AMIA: pudrición de la Justicia y todo el régimen político

El atentado a la Amia fue el 18 de julio de 1994, ocasionó 85 víctimas y 300 heridos. Pasaron 27 años sin que se conozca quiénes fueron los responsables. Sí se conoce la intervención inmediata de los servicios de inteligencia de EE.UU. e Israel y su gobierno para designar a Irán como culpable y que no había nada que investigar. Los “testimonios” conseguidos en el exterior para inculpar a funcionarios iraníes carecen de toda validez, quedó al desnudo que provenían de agentes de inteligencia.

Culpar a Irán servía en ese momento al gobierno de Israel y sus secuaces de la derecha de EE.UU. para impedir que se firmara el acuerdo que restringiera y controlara su programa nuclear. Ese sector promovía una política de guerra contra Irán para que desmantelara todo avance en ese terreno. Argentina quedó en medio de ese conflicto y el sometimiento de la burguesía nacional, sus gobiernos y sus instituciones, hizo que no se pudiera investigar el atentado y que se fuera ocultando y desviando hacia los extremos más burdos y miserables. Ha sido tan manoseada la investigación que de lo único que hay certeza es de que hubo una explosión, que hubo decenas de víctimas y que hubo maniobras de distracción y encubrimiento probadas.

Menem, su servicio de inteligencia, el juez Galeano, “Fino” Palacios, Rubén Beraja de la DAIA, entre otros fueron responsables del encubrimiento del atentado. Y hasta ahora es lo único que se pudo probar. Cristina Kirchner fue una de las personas que encabezó desde el principio esa denuncia, la causa armada en su contra se parece a un escarmiento por la posición que levantó en ese momento. El juez Bonadío que llevó adelante la causa del Memorándum fue imputado en su momento por ser parte del encubrimiento al atentado a la AMIA y apartado de la investigación (paralizó esa investigación durante cinco años). Fue acusado de proteger a otros acusados, de proteger a Palacios. Asiduo concurrente a las celebraciones de la Embajada, desde donde se seguía en detalle todos los pormenores de la investigación.

La llamada causa del “Memorándum” simboliza patéticamente el grado de pudrición de la Justicia, de todo el régimen político y el papel central que ocupan los principales medios de comunicación masiva en la trama mafiosa. Hoy vuelve a ser noticia porque la justicia federal ordenó el sobreseimiento de Cristina Kirchner, el fallecido canciller Héctor Timerman y todos los imputados en la causa, al considerar que la firma del Memorándum no constituyó delito alguno. ¿Cuáles son los “nuevos hechos” que encontró la Justicia para tomar esta decisión?

– Interpol envió un informe, el 20 de octubre de 2020, diciendo que Argentina notificó la firma del Memorándum en febrero de 2013 y en la misma nota advirtió que las órdenes de captura no se alteraban. Este informe que ahora es considerado fundamental fue ofrecido por Interpol inmediatamente se conoció la denuncia del fiscal Nisman, no es nuevo. La Justicia esperó 5 años para que se conociera este hecho para mantener viva la acusación y utilizarla políticamente.

– Lo que sí es un “hecho nuevo” es que se conocieron las escandalosas visitas de los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsky a Macri en Olivos y Casa Rosada en el momento que reabrieron la causa, mostrando que los dos jueces claves en todo el proceso habían perdido hasta la apariencia de independencia (además, las visitas habían sido ocultadas). El expediente ya había sido archivado por el juez Daniel Rafecas, que había dictaminado en febrero de 2015 que no había delito en el Memorándum y hacía referencia a que era falso que se habían levantado las “notificaciones rojas” de Interpol. Previamente otros dos jueces habían rechazado la denuncia de Nisman.

La DAIA es una organización sionista que dice representar a la mayoría de las instituciones judías en el país, que representa en realidad a la ultraderecha israelí. Rubén Beraja fue su presidente cuando, asociado con Menem, armaron la maniobra de encubrimiento del atentado, para que no se supiera la verdad y se orientara a culpar a Irán, abandonando el reclamo de las víctimas.

Como presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban se reunió con Macri el 24 de junio de 2016 para tratar la causa del Memorándum. Pocos días después la DAIA se presentó como querellante en la causa del Memorándum. Luego se produjeron los encuentros de Macri con Hornos y Borinsky que validaron la presentación de la DAIA.

