salario, las jubilaciones, de todos los ingresos de los sectores populares en una gran proporción, muy rápido. Si la situación con Fernández ya era difícil, ahora es extraordinariamente peor.

Los oprimidos entendieron rápidamente que no había que darle ningún tiempo a este gobierno dictatorial para que consume todo su ataque contra nuestros derechos y contra el patrimonio nacional. Los politiqueros que decían que era apresurado hacer un paro y movilización fueron pasados por encima. Muchos de ellos siguen en funciones bajo este gobierno y las empresas que financiaban sus campañas ya se han ubicado junto a Milei por lo tanto reclaman que se sumen a sus leyes. Los políticos referentes del peronismo casi no aparecen. También fueron superados los politiqueros que decían que había que esperar porque “el gobierno se cae solo”. Sectores muy importantes de las masas supieron que todo esto no era nuevo, que era la continuidad de la dictadura, de Menem, de De la Rúa, de Macri, y que por eso aparecían en este gobierno funcionarios de esos gobiernos.

La política de Milei es entregar el control total de la economía a los monopolios (a los que llama “mercado”). Promover el saqueo acelerado de los recursos, de las empresas, del Fondo de Garantía, en nombre de obtener recursos para equilibrar las cuentas y en nombre de que el Estado no debe tener empresas o intervenir donde lo pueden hacer los privados. Combinado con un sometimiento total al programa del FMI, y a lo que mande EE.UU. creyendo que obtendrá créditos o inversiones que no aparecen ni aparecerán.

“La Patria no se vende” fue la consigna que se cantó permanentemente en las movilizaciones. Interpretando perfectamente que la política de este gobierno es de saqueo, como se expresa en la Ley y en el Decreto, por las medidas que se tomaron y por los hombres que están al frente del gobierno, conocidos tránsfugas como Caputo, Bausilis, Sturzenegger. La tendencia es a la unidad de vastos sectores de los oprimidos atacados por el Gobierno.

La clase obrera tiene una formulación precisa frente al saqueo capitalista: desconocimiento de toda la deuda externa, fraudulenta, y del programa y las imposiciones del FMI; estatización de toda la banca organizando un sistema único nacional; nacionalización del comercio exterior; recuperación de todos los puertos y vías navegables; expropiar los grandes medios de producción en manos de un puñado de capitalistas cada vez más concentrados. Estas son las bases para avanzar en la conformación de un frente único antiimperialista que unifique a la mayoría oprimida bajo la dirección de la clase obrera.

Como pocas veces, la dictadura del capital ha quedado al desnudo. La ley omnibus y el megadecreto fueron redactados por personajes ajenos al Congreso y a los ministros del Gobierno que tuvieron que defender textos que no conocían y ni sabían quién los había escrito. Cada capítulo beneficia a alguna corporación. Y quisieron imponerlas amenazando y chantajeando a los gobernadores y legisladores de forma grotesca, argumentando que si no se aprobaban el país explotaría. Todo es improvisación y prepotencia dictatorial.

El Gobierno que dijo mil veces que no negociaría ningún aspecto de la Ley bajó 141 artículos para conseguir los votos, y como aún así podía perder la votación en diputados eliminó completamente el capítulo fiscal, otros 80 artículos. A su vez la Justicia ha hecho lugar a gran cantidad de amparos con el Mega Decreto. La crisis en el Congreso y con la Justicia expresan la lucha interburguesa, con un gobierno débil. Milei, su gobierno, sus políticas, no se caerán solas, por sus propias contradicciones, es necesaria la intervención decidida de los oprimidos para barrer con toda su política, esta es la gran importancia del paro y movilización del 24 que sacuden el régimen. 

No confiamos en el Congreso ni en la Justicia que harán todo lo necesario para salvar su régimen e inclusive desplazar a Milei si se convierte en un obstáculo. Confiar en nuestras propias fuerzas, en nuestra propia organización, en nuestros métodos de lucha, en la política de la clase obrera que es la única clase portadora de una alternativa de transformación social porque no tiene ninguna atadura con la gran propiedad de los medios de producción. Es fundamental la continuidad de las medidas, un plan de lucha hasta terminar con la política de hambre y entrega.

(nota de Masas n°450)

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