Crianceros en la meseta neuquina: La pandemia y el gobierno agravan su compleja situación
Al Norte de la ciudad de Neuquén, sobre la meseta, se ubica el barrio Colonia Nueva Esperanza, un área rural donde más de 150 familias viven de la cría de cerdos, aves de corral, chivas y caballos. Las condiciones de vida en las que desarrollan sus actividades son muy precarias ya que además de no tener servicios como el gas (se entregan escasos bonos de gas, las garrafas duran poco, son caras), no disponer de leña para el frío, tener problemas con el transporte urbano (que recién en diciembre de 2019 llegó al barrio), problemas de conectividad telefónica y de internet, no cuentan con los recursos para proveer de alimento a sus animales, por lo que usualmente utilizan el basurero municipal de la meseta para obtener hierros, bronce y cartón, que revenden para comprar alimentos para su familia y sus animales.
A toda esta situación de extrema gravedad se suman ahora las restricciones impuestas por los gobiernos nacional, provincial y municipal, que en el marco del COVID 19, impiden el acceso al basurero con la policía. Esto no hizo más que agudizar la precaria situación que vivían las familias del lugar, ya que ahora no solo no pueden entrar al basurero y revender lo que allí encuentran, sino que no tienen con que alimentar a sus familias y a sus animales. Los pocos crianceros que se animan a entrar, clandestinamente, son reprimidos y sacados del basurero. Hoy los lechones y chanchos están flacos y muchos se están muriendo, y junto con ellos también se muere el alimento de estas familias ya que la mayor parte de la producción de cerdos y aves de corral son para autoconsumo.
Los crianceros de manera organizada se han manifestado de diversas formas para solicitar ayuda, pero aún no han recibido soluciones a sus pedidos. Referentes de los crianceros han comunicado que lo único que han recibido desde que comenzó la pandemia a la fecha por parte del gobierno es la entrega de 2 fardos de pasto y alimento balanceado para cerdos y aves que solo fue entregada a una parte de los productores, que por otro lado solo duró un par de días. En cuanto a la ayuda con módulos alimentarios para sus familias, muchas de las cuales se componen de 5, 6 y 7 hijos, solo han recibido una vez en la escuela una bolsa compuesta por 2 bolsas de garbanzo, 2 bolsas de lenteja, 1 paquete de polenta y 1 kilo de harina. Realmente una burla y una provocación mayúscula del gobierno provincial y del gobierno municipal (ambos del Movimiento Popular Neuquino) a la delicada situación y hambre que vienen padeciendo estas familias que hace generaciones viven allí y trabajan solo de esto.
Toda esta situación se haya rodeada geográfica y paisajísticamente por el boom de “Vaca Muerta”, ya que exactamente al lado de estos productores de cerdos se han instalado empresas de petróleo, se construyó la ruta nueva autovía norte, se extendió hasta allí el parque industrial de la ciudad y las tierras adquirieron un valor inmobiliario fenomenal. A ellos el gobierno provincial sí los atiende y los defiende a capa y espada. Este año también en el lugar se produjo la toma de tierras conocida como Casimiro Gómez donde más de 1000 familias ocuparon un lugar. Pero a ellos, al igual que a los crianceros, no se les dio ninguna respuesta y solución.
El gobierno es responsable de darle respuesta, mientras miles de familias pasan hambre los crianceros tienen la posibilidad de extender su producción muy cerca de la ciudad lo que podría proveer de alimentos de forma directa.
(nota de MASAS nº 372)