Marcha de la conciencia negra en São Paulo

Asesinato del obrero negro João Alberto Silveira Freitas transformó el Día de la Conciencia Negra en manifestaciones y revueltas

La 17ª Marcha de la Conciencia Negra tuvo lugar en São Paulo, en la Avenida Paulista. A pesar de la pandemia, los organizadores decidieron mantener el acto presencial, y su tradicional carácter festivo pronto fue reemplazado por revueltas y discursos más duros por parte de los movimientos y partidos. El cambio brusco se debió al asesinato del negro João Alberto en el supermercado Carrefour de Porto Alegre.

El acto contó con poco más de mil personas, y adquirió carácter electoral, al ocurrir en medio de la disputa por la segunda vuelta en São Paulo, con el PSOL en la carrera. Varios concejales electos, el ex candidato a la alcaldía, Orlando Silva, y los organizadores del acto cumplieron el rol de convocar a votar por Boulos, como un paso hacia la solución del problema de la opresión racial. Pudimos ver declaraciones radicalizadas en forma, pero vacías en contenido, como la de la concejala electa Erika Hilton, quien se enfureció, para decir que la salida para los negros era aumentar la representatividad en los “espacios de poder”.

El POR difundió su manifiesto y defendió, en su intervención, la raíz de clase de la opresión racial, y la construcción de un frente único, en defensa del empleo, los salarios y las condiciones sanitarias de las masas negras y del proletariado en general. Dijimos que era necesario retomar la lucha con los métodos propios de los trabajadores, pero que, para eso, era necesario abandonar las ilusiones democráticas en el parlamento y en las elecciones. Destacamos que era necesario abandonar la política de colaboración de clases.

La dirección de la marcha se vio obligada a cambiar de recorrido. En lugar de ir al Teatro Municipal, como es habitual, el acto se dirigió al Carrefour en la Av. Pamplona, ​​en la región, con la bandera de denunciar el asesinato de João Alberto.

El POR fue la única organización que levantó consignas que incluían, en su contenido, desde la defensa del trabajo y el salario de las masas negras, hasta las palabras revolución, control obrero, dictadura del proletariado, etc. Por eso, a lo largo de la marcha, nos opusieron algunos manifestantes porque “no estamos hablando del tema del acto”. Este tipo de ataque, que se ha repetido en varias ocasiones, muestra el profundo atraso político del movimiento social en el país y la presencia del autoritarismo de los representantes del reformismo. No se admite que, al defender los empleos, estemos luchando de la manera más coherente posible en defensa de las vidas de los negros explotados, que son la clase obrera y la mayoría oprimida del país. Al defender la revolución, estábamos señalando que la única salida a todas las formas de opresión es la destrucción del capitalismo y la construcción del socialismo, a través de la revolución y la dictadura proletaria. El racismo dentro del capitalismo no se acaba.

El acto llegó al Carrefour y pronto algunos manifestantes, en su mayoría anarquistas, empezaron a arrojar piedras y palos a la ventana del mercado. La dirección de la Marcha tomó las siguientes acciones: primero hizo un cordón de aislamiento, dejando fuera a algunas personas; luego empezó a decir que era un acto pacífico, y que estaba mal hacer eso, llegó al punto a defender la propiedad del capitalista; y luego, como los pedidos desesperados no surtieron efecto, decidió abandonar parte del acto, y ordenó que continuara la camioneta (vale recordar que ese fue el final de la manifestación). En un esfuerzo por salir de allí lo más rápido posible, uno de los líderes del acto gritó por el micrófono: «¡Vámonos, vámonos, déjelos ahí, la policía lo resolverá!».

En última instancia, la dirección de la Marcha entregó parte de los manifestantes negros a la policía militar. La hipocresía es tan grande que, viendo la envergadura de semejante inmundicia, otro líder tomó el micrófono, para tirar la consigna de «fin de la policía militar». No hubo más tiempo, la verborrea fue ampliamente rechazada por los manifestantes, que estaban frente al mercado. Todo indica que el temor de los organizadores era que esta acción tuviera un impacto negativo en la campaña electoral de Boulos/PSOL.

Entendemos la enorme importancia del movimiento negro en la lucha por la emancipación del proletariado, en general, de la esclavitud asalariada. Sin embargo, su dirección está corrompida por el pacifismo pequeño burgués, por el electoralismo y por sus lazos umbilicales con el PT, el reformismo del PSOL y del PCdoB. De esta manera, la posición del POR en su manifiesto, donde llamaba a las masas negras a abandonar las ilusiones democráticas y la colaboración de clases, fue completamente acertada.

En el momento en que el Manifiesto fue transformado en pronunciamiento en la tribuna del acto, y el militante del POR izó la bandera «Sólo haciendo la revolución, se puede acabar con toda forma de opresión», el acto tomó vida. Los presentes, a una sola voz, levantaron los puños y se hicieron eco de la bandera: «Solo haciendo la revolución, se puede acabar con toda forma de opresión».

 

(nota MASSAS –  POR Brasil nº 624)

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