1° de Febrero extraordinaria marcha nacional contra el Gobierno, sus políticas y sus amenazas
El colectivo LGBTI fue capaz de convocar desde sus reuniones y asambleas a una marcha multitudinaria, mostrando la gran voluntad de lucha de la mayoría. La movilización fue impuesta desde las bases obligando a sindicatos y partidos a adherir y sumarse en un recorrido que continúa la resistencia del año pasado y nos recuerda los mejores momentos de participación masiva.
Nació como un repudio a los ataques de Milei contra la diversidad sexual y las mujeres en el Foro Económico de Davos y se convirtió en una multitudinaria movilización nacional que aglutinó a los sectores más golpeados por el ajuste. También se replicó en varias ciudades en el mundo. Expresó el repudio a la política antiderechos, racista, colonialista de Trump.
Tuvo un carácter político, inevitablemente, por la cantidad de sectores que se manifestaron junto a la Comunidad: los estudiantes y sus centros, familias, movimientos sociales, culturales, jubilados, trabajadores de la salud en lucha, sindicatos, partidos políticos y hasta se pudo realizar el Acto más masivo por Palestina frente a la embajada de Israel, con la columna detenida por un buen rato, con numerosas banderas palestinas cantando y gritando contra el genocidio. Cada sector se movilizó con sus propias banderas y reclamos en perfecta armonía. No hubo incidentes porque la policía no se animó a aplicar sus protocolos fascistas.
Fue una gran demostración de fuerza en unidad, la más amplia unidad de los oprimidos para derrotar la política de Milei, que solo es posible por medio de la acción directa de masas. Fue una demostración política de carácter antiimperialista, antirracista y antifascista.
Naturalmente la marcha tuvo un carácter democrático, de reclamo de la vigencia de todas las libertades democráticas, que no puede confundirse con la defensa de la democracia burguesa, del régimen que incubó y gestó a Milei y su Gobierno. Un régimen en descomposición que no tiene nada que ofrecer.
Es un peligro que semejante bronca contra el gobierno se pudiera canalizar en la ilusión de un frente electoral antiMilei como sugieren desde algunos sectores.
Lo que deja planteado esta lucha es la necesidad de debatir desde todas las asambleas, desde todos los sectores cuál es el programa que nos unifica para derrotar esta política, cómo le damos continuidad a esta movilización, cómo les exigimos a la CGT y los sindicatos que impulsen asambleas en los lugares de trabajo para preparar el próximo paro general activo.
Tenemos que debatir cómo los oprimidos encabezados por la clase obrera nos preparamos para tomar las riendas del país en nuestras manos para poner todos sus recursos al servicio de resolver los problemas más urgentes, para conquistar la soberanía nacional rompiendo todas las cadenas que nos atan al imperialismo. La clase obrera para poder liderar esa lucha necesita independizarse políticamente construyendo su propio partido revolucionario que exprese conscientemente lo que está marcando su instinto de clase.
(nota de MASAS n°474)