Sobre la intervención de los partidos de izquierda en las elecciones burguesas

La intervención en las elecciones burguesas difiere de las intervenciones en otro tipo de organismos como los sindicatos, su naturaleza es completamente distinta. Un primer aspecto a destacar es que las elecciones en el marco de la democracia burguesa son uno de los mecanismos de legitimación del régimen de explotación de la burguesía: el capitalismo. Por ello, si una organización revolucionaria participa de esta instancia no puede intervenir sin denunciar cuál es rol de las elecciones.

En el debate con los partidos del FITU, sus militantes argumentan que está bien levantar las consignas transicionales sin explicar cómo se consiguen, “que lo mismo ocurre con las elecciones sindicales porque los sindicatos están estatizados”. NO, los sindicatos son organizaciones completamente diferentes a las legislaturas, cámaras de diputados, etc. Son organizaciones de trabajadores, donde intervenimos para fortalecerlos, no para destruirlos y debilitarlos como debería ser con el Estado burgués. El Estado burgués es producto del carácter irreconciliable de clase, es un instrumento de explotación de la clase opresora, su legislación tiene como rol fundamental defender la propiedad privada y someter a la mayoría oprimida a través de sus FFAA y sus leyes a vivir en la pobreza. En cambio, los sindicatos son frentes de clase, que surgieron como organización natural de los trabajadores, y que fueron estatizados y puestos bajo las leyes y la Constitución para intentar integrarlos. Sin embargo, los revolucionarios no intervenimos por destruir los sindicatos sino para darle otro carácter.

Un segundo aspecto es que las consignas transicionales fueron propuestas por Trotsky en el programa de Transición como un puente entre las necesidades inmediatas de la clase obrera y oprimidos y la revolución social. Por ello las consignas transicionales no pueden ser levantadas sin el método para conseguirlas: la revolución social que no será por medio de las elecciones. Estas consignas que expresan necesidades tan básicas como el acceso al trabajo con un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, el acceso a la vivienda, el reparto de las horas de trabajo, entre otras, no pueden ser conseguidas en el sistema capitalista. Justamente tienen el valor de vincular las condiciones materiales con la necesidad de terminar con la propiedad privada. Por ello, levantarlas aisladas le quita su carácter transicional y en las elecciones burguesas se transforman en una mentira, en un engaño a los explotados. Porque impulsan la idea que votando a un luchador se pueden conseguir.

Por último, queremos señalar que en la táctica de intervención en las elecciones es el momento por excelencia para hacer propaganda revolucionaria, de lo contrario, las organizaciones de izquierda quedan fagocitadas por el mecanismo de legitimación del sistema capitalista. Es decir, objetivamente son funcionales al régimen. Hacemos un llamado a toda la militancia honesta a estudiar los clásicos y a reflexionar sobre su militancia más allá de la cantidad de votos.

(nota de MASAS Nº441)

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