Amenaza de golpe de Estado

Las declaraciones de Duhalde no son un pronóstico. Son una amenaza. Sus declaraciones no son un acto de locura, de desequilibrio mental, como tratan de acusarlo. No actúa por su cuenta. Es el vocero de Clarín, de la Embajada, de los grandes capitales.

Duhalde anunció: «El año que viene no va a haber elecciones«. Al conductor del programa televisivo le dice: “Vos sabes lo ridículo que suena que pienses que va haber elecciones… Argentina es la campeona de las dictaduras… Entre el ´30 al ’83 hubo catorce dictaduras militares… el que ignore hoy que el militarismo se pone de nuevo de pie en América, es porque no conoce y no sabe lo que pasa en Brasil, o en Bolivia, Venezuela o en Chile… Entonces, no va haber elecciones porque no se puede seguir así… para que haya elecciones, tienen que ser consensuada, borrar todo esto que no sirve para nada, que no va por el camino del consenso y el acuerdo… Argentina sufre un desastre tan grande que la verdad que no puede pasar algo bueno”.

Lo esencial de la amenaza golpista de Duhalde se alinea con el mensaje de la oposición ultraderechista que exige que no se toque nada de lo que han hecho en el gobierno en los últimos 4 años. Que no se toque la Corte Suprema, que no se modifique nada en el poder judicial, que no se avance con las investigaciones sobre el Estado policial que se montó (que puede llevar preso hasta Macri), que no se investiguen los negociados, que no se regulen las telecomunicaciones, que no se contradigan las decisiones de EE.UU. sobre América Latina, etc. No soportan ni siquiera estas tímidas y ultralimitadas acciones del gobierno o la justicia.

Cuando exigen que “haya consensos y acuerdo” es porque no quieren disciplinarse a leyes o medidas de gobierno que se apoyen en su mayoría de votos. Que haya consenso quiere decir que quede todo como está. Que este orden no puede ni debe ser modificado. Duhalde reclama que tienen que co-gobernar oficialismo y oposición.

EE.UU., sus multinacionales, los grandes capitales, han colonizado los servicios de inteligencia, la Justicia, los medios de comunicación, sectores políticos y sindicales, que operan a su servicio, para imponer todas sus políticas, como también hacen en otros países, y no necesitan de militares en el poder, como en el pasado. Quieren preservar todo ese avance que reduce las formas democrático burguesas a su mínima expresión, avanzando en la consolidación de verdaderas dictaduras civiles, una verdadera mafia sin control.

Es la expresión en el terreno político de la acelerada descomposición del capitalismo en todo el mundo, son las tendencias ultraderechistas que crecen.

El mensaje que le dan al gobierno es “no te metas con esto o con aquello” o vas a sufrir toda clase de sabotajes y hasta un golpe militar. No parece creíble una aventura de este tipo porque el gobierno no da ninguna muestra de querer avanzar contra la gran propiedad, pero no hay que descartar ninguna posibilidad debido al avanzado grado de descomposición y desesperación del gran capital.

¿Qué importancia tienen las elecciones legislativas del año próximo? Ante la disgregación política de la oposición es posible que el oficialismo vuelva a tener una victoria electoral importante y eso le permita un control del Congreso y que eso pudiera afectar en alguna medida el status alcanzado. Por eso Duhalde dice rotundamente “no va haber elecciones porque no se puede seguir así”, que sólo podrá haber elecciones si “consensuamos”.

De lo contrario sucederá como en los países donde avanza el militarismo o como ya sucedió tantas veces en Argentina.

Duhalde y los medios de comunicación que difunden esta orientación no dicen que detrás de todos los golpes estuvo EE.UU., en 1930, 1955, 1966, 1976, para imponer sus políticas, que detrás estuvieron la oligarquía terrateniente, los grandes capitales nacionales y multinacionales.

Deforma y miente Duhalde cuando dice «Argentina es la que más golpes de Estado tuvo y por algo los tuvo«. «Si la política no da satisfacciones…». Claro que por algo ocurrieron, siempre hay una base material que explica los golpes. Todos los golpes tuvieron como objetivo imponer una determinada orientación económica, que no satisfacía plenamente al imperialismo, o que no garantizaba contener la radicalización popular (1976).

Las declaraciones contra Duhalde rechazando sus declaraciones muestran una impotencia total frente a la derecha, frente al imperialismo, gritando “Nunca Más”.

Como siempre decimos, para que haya Nunca Más es necesario terminar con las bases materiales del golpismo. Terminar con la dominación del imperialismo sobre nuestro país expropiándolo, recuperando todas las empresas y recursos vitales para la Nación. En la medida que no resolvamos esta cuestión elemental podrá haber golpes o dictaduras civiles, una y otra vez. Es una tontería decir que “no hay lugar para golpes de Estado”.

Al golpismo se lo enfrenta y derrota con las masas en las calles, con la huelga general, enfrentando a quienes alientan el golpe. Las declaraciones, los discursos son impotentes ante cualquier tentativa de golpe. No hay ninguna democracia que defender. La democracia burguesa es la forma de la dictadura del capital. Bajo esta democracia han sido destruidas las condiciones de vida y de trabajo de las masas, avanzó el sometimiento del país al imperialismo, avanzó la concentración del capital, se entregaron los recursos y empresas vitales.

Las masas con su lucha terminaron con la dictadura, mientras los partidos políticos patronales y la burocracia colaboraban. Después del desastre de la dictadura y su traición en la Guerra de Malvinas, quedaron invalidadas para una aventura golpista, hasta que necesiten embellecerlas y prepararlas para un nuevo asalto al gobierno.

A Duhalde lo recordamos muy bien. Fue el vicepresidente de Menem, uno de los gobiernos más nefastos de la historia. Ocupó la presidencia ante el levantamiento de masas del 2001-2 que terminó con De la Rúa. Y él mismo tuvo que adelantar las elecciones por la masacre del Puente Pueyrredón.

El gobierno de Fernández utilizará esta amenaza para intentar disciplinar a las masas y regimentarlas, con la idea de que cualquier movilización o protesta de los trabajadores contra su gobierno significa un apoyo a la derecha golpista. No podemos descartar que la amenaza de Duhalde sea también una advertencia a la burguesía sobre si el gobierno será capaz de contener el malestar de las masas oprimidas que no pueden seguir soportando los golpes descargados estos últimos meses.

La clase obrera y el conjunto de los oprimidos deben independizarse políticamente de la burguesía, sus instituciones, sus partidos, en defensa de sus propios intereses. No confundimos la condena a cualquier amenaza golpista con la defensa de esta democracia burguesa que ha liquidado nuestros derechos y conquistas.

La clase obrera y los oprimidos terminaremos con todas las amenazas golpistas por medio de la revolución social que expropie a la minoría golpista que sigue detentando el verdadero poder.

26-08-2020

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