No al remate de cerámica Neuquén Vamos por la estatización de toda la industria Ceramista bajo control obrero

Hace dos semanas llegó una orden de la justicia neuquina a Cerámica Neuquén que da curso al remate de la fábrica. En la misma se dispone que un martillero ingrese, incluso con la fuerza pública, para iniciar el proceso de tasación de las maquinarias de la fábrica. Esta no es la primera vez que la justicia burguesa intenta avanzar con el desalojo. Hace un año el mismo Juez Cosentino intentó hacer lo mismo, sin embargo el arco de solidaridad construido por las diferentes organizaciones sociales, sindicales, políticas y de derechos humanos-nucleadas en la Multisectorial por el NO AL REMATE impidió que se pudiese concretar.
Ante esta situación, es importante traer a la memoria la experiencia de Zanon, donde los obreros decidieron defender los puestos de trabajo, tomando la planta y poniéndola a producir ante el lock out patronal. Al igual que hoy, los obreros ceramistas contaron con el respaldo de las organizaciones que, en aquel entonces, nos encontrábamos nucleadas en la Coordinadora del Alto Valle. Nos parece importante destacar esta experiencia recorrida por la clase obrera neuquina porque nos permite poder hacer balance del camino recorrido en estos 19 años -Zanon en el 2001, Stefani en 2008 y Cerámica Neuquén en 2014- y discutir cuál es la perspectiva.
Consideramos que la situación del remate de Cerámica Neuquén, debe enmarcarse en la situación crítica que atraviesa la industria ceramista. Si bien en FASINPAT hace 10 años fue expropiada la fábrica, ello no ha solucionado el problema de raíz porque no fue estatizada sino convertida en cooperativa. Los obreros deben enfrentar el ahogo financiero del estado, la competencia desigual en el mercado capitalista, materias primas a precios dólar, imposibilidad de renovación tecnológica, boletas de gas y luz exorbitantes. Si bien hay una unidad entre los movimientos de desocupados y las cerámicas entendemos que hay que profundizarla para que la producción ceramista esté ligada a la necesidad de vivienda, cada barrio tiene que decir cuántos ladrillos, cuántos cerámicos necesita para construir sus viviendas y así que la idea de la obra pública no sea abstracta sino bien concreta.
Por ello es fundamental dar una respuesta al conjunto de las cerámicas, planteando como programa de lucha la expropiación y estatización bajo control obrero toda la industria ceramista, y hacer una fuerte campaña con esta consigna.