Precarizacion y flexibilizacion laboral de los trabajadores del petróleo

Los trabajadores petroleros de Neuquén, representados por el burócrata Pereyra, se encuentran a la espera de acordar sus salarios con las empresas petroleras, dado que el arreglo previo que había firmado el sindicato con los empresarios venció el 31 de mayo. El mismo consistía en una reducción salarial de un 40% a los trabajadores que no están yendo a los pozos, que son aproximadamente 17000 de los 25000 totales del sector, y el mantenimiento de la obra social, que el gremio cubriría con fondos propios.

 

Esta situación, entre otras cuestiones, es producto de la disminución de la actividad hidrocarburífera por la caída de la economía a nivel local y la crisis mundial de sobreproducción (en medio de una guerra comercial de dimensión mundial entre EEUU, Rusia y los países de la OPEP por ver quién es obligado a reducir su producción). El gobierno nacional ha establecido un subsidio para las petroleras al definir el precio del barril de petróleo criollo a US$ 45, mediante el decreto N°488/2020 del 19 de Mayo, pero para las multinacionales nunca es suficiente y pretenden aumentar sus ganancias reduciendo los costos laborales a través de la disminución del salario de los trabajadores.

 

Este último tiempo son centenares los trabajadores del petróleo que trabajan para empresas de servicio contratadas por las grandes empresas como YPF, TOTAL, CHEVRON, SHELL, que vienen siendo despedidos a través del mecanismo que en la jerga petrolera se dice “arreglo”, es decir pagar algunos meses de salario (no los que corresponden por convenio), jubilar al que tiene la edad y desvincularlos para reducir sus costos. Mecanismo que por otra parte es avalado por el gremio, cuando dice su secretario general que “1800 compañeros y compañeras se tendrán que jubilar para evitar despidos”.

 

Ante la demanda de los trabajadores, y de manera vertical y burocrática, sin consultar a las bases, Pereyra dio la orden de parar por cuatro horas el viernes 12 de junio. La medida de fuerza se llevó a cabo en las empresas que no hayan pagado los salarios o que presenten una serie de irregularidades en el mantenimiento de instalaciones y caminos o no respete los diagramas de trabajo. Las compañías tenían tiempo hasta el martes 16 de junio para cumplir con todas sus deudas. Gran parte de ellas pagaron pero hay cerca de 130 trabajadores que no cobraron sus sueldos. Esto demuestra claramente que cuando se utilizan los métodos de lucha propios de los trabajadores, como el paro, las demandas son resueltas. Lamentablemente, dirigentes como Pereyra, fiel representante de la burocracia más putrefacta del país, no las utiliza dado que es un fiel obediente de los gobiernos nacional, provincial y las empresas petroleras. Un botón sirve de muestra con estas declaraciones del burócrata: “no es un plan de lucha fuerte, sino que estamos tratando de arreglar con las empresas porque la situación es real y la comprendemos”.

 

Pereyra, como ya demostró en el acuerdo anterior donde se arrodilló ante las cámaras empresarias y les dijo a sus afiliados que prefería que les bajen el sueldo y no que los echen, busca extender este acuerdo, para lo cual se reunió el jueves 18 y viernes 19 de junio con la Federación de Cámaras de Empresas del Sector Energético del Neuquén (Fecene). En ese encuentro, Guillermo Pereyra firmó un preacuerdo con las pymes donde Fecene pudo participar a través de las Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (CEPH) y la Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales (CEOPE). En el mismo se fijó mantener este acuerdo que tendría vigencia entre el 1 de junio y el 31 de diciembre. Los trabajadores petroleros que están suspendidos serán considerados en “stand by” y se les abonará una suma mensual no remunerativa equivalente al salario básico de las escalas salariales vigentes e incluye el ítem por zona desfavorable y el diferencial de turno. Es decir se mantendrá la reducción de un 40% de su salario.  Sin embargo se trata de una fase previa, ya que la rúbrica definitiva de este preacuerdo depende de la negociación definitiva con las grandes petroleras que están en la paritaria nacional y con las cuales se reunirán la semana siguiente. Lo que Pereyra quiere incorporar en este acuerdo es que las empresas incluyan el pago de la obra social a los trabajadores, concesión que el burócrata había aceptado pagar con fondos gremiales en el anterior acuerdo.

 

Simultáneamente la Federación Argentina Sindical de Petróleo Gas y Biocombustible (FASiPeGyBio), que agrupa a los trabajadores petroleros de Mendoza, La Pampa, Tierra del Fuego, Salta y Formosa resolvió un paro de actividades por tiempo indeterminado en la rama yacimientos a partir del viernes 12 de junio, ante las permanentes dilaciones de parte de las cámaras empresarias en relación a los reclamos presentados por la paritaria 2019 y la necesaria actualización salarial. Esta organización exige el cumplimiento urgente del acuerdo pactado el 31 de mayo, la recomposición salarial de la paritaria el año pasado e iniciar la negociación 2020. El gobierno llamó a conciliación obligatoria, para establecer un acuerdo salarial con las empresas, que se realizará la semana entrante, al igual que el sindicato de petróleo de Neuquén, de Pereyra.

 

Ante todo ello decimos que es necesario resistir la precarización laboral, en la que se juegan las vidas de los obreros como lo demuestran los accidentes laborales. El debate de Vicentín nos permite plantear la importancia de la estatización de los sectores claves de la economía bajo control obrero, como lo es el sector petrolero. Se trata de un sector estratégico que debe ser expropiado sin pago y estatizado desde el pozo hasta el surtidor, poniendo en pie un monopolio estatal de la producción petrolera bajo control obrero colectivo.

 

(nota de MASAS nº 373)