Chubut: La política de saqueo de nuestros recursos, de los gobiernos nacional y provincial, fue derrotada en las calles

Nuevamente el objetivo es entregar la minería a las multinacionales. En este caso Pan American Silver de Canadá (proyecto Navidad). Ya tuvieron que retroceder a fines de 2019, especialmente en Mendoza con la ley que aprobaron al día siguiente de asumir el gobierno debiendo derogarla en menos de dos semanas. En aquel momento Chubut también resistió el avance. ¿Para qué quieren entregar la minería? Para exportar, para generar dólares para pagar la deuda externa fraudulenta.

No rechazamos la minería en general. Rechazamos la minería en manos de las multinacionales, rechazamos la minería que no se destina a promover la industrialización del país, que nos deja enterrados en el atraso.

Los minerales son recursos estratégicos, que se agotan, y que deben ser aprovechados para desarrollar nuestra industria, no la industria de países desarrollados. La minería debe ser estatal y bajo control obrero colectivo. Sólo la planificación de la economía en manos de la clase obrera y la mayoría oprimida puede cuidar esos recursos para su mejor destino y el cuidado del medioambiente.

Ese será el camino para crear puestos de trabajo genuinos. Los proyectos de las mineras multinacionales respaldados por los gobiernos corresponden a una política de primarización de la economía, de mantener y profundizar el atraso de la nación.

Chubut es una de las provincias con más recursos en el país, con una población reducida, con la planta de aluminio más grande de Sudamérica, con explotación pesquera, turismo, petróleo, agricultura, etc. No es cierto que sólo con la megaminería se puede resolver la cuestión del empleo en esa zona de la meseta.

Nadie mide el impacto que tiene esa explotación porque su objetivo es miserable: generar negocios para las multinacionales y generar dólares que serán destinados al pago de una deuda fraudulenta.

Esta forma de megaminería está prohibida en la mayoría de los países por los riesgos que implica. Parte de dinamitar la superficie y aplicar millones de litros de agua y químicos en piletones para poder extraer los minerales. Esos diques o piletones tienen fisuras que filtran hacia las napas subterráneas contaminándolas de forma irreversible. Las zonas donde se practica este tipo de minería se las denomina “zonas de sacrificio”.

A mediados de diciembre se sacó esa Ley que autoriza la realización de la actividad minera en la zona de la meseta central de la Provincia, en los departamentos Gastre y Telsen.

La maniobra de sacar la ley dejó al desnudo el papel del gobierno de Arcioni con bajo nivel de respaldo, que prometió bloquear las pretensiones de las mineras y ahora las impulsa, respaldado por el gobierno nacional. Y también el papel parásito y miserable del Congreso que aprobó a escondidas la Ley en una sesión que no estaba previsto públicamente su tratamiento, era una sesión especial para tratar otro tema específico.

Tuvieron 18 años para debatir y explicar las ventajas de su proyecto, pero tuvieron que hacerlo solapadamente sabiendo que estaban violando la voluntad popular. Ante la respuesta popular derogaron la Ley, pero nuevas maniobras serán pergeñadas para imponer su decisión.

Ya hubo un escándalo en 2003, con la aprobación de la nueva la ley minera cuando se pudo ver cómo le dictaban a un diputado las correcciones que había que introducir en el texto. La ley 5001 de 2003 dice:  “Prohíbese la actividad minera metalífera en el ámbito de la Provincia del Chubut, a partir de la sanción de la presente Ley, en la modalidad a cielo abierto y la utilización de cianuro en los procesos de producción minera”. Pero esa ley también dejó una puerta abierta, que abrieron ahora: “El Consejo Provincial del Ambiente determinará la zonificación del territorio de la Provincia para la explotación de recursos mineros, con la modalidad de producción autorizada para cada caso, además de la definición de las áreas en que se exceptuará la prohibición establecida por esta Ley”.

La respuesta popular inmediata, pese a la represión violenta que se desató, muestra cuál es el camino para defender los recursos, para defender la soberanía. Los grandes medios no pudieron ocultar la enorme lucha que se estaba librando. Se produjeron inmediatamente movilizaciones radicalizadas en toda la Provincia, y algunos sindicatos se sumaron parando sus actividades.

La legislatura tuvo que derogar la Ley una semana después de votada, promulgada por el gobierno y publicada en Boletín Oficial, por imposición del movimiento popular que también rechaza el llamado a plebiscito. “El pueblo ya dio su veredicto en las calles”.

No solo fue rechazo a la megaminería. Fueron los meses de atraso en los pagos de los salarios de los trabajadores estatales, la falta de insumos en los hospitales, falta de regularidad en la educación, el saqueo permanente de la deuda, a todas las formas de represión.

El gobierno, la legislatura y la justicia representan a la multinacional y los banqueros, no a los chubutenses.

Que la minería pueda ser resuelta provincia por provincia es parte de la reforma del Estado que llevó adelante Menem y que nunca fue derogada, por ningún gobierno de los que siguieron. Para facilitar que las multinacionales negocien con gobiernos provinciales más débiles política y económicamente, más fácil para avanzar con la colonización.

En los pueblos de la meseta hay sectores que creen que son ellos los que tienen que decidir sobre la entrega de la minería y que ese es el camino para salir de la pobreza. En esto se apoyan los sectores más reaccionarios. En la Meseta viven alrededor de 7 mil personas en pueblos de 600 habitantes. Pueblos sin desarrollo, sin infraestructura, sin educación, sin agua corriente, sin gas natural. La gente se calefacciona con leña en lugares donde hay nevadas impresionantes. No hay puertos, ni petróleo, ni lagos para hacer turismo. La respuesta no es entregar la minería sino desarrollar esa comarca para transformar sus condiciones de vida, la Provincia cuenta con recursos extraordinarios.

La explotación minera debe volver a ser centralizada nacionalmente para planificar su aplicación en un programa de desarrollo económico integral.

En prensas anteriores anticipamos que este sería el curso del gobierno y que estaba dispuesto a chocar con las masas en defensa de los intereses y exigencias del capital financiero.

 

(nota de MASAS nº408)

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