masas-482

¡Abajo la Corte Suprema y la dictadura civil de Milei!

En defensa de la soberanía nacional: Es necesario rechazar toda injerencia de EE.UU. en la Justicia, en los medios de comunicación, en la economía, en el Gobierno

En defensa de la soberanía nacional: Es necesario rechazar toda injerencia de EE.UU. en la Justicia, en los medios de comunicación, en la economía, en el Gobierno

Comunicado del POR, 17/6/25

El miércoles nos movilizamos con estas banderas. La persecución política a Cristina Kirchner es parte de la ofensiva general del régimen político contra las libertades democráticas. Empezó el primer día de Gobierno con los protocolos represivos para impedir las movilizaciones; con la política de terminar con los sindicatos y los paros, de terminar con los convenios colectivos; de terminar con los movimientos sociales persiguiéndolos, abriendo causas contra sus dirigentes; acusando y amenazando a todos aquellos que critican al Gobierno; de habilitar a los servicios de inteligencia para espiar a los manifestantes; de reprimir brutalmente las manifestaciones de jubilados y los periodistas que registran la represión; de enjuiciar a periodistas críticos, de enjuiciar y amenazar a dirigentes políticos que se solidarizan con el pueblo Palestino acusándolos de antisemitas; de utilizar los grandes medios de comunicación para amenazar, mentir, para envenenar políticamente a la mayoría… Estamos ante un Gobierno que declara el apoyo incondicional a Trump y al Estado genocida israelí. La persecución a Cristina Kirchner es parte de esta ofensiva violenta que atenta contra todas las libertades democráticas, que afecta a la mayoría oprimida. Enfrentamos la proscripción electoral y la persecución como parte de la defensa de todas las libertades democráticas amenazadas.

Este régimen de dictadura civil es el producto del agotamiento y fracaso de la democracia burguesa. El capital financiero, las grandes corporaciones nacionales y extranjeras, que tienen el poder en nuestro país auspician y sostienen este régimen, la dictadura del capital ha quedado al desnudo como pocas veces en la historia. No es un fenómeno local, es la tendencia al autoritarismo, a la derechización, en el mundo por parte de la burguesía sus partidos y sus instituciones que empujan las tendencias bélicas en todo el mundo. Una tendencia que busca arrasar con todos los derechos y conquistas de las masas de las últimas décadas. Es la expresión de un capitalismo agotado que nos lleva a la barbarie.

Es importante tener presente este cuadro general de situación para poder debatir cuáles son los métodos, cuáles son las políticas para enfrentar al régimen y sobre todo qué clase o qué clases pueden enfrentarlo, porque ya no es posible reformar el capitalismo, porque no es posible reformar la Justicia, porque no es posible reformar al régimen. Es necesario barrer con toda esa podredumbre, con toda esa inmundicia, que destroza el país saqueándolo.

La única clase que no está atada a la gran propiedad de los medios de producción es la clase obrera, que está obligada a liderar a todos los oprimidos en esa lucha. La burguesía y la pequeña-burguesía han mostrado su incapacidad y su cobardía para defender a la Nación y los trabajadores. Terminar con la dictadura civil de Milei es terminar con el poder de las grandes corporaciones expropiándolas. 

Ese poder de las corporaciones, del imperialismo, ha instruido a sus jueces para que armen las causas necesarias para culparla, sentenciarla y si es posible meterla presa y proscribir su candidatura. La ley de “ficha limpia” tenía la misma función. EE.UU. anunció hace tres meses la prohibición de ingreso al país a Kirchner y sus hijos por “sus causas de corrupción”. Esa misma justicia es la que protege a quienes prepararon y financiaron el atentado de septiembre de 2022.

El intento de asesinato y la sentencia de la Justicia forman parte de la misma política. Clarín anticipó pocos días después del atentado «La bala que no salió y el fallo que sí saldrá». Clarín se ocupó de hacer público el fallo de la Corte semanas antes de que lo “decidieran” los jueces. Los principales diarios, radios y televisión del gran capital sincronizaron la difusión de la sentencia exigiendo a la Corte que confirme con urgencia la condena.

