El hambre no espera

El viernes se movilizaron unificadamente las organizaciones de desocupados bajo esa consigna. Protestaron por la falta de alimentos en los comedores y merenderos populares. 500 cortes de rutas y accesos en el país que volvieron a quebrar el protocolo antiprotesta de Bullrich. Fue el inicio de un plan de lucha.

En Buenos Aires la marcha masiva llegó hasta el Ministerio de Capital Humano. La masividad hizo imposible para la policía contener la movilización en las veredas, los manfiestantes volvían a ganar la calle. Los gases no lograron dispersarlos y las columnas fueron ocupando la calle Pellegrini.

Denuncian que más de 40 mil comedores populares no reciben suministros desde diciembre, y reclaman por un aumento en los planes de asistencia social. 

El Gobierno dice que quiere eliminar los intermediarios pero no toma ninguna medida para que los alimentos lleguen directamente a los comedores.

La catástrofe social se agrava. No solo no llegan alimentos. Los precios de los artículos de primera necesidad se duplicaron en un par de meses. El transporte se volvió impagable. Y aumentan el gas y la luz.

Y crece el desempleo, en la construcción dicen que ya se perdieron 100.000 puestos de trabajo. Ahora se anuncia el cierre por un mes de Acindar, las automotrices con suspensiones. Debemos parar ya mismo semejante ataque salvaje a las condiciones de vida. Multiplicar las movilizaciones unitarias y exigir a la CGT y las CTAs que convoquen ya a un nuevo paro general.

(Nota de MASAS n°452)

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