El fracaso de Milei lo lleva a tomar más deuda con el FMI
Nueva deuda fraudulenta que pagaremos todos nosotros para beneficio de muy pocos
El ajuste “más grande del mundo” contra las masas, como le gusta decir a Milei fracasó. El nivel de inversiones es bajísimo, el superávit fiscal es ficticio ya que no computa los intereses o ajustes de la deuda que creció al nivel record, provocó una profunda recesión de la que será difícil salir, y no logró acumular dólares en las reservas para poder pagar la deuda externa, con las reservas del Banco Central negativas, peor que cuando recibió el Gobierno.
Reservas negativas quiere decir que está usando dólares que son de los depositantes para venderlos a la cotización oficial.
En los últimos meses se viene produciendo una sangría permanente de las reservas del Banco Central porque para los especuladores se terminó la bicicleta financiera que les permitió tener enormes ingresos. Cuando vencen sus colocaciones en pesos la retiran, compran dólares y se los llevan.
Pero también hay una sangría por la importaciones indiscriminadas de bienes de consumo aprovechando el “dólar barato” como ya vivimos en otras épocas con nefastas consecuencias para la industria local. Esos importadores se apuran a pagar ante la posibilidad de una devaluación del peso.
Por el contrario, pese a las mayores ventajas otorgadas a los exportadores, no liquidan sus exportaciones porque esperan esa gran devaluación que les permita recibir muchos más pesos por los dólares exportados.
Pero además hay una sangría por las empresas que tomaron créditos en dólares y se apuran a cancelar con estos dólares todavía baratos. Las empresas que jugaron con sus dividendos a la bicicleta para multiplicar sus ganancias y que no quieren correr más riesgos, transforman esos pesos en dólares y los remiten a sus casas matrices. O los mantienen dolarizados. Y además hay una sangría por el turismo al exterior que creció muy fuerte aprovechando la diferencia de cambio.
Todo esto ya lo vimos y siempre termina igual, con una fuerte devaluación que se trasladará a los precios desvalorizando más nuestros ingresos.
El Gobierno está desesperado por su impotencia para conseguir dólares haciendo todas las maniobras que puede para intentar contener una sangría de divisas inevitable. Divisas imprescindibles para el país. Todos los días el Presidente y su ministro de Economía deben ir a la televisión para tranquilizar a los “mercados” diciendo que “esta vez es diferente”, que no se vayan al dólar, que le crean.
En su desesperación empezó a anunciar hace varias semanas que el FMI le podría prestar 20.000 millones de dólares para mostrar que tendría dólares suficientes para parar cualquier corrida. Sus idas y vueltas con los anuncios generaron más dudas en el “mercado” que sospecha que el FMI impondría como condición devaluar el peso.
La desesperación se acelera porque se aproximan vencimientos de deuda importantes en julio que el Gobierno pensaba refinanciar contando con que había hecho bajar el “riesgo país” a menos de 500 puntos. Hoy se encuentra arriba de los 800 como expresión de su crisis. Y vuelve a aparecer el riesgo de default de la deuda.
El Gobierno busca el apoyo desesperado del FMI para que le adelante una parte de los fondos y poder utilizarlos para pagar esa deuda de bonos Globales y Bonares. La deuda que habrá que cubrir alcanza unos U$S2.898 millones de capital y U$S1.559 millones de intereses; en total U$S4.457 millones. Caputo vuelve a mentir cuando dice que el préstamo incrementará las reservas. Al pagar esta deuda salen de las reservas. Como seguirán saliendo todos los pagos que tienen previstos las grandes empresas antes que haya devaluación.
¡Toda la deuda debe ser desconocida! ¡El programa del FMI también! El país produce todos los dólares que necesita, pero se los fugan un puñado de empresarios. Es necesario estatizar el comercio exterior para poder administrar las divisas en defensa del interés nacional, para promover a su desarrollo industrial, terminando con toda forma de especulación financiera que es saqueo de nuestro patrimonio. Y complementarlo con la estatización de todo el sistema bancario.
(nota de MASAS n°477)