Sobre la salud pública y las Obras Sociales, un poco de historia
De la mano de la Revolución “Fusiladora” llega el FMI a nuestro país, con sus históricas recetas inflacionarias de devaluación, para achicar el mercado interno y aumentar el saldo exportable, casualmente de los productos de consumo masivo, los commodities: cereales carne y leche, y también para saquear a la nación entregando concesiones a las petroleras multinacionales, instalando sus fábricas de autos y camiones, y comenzando el desguace del estratégico sistema ferroviario.
El primer crédito otorgado a la Argentina llegaría recién 3 años después. ¿El objetivo? Por medio de sus programas y exigencias arrancarle al cuerpo social del país, a las mayorías nacionales, a toda la nación explotada y oprimida, las conquistas históricas adquiridas.
Para el nuevo orden establecido por Estados Unidos como nueva potencia imperialista dominante, emergente de su triunfo en la 2da. Guerra Mundial, era inadmisible que una nación atrasada como nuestro país, continuara manteniendo ese formidable sistema de Salud Pública desarrollado por ese gran Médico Sanitarista que fue el Dr. Ramón Carrillo. Así comienza en forma sutil, sin prisa pero sin pausa, el desfinanciamiento y desmantelamiento del sistema.
Es aquí en donde hay que dejar taxativamente sentado, que durante la dictadura de Onganía y compañía, les fue traspasado a la clase obrera y al resto de los trabajadores activos y jubilados, el costo de financiamiento del sistema de salud, con la creación de las Obras Sociales Sindicales para los activos, y del PAMI para los jubilados.
Estas, que se financian mes a mes con los descuentos en los haberes, no fueron ninguna conquista, sino que a consecuencia del Codobazo, se crean por “ley” como forma de empoderar a la burocracia sindical, otorgándole una caja extra de recaudación que manejándola a discreción entre otras cosas, le permitiría ahogar financieramente a las seccionales rebeldes, pero fundamentalmente como una forma de sobornar a estos parásitos, de garantizar su apoyo para el proyecto militar de estabilizarse en el poder por 20 años, proscribiendo al peronismo, esto por un lado. Y en referencia al PAMI, también creado por “ley” como caja negra para la política. La administración de la sociedad, en manos del Estado burgués, tiene el control de la recaudación a través del ANSES, que es quién maneja estos fondos, ya sea para negociar con la burocracia sindical, o en el caso del PAMI, para desviarlos discrecionalmente a donde se le antoje.
Aunque la burguesía se haya desentendido de ello, la Salud Pública es una cuestión de Estado para la nación toda, como para que la haya desmembrado, habiéndola traspasado a las provincias y municipios, como la educación. La Salud Pública debe estar firmemente centralizada bajo el estado nacional, con el presupuesto adecuado.
Pero para que esto así sea, la salud como también los seres humanos tienen que dejar de ser considerados mercancía, y no solo dejar de derivar descomunales fondos a toda la salud privada, sean sanatorios, clínicas, laboratorios o toda gran empresa ligada a esta, sino que deben ser expropiadas bajo un sistema único nacional público y gratuito, que incorpore a las obras sociales y las prepagas bajo control obrero colectivo, y que en asambleas elijan o remuevan a sus direcciones.
Tenemos que dejar sentado que los trabajadores de la salud, médicos, enfermeros, mantenimiento, técnicos, etc. son exprimidos por las grandes empresas que controlan el negocio, con sueldos miserables. Todos ellos deben ser integrados a este sistema único.
Se hace imprescindible la apertura de los libros contables de todas las empresas ligadas al sector, para saber cuántos de los cientos de miles de millones de U$D fugados a paraísos fiscales o girados como ganancias, provienen del sector, como así la abolición del secreto bancario y fiscal para comprobarlo. Merecemos una vida digna, para ello todos los trabajadores deben ganar como mínimo por una jornada simple de trabajo, el equivalente al costo de la canasta familiar, que hoy día debe rondar los $2.000.000, recién a partir de ahí podemos empezar a hablar del 82% móvil para un solo jubilado. Las tareas que se hacen imprescindibles para conseguirlo son:
• Reincorporación de todos los despedidos
• Impedir nuevos despidos
• Ajuste salarial para que el salario mínimo inicial sea el costo de la canasta familiar para jornada simple. Acá hay que aclarar que el ajuste a la baja de los salarios tiene por objetivo la migración de los trabajadores a la actividad privada, o que combinen varios trabajos.
• Garantizar la provisión gratuita de los medicamentos necesarios a todos los jubilados
(nota de MASAS n°474)