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La auto-proscripción del centrismo

Queda en evidencia desde hace ya varios años una gigantesca incomprensión por parte de los autoproclamados trotskistas acerca de la actividad que se debe llevar a cabo en el Parlamento. Indudablemente tal actividad no hace más que reflejar leyes y fuerzas más generales que desnudan en última instancia el contenido de clase de su programa, de sus organizaciones. La desorientación respecto a la intervención de los diputados y legisladores permite dilucidar su contenido no proletario, más cercano a las ya conocidas prácticas socialdemócratas con las que tan vehementemente viene delimitándose el marxismo desde hace más de un siglo.

No se descubre nada nuevo al decir que el Congreso tiene las posibilidades de alcanzar un eco, una trascendencia, como caja de resonancia, pocas veces alcanzado en cualquier otro ámbito. Las posiciones proletarias encontrarán allí las posibilidades de alcanzar un volumen y extensión pocas veces vista y está allí las enormes posibilidades de trabajo que se abren para los revolucionarios. Esta cuestión se ve varias veces multiplicada cuando es el propio Presidente, el que “comparece” en el Parlamento, lo que impone doblemente nuestra presencia. El FIT-U revelando su fisonomía volvió a ausentarse.

Es cada vez menor la resistencia que presentan los “opositores” al Gobierno de Milei: el inicio de sesiones de 2024 había sido pobremente enfrentado por el conjunto de las Cámaras; luego, el 15 de septiembre del año pasado con la presentación del Presupuesto 2025, el boicotismo del FIT-U primó y se ausentaron; en esta oportunidad más de la mitad de los legisladores y 17 gobernadores evitaron asistir. Curiosa forma de realizar “oposición”.

Así, Milei fue capaz de montar el show de inicio de sesiones legislativas el 1 de marzo a su imagen y semejanza, en Cadena Nacional (en “prime time”). Tuvo servida en bandeja las posibilidades de intervenir con un discurso prácticamente sin interrupciones ni cuestionamientos, con un coro de aplaudidores muy bien retribuidos. La escenificación del paso de comedia del inicio de sesiones se completó con la prohibición de los periodistas y fotógrafos de realizar su trabajo, encerrándolos en un ridículo “corralito” e imposibilitando que muchos de ellos incluso ingresen en el recinto, contrastando con la impunidad con la que recorrían sus pasillos los aduladores y militantes de LLA. Y el corolario fue la enorme repercusión que tomó Facundo Manes, diputado radical, tan solo por mostrar la Constitución Nacional durante el discurso presidencial.

Si la triste figura de Manes generó tal odio de Santiago Caputo, al punto de llegar a amenazarlo libremente, reflexionemos cuánto más hubiese generado la proclamación del programa obrero en esos recintos, abucheando, entorpeciendo y saboteando la basura de discurso que se estaba dando, donde solo se prometió mayor ajuste y endeudamiento. Como se ve, la ocasión era inmejorable para la presencia revolucionaria, mas no puede inventarse lo que no se tiene. La ausencia del Partido Obrero Revolucionario por su carácter embrionario resulta un precio demasiado alto al ver pasar estas insustituibles oportunidades de actuación.

Resulta poco serio el argumento que esgrime Cristian Castillo de no asistir “para no convalidar su discurso de ajuste y entrega”, más parecido a las bobadas que sostienen los Mayans o Lousteau, que a las ideas de un marxista. ¿Acaso significa que sus presencias en los anteriores inicios de sesiones desde la creación del FIT resultaron la convalidación de los ajustes de los gobiernos de Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández? El FIT-U se jacta de utilizar la tribuna parlamentaria para desenmascarar la política del Gobierno, pero ocurre exactamente lo contrario. El Congreso utiliza al FIT-U para legitimarse, limando sus contornos, domesticando sus elementos y sometiéndolos a las leyes de la democracia burguesa y a la labor positiva en las instituciones. El Congreso ha desenmascarado el contenido pequeño-burgués del centrismo.

Después de un balotaje en 2023 en el que el centrismo renunció a militar una posición de independencia de clase, siendo tributario -abierta o solapadamente- del voto a Massa, vuelve a hundirse cada vez más en las pantanosas aguas del cretinismo parlamentario, auto-proscribiéndose como oposición al Gobierno y quedando pegado a una maniobra de bajo vuelo de Unión x la Patria. Es decir, imposibilitado de una política independiente en el recinto.

Resulta fundamental en este panorama que el POR asuma las responsabilidades ante tamaña claudicación del centrismo, tomando el lugar que le corresponde por haber pronosticado el devenir de esta nefasta experiencia, blandiendo bien en alto el programa revolucionario, los métodos históricos del proletariado y la asimilación científica de la tradición marxista que nos precedió.

(Nota de MASAS n°475)