Más de 9 millones de trabajadores en la informalidad
El FMI, la burguesía y su gobierno utilizan este dato para justificar su objetivo de precarizar a los trabajadores formales
El diario La Nación publica un artículo de Silvia Stang que presenta así: “El 42% de las personas que trabajan, ya sea bajo relación de dependencia o por cuenta propia, está en la informalidad. O bien, según la definición dada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), “desarrolla sus actividades al margen de las normas que las regulan””.
Según el informe del Indec entre los cuentapropistas, el índice trepa al 62,4%, yentre los asalariados la tasa de los que no tienen aportes es de 36,1%. La tasa promedio fue más elevada que a finales de 2023.
Y es más grave en la juventud: entre los ocupados que tienen hasta 29 años, el 58,7% está en la informalidad. El rubro de servicio doméstico es el que tiene la mayor tasa de informalidad laboral. Entre las mujeres la tasa de ocupación informal del 43,4% es más alta que entre los varones.
Este problema es estructural y se duplicó desde los años ´80. Es mencionado en el reciente acuerdo entre el FMI. También se menciona “… la pobreza sigue siendo elevada (especialmente entre los niños) y más de la mitad de la fuerza laboral trabaja en el sector informal”.
El FMI y la burguesía utilizan esta estadística para justificar que son necesarias “reformas encaminadas a una mayor flexibilidad para negociar salarios y para el régimen de indemnizaciones por despido a nivel sectorial” y que “se considera una reforma más amplia de los mercados laborales” como las incluidas en la ley de Bases aprobada en 2024.
La excusa de siempre es que la existencia de derechos de los trabajadores es un obstáculo para la contratación de nuevos trabajadores formales. Ya quedó comprobado que todas las ventajas otorgadas a las patronales quitando derechos no generaron más puestos de trabajo sino que avanzaron en la precarización de los que existían.
La reforma aprobada a que hace referencia el FMI como ejemplo es el “reemplazo del esquema tradicional de indemnizaciones por despido”. Según el FMI, esos cambios “deberán complementarse con una reforma del sistema tributario, así como con políticas activas del mercado laboral para apoyar la movilidad de los trabajadores hacia sectores con mayor potencial y mayor ventaja comparativa”. Para que se entienda: abaratar los despidos para obligar a los trabajadores a tomar trabajos precarios.
Dice el artículo: “En los últimos años, el empleo asalariado formal en empresas privadas prácticamente no creció… En diciembre último, según el dato más reciente disponible, la cantidad de puestos en ese segmento era muy similar a la del último mes de 2015.
Al tratarse de trabajadores sin aportes a los sistemas de seguridad social y de salud, el problema impacta con fuerza sobre el sistema previsional. Y es parte del porqué en los últimos 20 años avanzó de manera muy significativa el número de jubilaciones otorgadas por la Anses a quienes hicieron uso de moratorias, por llegar a la edad de retiro sin contar con la cantidad de contribuciones exigida por la ley. Del total de beneficios jubilatorios que están hoy en curso de pago, el 67% fue conseguido con moratoria, por pocos o por muchos aportes faltantes.
El informe revela que la tasa de informalidad más elevada es en el servicio doméstico, la falta de registro es del 77% de quienes trabajan, en la construcción 76,6%, en hoteles y restaurantes 63,2% y en comercio 51,9%.
La burguesía que tolera y promueve la informalidad debe hacerse cargo íntegramente del problema previsional que creó. Debe garantizar las jubilaciones para todos los trabajadores sin extender la edad jubilatoria. Es su responsabilidad.
Le exigimos que termine con el trabajo no registrado y con las remuneraciones no registradas; exigimos que desarrolle inmediatamente un plan de obras públicas con empresas del Estado para ocupar a cientos de miles de trabajadores y resolver las necesidades de la población; exigimos proteger a las industrias nacionales frente a las importaciones indiscriminadas; reabrir las fábricas y empresas cerradas; industrializar el país y dejar de ser exportadores de bienes primarios. Esta es la respuesta a la desocupación y precarización laboral.
La burguesía al frente del Estado no puede ni quiere hacerse cargo de esta tarea y el FMI la orienta en ese sentido. Crece el parasitismo financiero, el endeudamiento, que van desplazando y destruyendo el sistema productivo, reprimarizando la economía. Debemos terminar con la rapiña y el saqueo, debemos terminar con el poder de la burguesía, el capitalismo está agotado y sólo puede empujarnos cada vez más a la barbarie. La burguesía adopta como propio el programa del FMI que es quien gobierna. En defensa de la Nación: ¡Fuera el FMI y su nuevo acuerdo colonial! ¡Desconocer toda la deuda externa!
(nota de MASAS n°478)