¡La Nación Palestina ocupada bajo el asedio criminal del fascismo yanqui sionista, vencerá!

Durante 74 años, ininterrumpidamente, las botas asesinas del imperialismo sólo han causado regueros de inimaginable horror, luto y destierro en suelo palestino.

Las últimas imágenes de la masacre perpetrada por la entidad sionista ocupante (5 al 7 del presente agosto) en la Franja de Gaza, encuentra impunes, una vez más, a los agresores.

Sin el menor disimulo se monta este descarado producto de la barbarie capitalista: un voraz robo de tierras a campesinos originarios a manos de usurpadores constituidos en “colonos”, el diario diciplinamiento de masas a punta de bombardeos, ejecuciones extrajudiciales,  secuestros, torturas a lo largo y ancho del territorio árabe palestino: Nablus, Jerusalén, Cisjordania, Haifa … un genocidio a cielo abierto que tiene a la pandilla yanqui sionista como principal verdugo e instigador de las políticas de saqueo en Oriente Medio (región de la mayor reserva de petróleo del planeta, importantes cuencas gasíferas, extensos acuíferos …).

La violencia terrorista que impone Israel sobre la mayoría palestina asediada, recuerda la crueldad del brazo ejecutor fascista alemán durante la II Guerra (1939-’45) y en el que, por su naturaleza imperialista, nada tiene que envidiar en métodos a las prácticas inhumanas y por su mezquino fin al Reich germano: invadir territorios, acaparar riquezas, establecer su férreo dominio en la zona, silenciar cualquier tipo o forma de organización.

Nada dice sobre la barbarie yanqui sionista en suelo árabe palestino, la ONU, la FIDH, la UE, Human Right. Recordemos que, como parte de las políticas expansionistas, el acuerdo Balfour establece el asentamiento inconsulto de un Estado policial en este lugar del mundo, en el que ya 4  generaciones desesperadas claman por justicia, por el fin de la rapiña y muerte como moneda de cambio.

Para darnos una idea del grado de persecución asfixiante, el despropósito asesino del ocupante sionista, recae sin piedad sobre los que, aún tibiamente, tienen la osadía de plantear los abusos diarios que sufren las masas palestinas.

Así, los perros del servicio secreto israelí acosan, reprimen y asesinan a periodistas como el repudiable crimen de Shireen Abu Akleh (Al Jazeera) y persiguen a militantes de organizaciones de derechos humanos, sin importar su procedencia.

A la bárbara limpieza étnica y la expulsión masiva de palestinos de su tierra por bandas sionistas a partir de 1948, se suma la limitación deliberada del suministro de combustible al enclave y, por lo tanto, de la electricidad. Con la presente crisis energética, las plantas de desalinización se están viendo muy afectadas, muchos hogares sufren cortes de agua durante días y los líquidos residuales no están siendo tratados, representando un riesgo sanitario de proporciones incalculables. Desde hace 15 años el feroz bloqueo a Gaza ha sido acallado por los dóciles colaboradores del imperialismo en la región, los entregadores de la noble causa palestina: la casta monárquica saudita y demás parásitos que viven de la producción y exportación de crudo a escalas multimillonarias por minuto.

En los territorios divididos por la picota imperialista (Franja de Gaza, Nablus, por ejemplo) el límite de la supervivencia llega a extremos impensados: pescadores que son impedidos de llevar el pan a su mesa, diariamente ametrallados por la cruel soldadezca sionista; niños que dejan sus estudios para dedicarse a jornadas extenuantes de trabajo precarizado, ya que muchos de sus padres han quedado incapacitados físicamente para desarrollar tarea alguna por la monstruosa y cotidiana represión israelí.

PARA TERMINAR CON LA BARBARIE ES NECESARIA LA URGENTE UNIDAD DEL PROLETARIADO PALESTINO E ISRAELÍ A LOS QUE UNEN INTERESES COMUNES DE CLASE PARA DERROTAR LA INFAME POLÍTICA DE SAQUEO IMPUESTA POR LOS DICTADORES SIONISTAS AL SERVICIO DEL CAPITAL TRANSNACIONAL MONOPOLISTA.

Sólo de esta manera será posible el retorno de miles de familias exiliadas a su tierra, el cese del genocidio más silenciado del Siglo XX y parte de lo que va transcurrido el presente.

Ningún acuerdo (como los celebrados en Oslo entre Yasser Arafat y Y. Rabin, en los ‘90) pueden garantizar la verdadera paz entre árabes e israelíes, sino a costa de maquillar el accionar sangriento de la fuerza imperialista dispuesta a destruir todo en su nefasta labor de pillaje.

La clase obrera árabe unida será quién, junto al resto de los oprimidos, derrote a los claudicantes dirigentes de la OLP, y al Estado burgués imperialista de Israel, estableciendo la revolución y dictadura del proletariado y barriendo con los personeros del colonialismo yanqui sionista.

¡POR EL DERECHO DE LAS MASAS PALESTINAS A RECURRIR A LA LUCHA ARMADA CONTRA SUS OPRESORES!

¡PONER EN PIE EL FRENTE ÚNICO ANTI-IMPERIALISTA!

¡POR LA DESTRUCCIÓN DEL ESTADO GENOCIDA Y COLONIALISTA DE ISRAEL

¡ORGANIZAR PROTESTAS CONTRA LA MASACRE DE LOS PALESTINOS EN NUESTROS PAÍSES!

¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!

¡POR LA UNIDAD SOCIALISTA Y SOVIÉTICA DE LOS PUEBLOS ÁRABES!

 

(nota de MASAS nº421)

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