Balance y perspectiva de la lucha en defensa de la Universidad Pública
Este fue un año de lucha abierta contra la política del Gobierno Nacional de destrucción de la universidad pública, mediante el congelamiento del presupuesto junto a los salarios docentes. Desde el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) donde se reúnen los rectores de las Universidades se expresó el desacuerdo con la política de ajuste convocando a la marcha federal realizada en abril de este año.
La convocatoria fue masiva, incluso la CGT expresó su apoyo y adhesión a la movilización. Si bien se logró arrancar una partida presupuestaria, el ataque y el desfinanciamiento no cesó. Por lo que tuvimos todo un año de medidas. Con dos marchas federales que demostraron la disposición de estudiantes, docentes y del conjunto de los trabajadores ocupados y desocupados a movilizar en defensa de la Universidad Pública.
Las acciones de lucha y los paros de docentes se dieron durante ambos cuatrimestres. En este proceso ya se evidenciaba que, tanto los rectores nucleados en el CIN (que históricamente se han adaptado a las políticas de ajuste), como las conducciones estudiantiles y ADUNC fueron teniendo una política de unidad por arriba. No se apoyaron en las asambleas interclaustros que debatan las acciones a seguir. O en caso de hacerlo se concretó en algunas facultades afines al Frente Gremial.
En Comahue la conducción de la FUC (Federación de Estudiantes del Comahue) no tuvo una política unitaria, vinculada a las bases, reforzando la participación estudiantil mediante asambleas que tendieran a la unificación de distintas facultades. Al contrario de ello, al igual que ADUNC, intentaron desconocer las asambleas interclaustro que se gestaron principalmente en Humanidades y Trabajo Social.
Fue en el marco del proceso de lucha cuando el Gobierno de Milei decidió vetar la Ley de financiamiento universitario. Entendemos que este fue un punto de inflexión en los procesos de lucha, tanto en defensa de la universidad pública como de las luchas libradas contra el gobierno desde distintos sectores de trabajadores. Es que la Ley se vetó en un marco de profundización del ajuste y malestar por la situación económica. Además de un desgaste en las ilusiones en que el congreso pueda frenar el plan de ajuste del Gobierno.
Frente al veto los estudiantes radicalizaron las medidas de lucha dando un salto en la organización y movilización estudiantil. Se tomaron más de 100 facultades en rechazo al veto y comenzó un proceso de asambleas interfacultades, interclaustros, que apuntaban a la radicalización el plan de lucha mediante la acción directa.
Se dio un despertar en el movimiento estudiantil en base a la defensa de la universidad pública, es así que las tomas permitieron visibilizar y masificar hacia el interior de la universidad, y tuvieron el potencial para extender lazos hacia fuera de la universidad.
Sin embargo, las mismas fueron sistemáticamente boicoteadas por el Frente Gremial Universitario. Desde ADUNC lanzaron paros sin medidas, es decir que la propuesta de ADUNC fue a contramano de las tomas. El paro sin acciones de lucha deja vacía la universidad contribuyendo a debilitar las tomas. También sustituyeron las marchas nacionales en defensa de la educación pública por marchas provinciales, lo que demuestra que su plan de acción consiste en esperar al 2025 y acordar el presupuesto con los legisladores.
Para poder continuar la lucha por el presupuesto universitario y tumbar el programa de Milei y el FMI necesitamos la más amplia unidad, son las asambleas las que deben resolver las medidas de lucha. El año que viene la crisis presupuestaria se va a profundizar, es necesario que los estudiantes profundicemos el proceso de asambleas de base y movilización que tuvo lugar luego del veto a la ley de financiamiento, debemos confiar en nuestras propias fuerzas, impulsar la unidad y defender los espacios de resolución del plan de lucha desde las bases.
(Nota de MASAS n°470)