Kicillof sale en defensa de la salud y la educación privadas

De la misma manera que el gobierno de Kicillof rescata financieramente a las clínicas privadas con $400 millones que provienen de los aportes de los afiliados de IOMA, a partir de este mes nos enteramos que anunció un aporte extraordinario a cuenta de $340 millones para las escuelas privadas. Dicho monto saldrá ni más ni menos que desde las arcas de la Dirección General de Escuelas.
Estas decisiones del gobernador Kicillof delatan una coordinación de políticas aplicadas en los dos sistemas. Son dos fenómenos de la misma política de reforma del Estado, junto a la reforma laboral y previsional. El carácter “nacional y popular” del gobierno no lo puede desligar de sus compromisos como administrador general de los intereses de conjunto de la clase dominante. En este sentido el gobierno de Kicillof es la continuidad de Vidal. Sin importar sus diferencias y matices los armoniza el interés común de protección de la propiedad privada, de resolver las crisis en beneficio del capital y en detrimento del trabajo.
En este terreno la burguesía viene desentendiéndose de la educación y salud pública y transfiriendo el costo a los propios trabajadores mediante el avance del sistema privado en ambos casos: en salud desde la dictadura de Onganía con el traspaso de las obras sociales al control gerencial de las burocracias sindicales como dispositivo privatizador, sumado a los laboratorios y clínicas privadas; y en educación la privatización avanza de la mano de la Iglesia y la reforma educativa del Banco Mundial.
El avance de la privatización de la salud y la educación son expresión de la descomposición de la burguesía como clase dominante, de su incapacidad para resolver su propia crisis más que descargándola sobre los trabajadores, destruyendo fuerzas productivas. Esta clase social parasitaria, expropiadora del trabajo ajeno, ya no puede tener un rol progresivo en la historia. Ha abandonado sus planteos de una educación y salud universales, de forma que esta bandera democrática solo podrá ser materializada por el proletariado bajo su propia perspectiva socialista.