Toda esta trama deja al desnudo la dictadura del capital financiero internacional que utiliza a sus personajes en el país y que utiliza los métodos más terribles para obtener ganancias extraordinarias, que muestra el alcance de su poder casi ilimitado a quien los desafíe, utilizando sus inmensos recursos, aunque sean otros sectores del imperialismo o representantes de la burguesía nacional impotente a los que se enfrentan.

No hay cómo reformar la Justicia, los servicios de inteligencia, el aparato represivo. Toda esa inmundicia debe ser enviada al tacho de basura. Si así actúan contra fracciones de su misma clase, podemos imaginarnos cómo nos trata a la mayoría oprimida, nuestras organizaciones políticas, sociales, sindicales y a nuestra gente. Y no hace falta mucha imaginación, la realidad de la última dictadura los muestra de cuerpo y alma.

Los sectores de la burguesía afectados aparecen impotentes frente a estas maniobras mafiosas. Para barrer definitivamente esa lacra hace falta movilizar a las masas que aprenden a odiar a toda esa maquinaria represiva impune. Para nosotros tiene importancia esta causa por el reclamo de las víctimas de la AMIA, porque pone en el banquillo de los acusados a la Justicia y a todas las instituciones y porque estamos ante una flagrante violación de las libertades democráticas. Rechazamos toda forma de persecución política aunque sea ejercida contra un sector político que defiende la gran propiedad privada. Lo que las víctimas denominan “ausencia de estado de derecho” es en realidad la dictadura secante del gran capital de la que quedan pocas formas de democracia burguesa.

Mientras decimos esto, no olvidamos que el fiscal Nisman fue nombrado por Néstor Kirchner al frente de la unidad especial dedicada a investigar el atentado y lo contactó con Stiuso, jefe de los espías. Se sabía que el fiscal hacía revisar sus escritos por la Embajada antes de presentarlos. Tampoco olvidamos de las denuncias de los Kirchner ante las Naciones Unidas cada año contra Irán, buscando un acercamiento con EE.UU. y que Stiuso, jefe de inteligencia bajo los gobiernos kichneristas, venía desde la dictadura. Y recordamos que en el Frente de Todos están incluidos los que saludaron las persecuciones y los que callaron frente a semejante atropello. Cuánto cinismo, hipocresía y cobardía pueden convivir en una alianza política.

 

¿De qué se trata el Memorándum?

Una propuesta de acuerdo entre dos Estados, Argentina e Irán, que según el gobierno y el congreso, intentaba generar un avance en la causa que investiga el atentado a la AMIA, al permitir que el juez argentino fuese a Irán a interrogar a los acusados de esa nacionalidad. Explicaban que jurídicamente era necesario porque en Argentina está prohibido el juicio en ausencia y las leyes de Irán prohíben conceder la extradición de sus ciudadanos.

No podía haber delito, también, porque el tratado nunca entró en vigencia. Para que entrara en vigencia debía ser aprobado por ambos Estados. En la Argentina, el Memorándum se votó en el Congreso, pero Irán no aprobó el tratado en su parlamento. El fallo de ahora dice: “El Memorándum no logró completar sus requisitos de validez”. A su vez, la justicia Argentina pasó por encima del Congreso y declaró inconstitucional el Memorándum en 2015, por lo tanto ni siquiera para Argentina podría haber tenido validez.

La investigación del atentado a la AMIA “permanece detenida en el tiempo, sin avances sustantivos que permitan dar una respuesta a los familiares de las víctimas ni a la sociedad argentina” no porque no se haya efectivizado este Memorandum sino porque todas las instituciones trabajaron para bloquear una verdadera investigación. Prevaleció, desde el principio, la intervención de los servicios de inteligencia y los gobiernos extranjeros para imponer su veredicto. Ninguno de ellos quiere investigar de verdad qué sucedió, lo que también los hace sospechosos de encubrimiento.

Estamos ante un juicio a la justicia, al congreso, a los partidos políticos, a los gobiernos. Una actitud del Estado argentino de encubrimiento a los verdaderos responsables del atentado a la Amia. Una maniobra tras otra de ocultamiento. No son solo Nisman, Bonadío, Borinsky, Hornos, etc., es la pudrición de todo un sistema

Los medios de comunicación quedan relativamente afectados por todas sus mentiras y maniobras, porque siguen ocultando o deformando este fallo para contribuir a defender sus actitudes mafiosas y corruptas ante sus seguidores.

Solo la clase obrera en el poder podrá barrer con toda esa inmundicia nauseabunda.