La clase obrera ha perdido a Gallo. Un verdadero revolucionario internacional. ¡Continuaremos esta lucha que iniciamos juntos camarada!

La clase obrera ha perdido a Gallo, un verdadero revolucionario internacional

La tarde del sábado 3 de noviembre falleció Gallo. Todavía nos cuesta creer que nuestro compañero se haya ido tan joven.
Hace sólo unos días, Gallo nos contaba cómo de niño jugaba con sus amigos en el medio de los piquetes en Cochabamba en plena Guerra del Agua. Podemos decir que la lucha de clases marcó su vida desde pequeño. El sistema educativo boliviano fue incapaz de potenciar sus capacidades y terminó expulsándolo. A cada rato este le recordaba que era parte de esa juventud a la cual el capitalismo no puede ofrecerle otra cosa más que precarización laboral y desocupación.
Fue en su adolescencia que el camarada, en medio de las chicherías y los recitales, se encuentra con las ideas revolucionarias, particularmente trotskistas. El Partido Obrero Revolucionario (POR) de Bolivia estaba realizando un
trabajo en esta juventud marginada dentro del capitalismo que encontraba en las letras de las canciones de rock el
refl ejo de su miseria y su bronca contra esta sociedad. La música, una de sus pasiones, acompañó desde ese momento su formación política en la organización Julián Apaza, que se orientaba a dar contenido político a su bronca.
Buscando un tratamiento a su enfermedad migró a Argentina, ya cargado de ideas revolucionarias y fue dando
pasos cada vez más fi rmes y seguros como militante.
Acá vivió en carne propia la crisis del sistema de salud pública que postergó por años el tratamiento de su enfermedad.
La necesidad de asistir a las citas médicas y sus problemas de vista, le hicieron imposible conseguir un trabajo en blanco. El camarada no se dejó vencer por los golpes del sistema, al contrario, lo más admirable es que comprendió que la raíz de su situación está en la crisis del capitalismo y se sumó a la construcción del partido revolucionario
para terminar con él. Fue un ejemplo de militante que no tuvo limitaciones para aportar en cualquiera ámbito que se necesite, él le ponía el pecho al trabajo, estaba donde se tenía que estar.
Su intervención en la lucha de los trabajadores de la fábrica Mariel Bolo (2013), en los cincuenta días de acampe,
le permitió ganarse el respeto de los compañeros. Al finalizar la lucha los propios trabajadores defendieron que el camarada se sume a la cooperativa que fi nalmente formaron. Sus compañeros llegaron a confi ar en él como
delegado a su federación. Vivió en carne propia las limitaciones de la cooperativa, las presiones, la inestabilidad
y se posicionó por la necesidad de dar una respuesta colectiva a los problemas del sector, señalando la necesidad de la transformación del Polo Textil en una gran fábrica estatal de costura.
Fue admirable su capacidad de enfrentar la vida, siempre arrancándonos alguna carcajada con un comentario sarcástico al fi nal del día. Dedicó sus fuerzas a la causa de la revolución, y así lo recordamos, poniendo su celular roto a escasos centímetros de sus ojos para escribir alguna nota para el boletín, siempre predispuesto a madrugar a distribuirlos. No hubo limitación física que fuera un obstáculo para su desarrollo político llegando a ser delegado al congreso partidario.
Sus posiciones y su actividad fueron fundamentales para la intervención del partido entre los obreros textiles. La
vida del camarada es una prueba de la necesidad y, fundamentalmente, la viabilidad de la revolución. Su historia
es la de la lucha por la formación de cuadros para poner en pie la Cuarta Internacional que dediquen sus vidas a la
emancipación de la clase obrera sin importar en qué lugar del mundo se encuentren. El camarada se propuso construir el partido revolucionario a donde lo llevo la vida, a la Argentina.
No hay duda que nos duele su partida, que lo vamos a extrañar, que nos hará falta, como compañero y amigo,
pero fundamentalmente como un constructor del POR. Como un hombre decidido a terminar con el sistema capitalista, decidido a dedicar su vida a la revolución. Gallo
fue un verdadero revolucionario y su trabajo militante ha sido fundamental para el desarrollo de POR. Su temprana
muerte nos recuerda la urgencia de terminar con el capitalismo y luchar por la dictadura del proletariado.
Camarada Gallo, será difícil volver a los espacios de militancia que compartíamos juntos: una movilización,
un volanteo, un piqueteo del Masas. Tu presencia nunca pasaba desapercibida. Sin embargo, así como tú lo hiciste,
obtendremos fuerzas de las ideas revolucionarias. Tus camaradas de partido hoy nos secamos las lágrimas de los ojos para mañana volver al puesto de lucha en el que te tendremos siempre presente. Terminaremos con este sistema putrefacto para levantar sobre sus escombros la sociedad comunista y así desterrar de este mundo todo tipo de opresión y miseria.

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