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El almirante Holsey de EE.UU. visitó la colonia, siguiendo los pasos de Richardson

¡Fuera las bases militares de EE.UU. y la OTAN de toda Latinoamérica! Ruptura de todos los pactos militares con nuestro opresor

Alvin Holsey se reunió con Milei y terminó su viaje en Ushuaia. Fue a supervisar que China no esté instalando en Tierra del Fuego la Base Naval Integrada que Laura Richardson había informado. Ella estaba convencida de que China había avanzado en la construcción “de una base”, y que EE.UU. debía impedirlo.

Es parte de la disputa geopolítica entre China y EE.UU.la construcción de un polo logístico y una Base Naval Integrada en la ciudad de Ushuaia, que sería la puerta de entrada directa a la Antártida

El Gobierno asegura a Holsey que el gobierno chino no puso plata en su construcción y que las obras están paralizadas. Dice que nunca se iniciaron. EE.UU. no ofrece invertir y “simplemente quieren que los chinos no ganen terreno”. La política exterior de Estados Unidos se resume en: “keep China out” (mantenga lejos a China).

Argentina -y Latinoamérica-, son un territorio en disputa en la guerra comercial lanzada por EE.UU. La visita de Holsey se suma a la del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, con ese mismo mensaje. 

Bessent criticó a China en conferencia de prensa en Casa Rosada junto a Milei. Dijo que ese país cerró “acuerdos rapaces en América Latina y África que se presentan como ayuda, pero fueron para apropiarse de derechos mineros y añadir enormes cantidades de deuda a los balances de esos países”, y exige a la Argentina terminar con el swap que tiene con China.

En marzo de 2022, durante el gobierno de Fernández, su ministro de Defensa Jorge Taiana, visitó las instalaciones del Área Naval Austral (ANAU) y participó del descubrimiento de la piedra fundamental de las obras de la Base Naval Integrada que supuestamente se comenzaría a construir con fondos nacionales, luego hubo un obrador que puso TANDANOR (Talleres Navales Dársena Norte), pero la obra no avanzó. 

Milei paralizó la obra pública y no tiene intenciones de activar esa obra estratégica. Detuvo todas las obras que el ministerio de Ciencia y Técnica, junto con el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), que depende del CONICET, y con la Universidad de Tierra del Fuego, iban a comenzar a realizar en combinación con el Polo Logístico, para mudar el instituto Antártico Argentino que funciona en el campus de la Universidad de San Martín, en provincia de Buenos Aires. 

Holsey es un militar que viene de la marina de EE.UU. Tiene un particular interés en las cuestiones vinculadas a esa área y decidió ir personalmente a Ushuaia, aunque desde el gobierno le aseguraron que no había avances por parte de China en la construcción del polo logístico, ni de la Base Naval Integrada. Dos temas clave dominan la agenda del visitante: “la seguridad regional y la protección de rutas marítimas estratégicas”.

Fue a inspeccionar la Base Naval a orillas del canal de Beagle, que cuenta con un puerto de aguas profundas que permite su utilización por buques de gran calado, tanto civiles como militares. Con una localización privilegiada para suministrar servicios de mantenimiento y logística que faciliten el acceso a la Antártida, controlar el crucial paso bioceánico y toda la zona económica exclusiva de la Argentina.

Ese es el motivo del notable interés que EE.UU. ha demostrado por establecerse en dicha base y, en simultáneo, las presiones que ejercieron sobre el gobierno y el gobernador de Tierra del Fuego, para abortar el proyecto de construir, en colaboración con Beijing, una base en Río Grande, con acceso directo al Atlántico Sur, que potenciaría la capacidad de la Argentina para monitorear lo que hacen los ingleses en las Islas Malvinas.

Richardson, en reiteradas ocasiones, dejó en claro los intereses que EE.UU. tiene por los recursos naturales de la Argentina y también la decisión del gobierno de EE.UU. de limitar el ingreso de China.

El jefe del comando Sur informó sobre el cronograma de entrega de los 24 aviones chatarra F16 que desde la Argentina compraron dentro del programa FMS (Foreign Military Sales) que EE.UU. tiene para facilitar la venta de armamento, equipos y servicios militares a otros países.

La seguridad Argentina es amenazada por la enorme base militar que la Real Fuerza Aérea británica construyó en las islas Malvinas. Cubre un área de cien kilómetros cuadrados, alberga a unos 1200 efectivos permanentes y cuenta con dos pistas de aterrizaje (la más extensa de 2.590 metros, apta para la operación de los aviones militares de mayor peso). El Reino Unido es miembro de la OTAN, es socio y aliado fiel de EE.UU., se sospecha que podría haber militares o equipos de combate de países pertenecientes a esa organización en la base y no se puede descartar que también cuenten con cohetes con ojivas nucleares.

Sobre la “protección de las rutas marítimas estratégicas” Washington entiende por “protección” su control absoluto, no compartido, de dichas líneas de navegación. Ya vimos la ofensiva de Trump por “retomar el Canal de Panamá” para decidir quién puede y quien no puede transitar a través de él.

La lucha antiimperialista en todo el Continente contra la ofensiva del gobierno Trump debe plantear como una de sus banderas la ruptura de todos los acuerdos militares y la expulsión de las bases militares de EE.UU. y la OTAN.

(Nota de MASAS n°479)