Van por la privatización del Belgrano Cargas
Con el Decreto 60/2025 Milei estableció el proceso de privatización total del Belgrano Cargas y Logística S.A., una de las 8 empresas estatales sujetas a privatización por el artículo 7 de la Ley Bases (junto a Intercargo, Enarsa, Nucleoeléctrica Argentina, Yacimientos Carboníferos Río Turbio, AySA, SOFSE, Corredores Viales).
El Ministerio de Economía y la Agencia de Transformación de Empresa Públicas se encargarán de rematar el material rodante del Belgrano Cargas y poner en concesión las vías, inmuebles y los talleres ferroviarios.
La empresa fue privatizada en 1999 por el gobierno peronista de Menem, concesionada por 30 años con un 51% de las acciones en manos de la Unión Ferroviaria. En el 2006 fue declarada en estado de emergencia y fue gerenciada por SOESA, un conglomerado de empresas liderado por Franco Macri. En 2008 se dispuso el fin de la concesión y en 2013, bajo el gobierno de Cristina Kirchner, fue intervenida y reestatizada unificando a las 3 principales líneas ferroviarias de carga: el Belgrano, el San Martín y el Urquiza.
Como explicamos en un artículo anterior, la ley de “reestatización” del kirchnerismo estableció el sistema de “vías abiertas”, el mismo que pretende utilizar hoy Milei. Cristina Kirchner pretendía responder a una necesidad de la oligarquía terrateniente y la burguesía agraria: mejorar el transporte ferroviario de granos para reducir los elevados costos que implica el transporte por camión.
La experiencia con las privatizaciones es muy reciente y ha dejado en evidencia que el capital privado no tiene ningún interés en desarrollar el país, se trata de privatizaciones para saquear, no invierten un peso, compran a precio de remate y revenden, y obtienen ganancias a partir del Estado hasta que los servicios quedan arrasados y se impone una nueva reestatización.
Las reestatizaciones burguesas también fracasaron, porque desde su origen estuvieron destinadas a salvar los negocios privados y no a desarrollar al país. Por eso decimos que la única vía para detener el ferrocidio al que asistimos hace décadas para favorecer a las multinacionales automotrices (desde el Plan Larkin, la última dictadura y todos los gobiernos que siguieron), es que la clase obrera se ponga a la cabeza, todo el sistema debe ser estatizado bajo control obrero bajo la perspectiva de un plan de industrialización que ponga en funcionamiento todos los talleres ferroviarios y se produzcan los vagones, locomotoras y vías.
(nota de MASAS n°474)