Masas n°347
Editorial
¡Fuera el G20!
No están representados los pueblos sino los gobiernos de los países más poderosos.
Ellos representan las guerras, el hambre, más de 200 millones de desocupados,
245 millones de migrantes, la creciente precarización de las condiciones de
trabajo, la destrucción masiva de fuerzas productivas. Ellos representan el poder
que hay que derribar para reordenar la sociedad sobre otras bases.
Esta reunión tiene especial importancia porque este año se realiza en Argentina y vienen los jefes de los gobiernos más poderosos del mundo, responsables de la opresión de la enorme mayoría de países y de miles de millones de habitantes. Son la representación política del imperialismo, de la decadencia y pudrición de esta sociedad, de las guerras, las matanzas, el hambre, las migraciones, y la desocupación y también del enriquecimiento creciente de una pequeña minoría. Por eso nuestro repudio y el de toda la población a estos bandidos.
El G20 es un Foro internacional compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
Como decíamos: un puñado de países imperialistas que oprimen a todo el mundo y algunas naciones que ellos consideran “en vías de desarrollo”.
¿Qué función cumple? Mostrar hipócritamente una convivencia, mientras están en guerra comercial entre ellos, recomendando medidas que son incapaces de aplicar o hacer aplicar. Coinciden en descargar toda la crisis sobre las masas, especialmente de las semicolonias. Originalmente, en 1999, estaba integrado por ministros de fi nanzas y presidentes de los bancos centrales de los países, convocado por iniciativa del G7 (el grupo de naciones más poderosas). La gravedad de la crisis del 2008 lo transformó también en un encuentro de presidentes y jefes de gobierno. Estos países representan el 85% del PBI mundial, el 75% del comercio y el 66% de su población.
La presidencia cambia todos los años. Argentina la ocupó este año, sucediendo a Alemania y traspasándola a Japón. Define qué país organiza cada reunión anual y los debates de los distintos temas. Pertenecer al G20 exige a las semicolonias cumplir con exigencias, como por ejemplo que todos los países sancionen una Ley Antiterrorista a la medida de sus recomendaciones y del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional), sobre lavado de dinero. El gobierno kirchnerista acató estas recomendaciones.
Veamos sus últimas recomendaciones:
En la Cumbre de Hamburgo, en 2017, los líderes acordaron “limitar el proteccionismo, comprometerse con un sistema de comercio internacional regulado y favorecer políticas que repartan los benefi cios de la globalización”. Podemos comprobar que las potencias van en sentido contrario a esta recomendación, que sólo se aplica en nuestros países, debilitando aun más nuestras economías.
En la Cumbre de Hangzhou, en 2016, habían acordado expandir el rol del G20 para establecer “una mayor cooperación global en la lucha contra la evasión de impuestos” (paraísos fiscales). Ya en la reunión de 2009 se había puesto la mira en los Paraísos Fiscales y medidas para limitar su existencia.
Por el contrario, las guaridas fiscales se han fortalecido, todas están relacionadas con los centros fi nancieros del imperialismo. También acordaron una agenda sobre “cambio climático” que es saboteada abiertamente por EEUU. o la reforma del sistema financiero mundial planteada en Washington en 2008.
Esos países poderosos integran el Directorio Ejecutivo del FMI donde pesan más sus votos, entre ellas Estados Unidos, Japón, China, Alemania, Canadá, Francia, Gran Bretaña, Italia. El nuevo acuerdo de Argentina con el FMI fue aprobado porque estos países centrales ya han brindado apoyo político al acuerdo, principalmente Trump de EE.UU. Ellos imponen las condiciones del ajuste, con un sacrifi cio extraordinario de la mayoría de la población, para garantizar el pago de la deuda externa y tratar de evitar el default. Ellos representan la opresión sobre nuestro país, son nuestros verdugos.
El G20 mostrará una vez más toda su incapacidad para resolver la crisis económica gigantesca que se prolonga por más de 10 años, que se extiende y profundiza. Este G20 mostrará una nueva etapa de crisis, el fracaso de todas las medidas adoptadas para salir de la crisis, la quiebra del proceso de “globalización” y “cooperación multilateral”, el estancamiento del comercio mundial, el creciente proteccionismo y guerra comercial.
Un proceso de ruptura y choque. El G20 no tiene cómo armonizar los confl ictos en marcha, ni las guerras.
Repudiamos toda la farsa del G20 en cuyo nombre han militarizado el país, dicen que para proteger a los líderes mundiales. Repudiamos y rechazamos la presencia de los amos del mundo. Responsables con sus políticas del avance de la pudrición capitalista que empuja a la humanidad más y más hacia la barbarie.
Denunciamos su presencia y nos movilizamos para mostrar que las aspiraciones más elementales de las masas en todo el mundo chocan con sus políticas. La movilización y actos contra el G20 debieran estar encabezados por las centrales sindicales, los sindicatos, los organismos de derechos humanos, los centros de estudiantes, los movimientos sociales, para actuar en conjunto, en nombre de todos los oprimidos del mundo aplastados por el imperialismo.