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Bolivia: Crisis económica ya está sobre la espalda de los trabajadores. Respuesta: Defensa de los derechos y lucha por más fuentes de trabajo

Este año 2025 la crisis económica está siendo soportada por las espaldas de la población trabajadora. La subida de precios es el mayor ataque, ahora comer carne de res es un lujo y productos como el arroz, el aceite y otros tienen precios altos. A la par hay despidos en varias empresas y las familias van perdiendo su fuente de ingreso. Mes tras mes el salario pierde su poder adquisitivo. Según el INE la inflación acumulada del 2024 llegó al 10%. Por lo que se ve, este año seguirán empeorando las condiciones de vida, por ello el camino acertado es luchar por un salario que cubra la canasta familiar e impedir recortes a los derechos laborales y también plantear que la explotación de los recursos naturales beneficie a los bolivianos, de lo contrario serán las transnacionales las que continúen llevándoselos.

El gobierno de Arce trata de minimizar la crisis, aprobó con maniobras el presupuesto estatal de 2025 que llega a 52,3 mil millones de dólares, pero cada año falta para atender necesidades de las regiones del país. Y lo que se observa es que seguirá endeudando al país, las reservas internacionales en efectivo cayeron a 50 millones de dólares y las reservas en oro pretenden dejarlas en prenda para préstamos. Si hay recortes afectarán a sectores como el de educación y salud donde ya faltan ítems para maestros, porteros, regentes, médicos, enfermeras, insumos, etc.

La deuda externa de Bolivia suma 13,5 mil millones de dólares, este dato es del 2023, según Fundación Jubileo. Y la deuda interna es otra cantidad similar. Según Andrónico Rodríguez la deuda externa e interna llega a 30 mil millones de dólares. El gobierno de Arce dice que ambas deudas representan el 48% del PIB, aunque, según informe del FMI de 2024, la deuda de Bolivia compromete al 80% del PIB.

En su mensaje por el bicentenario de Bolivia, el presidente Arce lanzó más promesas volviendo a decir que ellos (el MAS) van a industrializar el país. Pero eso ya no es posible porque la burguesía o empresariado boliviano no es capaz de realizar esa tarea y plantean que vengan las transnacionales, pero estas están interesadas en las materias primas y no en industrializar el país de manera integral.

Vemos que el Estado, dirigido por una política capitalista, tampoco es capaz, entrega los recursos a las transnacionales. Sus posibilidades se redujeron más aun debido a la caída de la producción de gas, a que los contratos de venta del gas con Argentina y Brasil se acabaron, a la caída de las reservas de gas, y al despilfarro.

Las promesas frustradas de industrialización hechas por los gobiernos del MAS vienen ya desde hace casi 20 años atrás y Arce las reaviva para combatir su impopularidad. Por eso anuncia la producción de biodiesel, que es un aditivo para el diésel importado, contratos para explotar el litio entregado a transnacionales de China y Rusia, la puesta en marcha del Mutún, tras cumplirse la instalación de una acería por una empresa china y finalmente la promesa de producir aceite refinado en San Julián a cargo de Emapa. Son pasitos de niño que no alcanzan para hablar de revitalizar la economía peor de industrialización seria.

Otra parte de la población vive con la incertidumbre de que vuelva la escasez de diésel y gasolina. Anotemos que el Estado importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina. Y el Gobierno ya lleva adelante una política tratando de eliminar la subvención en pequeñas dosis creando nuevas gasolinas y subiendo el precio de la gasolina premium. El 2024 ya aprobó la libre importación y comercialización de combustibles. Pero si elimina la subvención, la crisis caerá sobre las espaldas de la población porque provocará una descomunal subida de precios.

Los candidatos de la oposición plantean resolver la crisis proponiendo: eliminar la subvención a los hidrocarburos, eliminar impuestos a empresarios, a eso le llaman sincerar la economía. Plantean privatizar o cerrar empresas del Estado y ante la falta de dólares subir de precio, o sea una devaluación formal de la moneda boliviana. Recetas del viejo liberalismo privatizador que trajo despidos masivos, bajos salarios.

Frente a esta realidad corresponde luchar en defensa de todos los derechos laborales, por estabilidad laboral, por un salario que cubra los costos de la canasta familiar, por la creación de fuentes de trabajo a cargo del Estado en sus tres niveles.                 

(POR Bolivia – Masas No. 2824)