No fue el coronavirus. ¿Quién mató a Ramona?

Ramona Medina es la cara más visible y anticipada de cientos y miles de contagiados y muertos en las villas y los barrios más humildes. Era dirigente de “La Poderosa” en la Villa 31 Padre Mugica. Este mismo fin de semana también murió el Oso, muy conocido en el barrio. “Nos piden que nos higienicemos, que nos lavemos las manos, que tengamos mayor cuidado, que nos pongamos tapabocas, que no salgamos a la calle”, denunciaba desde su casa Ramona y agregando frente a las canillas secas: “¿Y con qué lo hacemos si no tenemos agua?”.

Desde el principio dijimos que los más afectados por el virus serían, como siempre, los más pobres, aquellos que viven apiñados, donde no hay posibilidad de “distanciamiento social”, donde no hay agua potable, donde no hay condiciones mínimas de higiene (muchos compartiendo un solo baño, la cocina, los platos, los vasos); donde no está garantizada la comida y la mayoría acude masivamente a los comedores; donde muchos no tienen la alimentación básica asegurada, donde muchos padecen de enfermedades y dolencias mal curadas que los exponen más al virus, donde la mayoría vive de changas, o de la venta callejera, precarizados, sin un ingreso estable, etc.

Todo esto es conocido. Y Ramona militó permanentemente la denuncia de esas condiciones, especialmente gritándole al Gobierno “¡¡¡NO HAY AGUA POTABLE!!!” en la villa ubicada a pocos metros del centro de la Ciudad, con recursos similares a los de Madrid.

¿Quién cuidará ahora de sus hijas, una discapacitada y con oxígeno, internadas?  ¿Quién es el responsable de este asesinato anunciado? Cuando una muerte es tan anticipada, tan anunciada, no podemos hablar de enfermedad y muerte. Es un asesinato y tenemos la obligación de señalar quiénes son los culpables.

Todo un sector apunta y con razón sobre el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sobre Larreta y todos los funcionarios con responsabilidad de gobierno. Entre ellos Santilli, vice jefe de la Ciudad de Bueno Aires y ex dirigente del PJ, que maneja los punteros del PRO en las villas.

Esta es la otra cara de la corrupción burguesa. Destina gran parte del presupuesto a intereses de la deuda, a reparar veredas y calles que no están rotas, a poner mil veces plantas y flores en los mismos lugares de las mismas plazas, a valorizar a las zonas más caras de la Ciudad, pero sin invertir donde es más necesario, urgente y prioritario.

Ya sabíamos que ese era el sector más vulnerable, sin embargo no llegaron con los testeos, con el aislamiento de los contagiados, con la protección de los familiares y los más cercanos. Por eso el crecimiento vertiginoso de los contagios en las últimas semanas que se esconden detrás de la estadística general.

Los responsables deberían irse del gobierno, cargan sobre sus espaldas un desastre. ¿Acaso podíamos esperar otra actitud por parte del Gobierno?

Pero hay más responsables. Dónde están los sindicatos, dónde está la CGT, las CTAs, para movilizar y parar para exigir por las condiciones de todos los compañeros del barrio. No alcanzaba con el grito desesperado de Ramona y sus compañeros.

Ellos son responsables con su pasividad de dejar hacer a los gobiernos. Debían rodearlos de solidaridad activa porque todos los habitantes de las villas y los barrios son nuestros hermanos de clase. Para arrancar al Gobierno todas las medidas urgentes para proteger las vida. Que los burócratas no hablen más de que protegen las vidas. A las vidas hay que protegerlas peleando.

Son responsables todos los politiqueros que denuncian que “no se aplicaron los protocolos” acordados. Muestra la inutilidad de las reuniones, las mesas, los proyectos de ley que ni siquiera fueron tratados por la legislatura, (y que si se hubieran aprobado tampoco se habrían aplicado). Es una muestra de su impotencia total. No es el terreno donde se resuelven las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría.

El único camino, la única respuesta, para defender la vida, los puestos de trabajo, el salario, es la acción directa de masas. ¡Hipócritas! ¡Dejen de llorar! Todos los que sostienen este régimen son responsables. ¿Cuántas pandemias tienen que pasar para que se resuelva el agua potable? Aysa recién apareció el día que se conoció su muerte, después de semanas de que la denuncia haya sido pública. La urbanización solo fueron unas cuantas latas de pintura y medidas cosméticas.

Si la clase obrera no toma en sus manos, con sus organizaciones sindicales y políticas, con los movimientos sociales, con la juventud, la defensa de la condiciones de vida y de trabajo, con los propios métodos de organización y lucha, la barbarie se abatirá sobre nosotros.

Nuestras condolencias a su familia, a sus compañeros, a sus amigos y vecinos. Ramona era una de las imprescindibles, conociendo sus debilidades no dejó nunca en organizar y militar en el barrio.

Y un escupitajo a todos los miserables que denostan a los que pelean la vida en las peores condiciones y a todos los hipócritas que no mueven un dedo para terminar de una vez con estas injusticias

20-05-2020

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