CERCI

Presentamos el Boletín del CERCI n°40

Es urgente resolver la crisis de dirección revolucionaria Los 90 años de historia del POR boliviano nos muestran el camino para reconstruir la IV Internacional

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En los últimos meses asistimos a un agravamiento de la crisis internacional en todos los terrenos.

El nuevo gobierno de Trump recrudeció la guerra comercial apuntando a China, pero también a sus socios más directos, pretendiendo atraer las fábricas a su país, aumentar los recursos fiscales y hacer frente a su colosal endeudamiento público y déficit presupuestario.

Su política se concentró en la persecución y expulsión masiva de inmigrantes, manifestando abiertamente sus ambiciones anexionistas sobre Canadá y Groenlandia e imponer militarmente el control total sobre el Canal de Panamá. En presionar a Zelensky sobre un acuerdo de paz en la guerra de Ucrania, que le ceda sus riquezas minerales y le abra los negocios de reconstrucción del país, ofreciendo a Rusia la posibilidad de anexar parte de su territorio. En intervenir en Oriente Medio con el objetivo de expulsar a los palestinos de la Franja de Gaza y apoderarse de ese territorio para sus propios proyectos. 

Trump avanzó fuertemente en su intervencionismo para presionar a los países para que rompan acuerdos con China. Y aceleró las tendencias belicistas, al contrario de lo que anunciaba en su campaña y en las primeras semanas de gobierno. La guerra en Ucrania que anunciaba “terminaría en 48 horas” se prolonga con más destrucción y muerte. La Unión Europea, y en particular Alemania, incentivan a Zelensky a sostener la guerra, con apoyo financiero y armamentista. Está claro que Trump y las mayores potencias europeas juegan con la paz para justificar la escalada bélica.

El imperialismo promovió el derrocamiento del gobierno sirio de Al Assad al tiempo que alimentó la política expansionista del régimen genocida israelí sobre el Líbano, Siria, Cisjordania, y la guerra contra Irán. Los bombardeos sobre las instalaciones nucleares y militares de Irán por las Fuerzas de Defensa de Israel y por los EE.UU. expresan y forman parte de la descomposición mundial del capitalismo.  El motivo alegado de impedir que Irán alcance la bomba atómica corresponde al objetivo de aplastar toda y cualquier resistencia nacional al imperialismo, cuya hegemonía es ejercida por EE.UU. desde la década de 1950. 

Por otro lado, presionó a la India para que se sume a su alianza militar en el sudeste asiático. En la reciente reunión de la OTAN EE.UU. volvió a exigir a Europa por el incremento del armamentismo y que apruebe llegar a un 5% del PBI con destino a defensa.

En la base de las fuertes tendencias a la guerra, que amenaza con transformarse abiertamente en Guerra Mundial, se encuentra la pretensión de EE.UU. de restablecer su papel hegemónico e imponer unilateralmente las reglas a todo el mundo, para salir de su estancamiento y decadencia, no tiene otro camino que alimentar el armamentismo y la guerra. Pero la descomposición capitalista excede por mucho a EE.UU., es todo el sistema que choca con sus contradicciones fundamentales que no puede resolver.

La impotencia de aquellos sectores que vieron como una victoria el alto el fuego en Gaza, que apenas detenía por un momento el horror del genocidio, es visible. Aquellos que se apuraron a cantar victoria ante la caída de Al Assad y el ascenso del gobierno del HTS en Siria sostenido por EE.UU. y Europa, los que siguen alimentando la ilusión de los “dos estados” en palestina a contramano de la lucha revolucionaria por la autodeterminación de las naciones oprimidas en Oriente Medio. Como también es visible la impotencia de los gobiernos nacional-reformistas para enfrentar las imposiciones coloniales de EE.UU.

Ante la cobardía, la impotencia y la traición de las viejas direcciones políticas y sindicales es cada vez más urgente para la clase obrera resolver su crisis de dirección revolucionaria. Todo el agravamiento de la crisis y de la lucha de clases en el mundo pone sobre la mesa que no hay otra salida que la revolución social que entierre al capitalismo agotado y en descomposición. El problema de los problemas es entonces, cómo resolvemos la dirección política de los movimientos que se abren paso como pueden, con las organizaciones que tienen, para responder a la crisis que se descarga sobre ellos y empuja a la humanidad a la barbarie. No hay posibilidad de reformas o caminos intermedios. Es obligación de los revolucionarios transformar el instinto de lucha y resistencia de las masas en expresión consciente, para ayudar a orientarlas hacia la victoria.

El CERCI (Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional) trabaja en esa perspectiva: llama a todos los revolucionarios a dar todos los pasos necesarios para construir partidos revolucionarios en cada país. Se trata de construir el programa basado en la estrategia de revolución y dictadura proletarias, única vía para comenzar a construir el socialismo, basados en el Programa de Transición y la Tesis de la Revolución Permanente. Se trata de partidos obreros revolucionarios  que se conviertan en secciones del Partido Mundial de la Revolución Socialista. Llamamos a las organizaciones y militantes de vanguardia que acuerdan con esta estrategia a trabajar en esta perspectiva, haciendo un balance de las dificultades, desviaciones y errores que bloquearon en el pasado la posibilidad de resolver esta cuestión esencial.

Ofrecemos la extraordinaria historia del POR boliviano, que cumple ¡90 años! bajo esas mismas banderas, del socialismo, del comunismo. En este número dedicamos especialmente a la campaña de Homenaje internacional a su historia consecuente que entendemos debe ser asimilada como expresión viva del marx-leninismo-trotskysmo.

30 de Junio de 2025