La Embajada norteamericana y la Cámara de Comercio Amcham intervienen abiertamente orientando la Justicia, que tienen domesticada, para condicionar a los otros poderes del Estado, difundiendo sus políticas por los grandes medios de comunicación cómplices. Deciden quién puede ser candidato y quién no. 

La Justicia es de clase, defiende a los capitalistas, defiende la gran propiedad, defiende sus crímenes contra la Nación y contra los trabajadores, y actúa como una verdadera mafia. Nunca perdemos de vista esta caracterización.

Los mayores crímenes no son juzgados o demoran el juzgamiento tantos años o décadas que impiden castigar a los responsables. Todavía hay en proceso juicios por los crímenes de la última dictadura. No han sido castigados quienes ordenaron el genocidio, quienes se beneficiaron. Blaquier murió recientemente sin ser condenado. Todos sabemos del saqueo del país y quiénes se enriquecieron a más no poder. Sin embargo no hay ningún empresario poderoso preso. Conocemos el fraude de la deuda externa pero la justicia no quiere abrir el secreto bancario, ni bursátil, ni impositivo, para determinar quiénes se fugaron las divisas. Todos sabemos que el grupo Macri no pagó la deuda del Correo desde hace más de 20 años y tiene cantidad de causas en la Justicia… Todos sabemos que Yacyretá fue el “monumento a la corrupción” pero ninguna de las empresas beneficiadas ha sido expropiada. Nunca se recuperan las fortunas que se roban del Estado.

Esa Justicia condena a Cristina Kirchner para proscribir su intervención política en cualquier cargo, ella es la Presidenta del Partido Justicialista. Quieren cerrar el camino a que Kirchner pueda volver al gobierno cuando estalle Milei. La confirmación de la condena y la proscripción es una medida claramente antidemocrática.

No decimos que no hubo corrupción. La corrupción es la excusa para proscribir. La corrupción no empezó con Kirchner, es inherente al capitalismo, y especialmente se potenció con la dictadura militar, los gobiernos de Menem y Macri se encuentran entre los más corruptos de la historia. Nadie cree que sólo hubo corrupción en la obra pública en la Provincia de Santa Cruz.

Tenemos profundas diferencias políticas con Cristina Kirchner, diferencias de clase. Es defensora del capitalismo, de la gran propiedad, bajo su Gobierno crecieron las ganancias de las multinacionales y su concentración. El gran crecimiento de la economía bajo sus mandatos no terminó con la precarización laboral. La mayor corrupción es haber pagado la deuda externa fraudulenta, decenas de miles de millones de dólares imprescindibles para impulsar la industrialización del país, para resolver obras urgentes. Bajo su gobierno no se revirtieron las privatizaciones de Menem, (Aerolíneas Argentinas, YPF y las AFJP fueron estatizaciones parciales y puntuales debido a la crisis que abrieron). No se revirtió la provincialización de la educación y la salud.

Solo habrá Justicia cuando pongamos en pie tribunales populares como representación directa de la mayoría oprimida que juzgue y castigue todos los crímenes del capitalismo. A Cristina Kirchner deberán juzgarla los oprimidos. Rechazamos cualquier intervención del imperialismo diciéndonos a quién debemos enjuiciar, a quién castigar y a quién votar.

Para impedir la proscripción de Cristina Kirchner y liberarla, y para defender la plena vigencia de todas las libertades democráticas se debe movilizar unitariamente a los oprimidos contra el imperialismo, contra las multinacionales, contra el Gobierno, contra sus medidas. La respuesta del peronismo tiene ese límite: hay que enfrentar a los más poderosos, al poder real, a los dueños del país.

Si las centrales sindicales y los sindicatos se movilizan marcharemos con ellos con estas banderas, con las reivindicaciones de los trabajadores, ayudando a hacer consciente la lucha que está planteada, para mostrar las limitaciones que tiene el movimiento y mostrando cuál es el camino para la victoria.

No es en la Justicia, no es en el Congreso, no es con discursos que se derrota la dictadura civil. Si no hay una respuesta generalizada de las masas no se puede detener la política agresiva del imperialismo que busca imponerse por todos los medios.