CENTRALIZACIÓN Y CONCENTRACIÓN DEL CAPITAL FINANCIERO
En estos últimos meses se menciona insistentemente quiénes son los acreedores de Argentina que nos tienen agarrados por el cuello, que amenazan con ahorcarnos si no cumplimos con sus exigencias.
El Gobierno se puso de rodillas desde antes de ganar las elecciones, reconociéndoles la deuda, que denuncia como fraudulenta, destinada a la fuga y al saqueo. ¿No es este hecho una resignación de soberanía? Le hacen repetir mil veces, “queremos pagar”, “somos pagadores”, “no queremos caer default”.
Es pura hipocresía decir como dice Alberto Fernández que “honramos las deudas”. ES UN DESHONOR PARA EL PAIS pagar una deuda contraída contra los intereses nacionales. Es un acto vergonzoso de sometimiento, que le reclaman fuertemente todos los sectores empresarios, desde los más poderosos hasta los más pequeños. Ninguno de ellos quiere romper relaciones con el capital financiero.
Entonces, ¿por qué las discusiones, los enfrentamientos, las operaciones de prensa que hacen contra el gobierno? Porque quieren todo, no quieren ninguna reducción en las tasas de interés usureras que pactaron, no les interesa en lo más mínimo que el país se hunda. Y el gobierno sabe que si les entrega todo lo que exigen, no puede gobernar, tiene que olvidarse de hacer ajustes graduales y tiene que ir al choque violento. Esos grupos van a ejercer el máximo de presión en todos los terrenos, para arrancar el mejor acuerdo.
¿Y el FMI? En este apriete contra el país Black Rock hace de policía malo y el FMI de policía bueno, que aconseja al gobierno cómo negociar sin que se rompa nada. Quieren evitar que una mala negociación pueda dejar al país en default y arrastrar a otros países que se encuentran con deudas impagables. La situación financiera mundial es extremadamente delicada y explosiva.
Pero en esta nota vamos a ver quiénes son estos tipos que tienen tanto poder, basándonos en el trabajo realizado por Magdalena Rua para El Cohete a la Luna.
Parte de los bonos que se están renegociando están en manos de fondos de inversión internacionales, como BlackRock y Fidelity. Que se encuentran entre los principales 20 fondos de inversión que concentran buena parte de la riqueza global (a través de las empresas y los bancos más importantes del mundo), los cuales, a su vez, están relacionados entre sí.
La riqueza privada global está fuertemente concentrada: el 1% de la población mundial concentra el 50% de la riqueza del planeta, es decir, la misma que el 99% restante.
Concentración es distribución del capital en pocas manos. Centralización es el control de muchos capitales por uno solo.
En una muestra de 205 empresas, las más grandes del mundo en facturación, se revela que las tres cuartas partes (158 empresas) están vinculadas entre sí, con una participación significativa, conformando una “red de organizaciones global”.
Esta “red”, a su vez, tiene una organización centralizada, con un dominante «núcleo de la red global» conformado por los administradores de fondos de inversión.
Los 20 principales fondos de inversión en el mundo, entre los que se encuentran BlackRock, Fidelity, Vanguard y State Street, poseen una participación significativa en el 61% de esas 205 firmas que mencionamos. Y 15 de estos 20 fondos tienen una participación significativa directa en otros fondos de esta misma “red”, demostrando la interconexión de este núcleo.
BlackRock posee participación sobre el 67% de las empresas estadounidenses de la muestra de las 205 empresas más grandes del mundo. Los dueños de BlackRock y Vanguard también están vinculados y se relacionan con el tercer fondo de inversión más grande de los Estados Unidos, State Street.
BlackRock es el más influyente en la integración de las “redes globales de capital”. De esas 205 empresas más grandes del mundo, posee una participación significativa directa en casi un tercio de ellas e indirecta en el 45%. Por fuera de EE.UU. y Reino Unido, participa en multinacionales financieras como por ejemplo, Deutsche Bank, AXA, UBS, BBVA, ING, Zurich Financial, Mitsubishi UFJ. En este caso, posee una participación significativa de manera indirecta en el 29% de las empresas de la muestra no estadounidenses ni británicas.
Entro los bancos privados más grandes del mundo, Bank of America, JP Morgan, Citigroup, Wells Fargo, Goldman Sachs, Bank of New York Mellon y Morgan Stanley, se encuentran entre sus accionistas a cuatro grandes fondos: BlackRock, State Street Corp., FMR (Fidelity) y Vanguard Group. Presentes en todos los bancos.
El mes pasado BlackRock ganó un contrato de la Reserva Federal de Estados Unidos para gestionar su programa de estímulo financiero (billones de dólares), pese a las acusaciones de conflicto de interés porque el programa incluye la compra de participaciones en fondos con cotización para sostener sus precios y BlackRock controla la mitad de dichos fondos en Estados Unidos.
En Argentina, BlackRock no sólo tiene interés en los bonos sino que participa del capital accionario de varias de las empresas más grandes del país:
A junio de 2019, los activos bajo administración de Blackrock sumaban 6,84 billones de dólares, el doble del PIB de Alemania y alrededor de 19 veces el PIB Argentino.
Los grandes fondos de inversión financiera (BlackRock, Vanguard, Fidelity, Franklin Templeton, PIMCO) poseen un porcentaje importante de los bonos que está negociando el gobierno y pueden condicionar el acuerdo ya que necesita la aprobación del 66 al 75% de los acreedores para poder cerrarlo.
Los grupos de acreedores más importantes de la deuda externa argentina son parte de los mismos fondos que dominan buena parte de los bancos internacionales y de las empresas más grandes del mundo.
En Argentina y todo el mundo, el principal bloqueo para desarrollar la fuerzas productivas es la propiedad concentrada y centralizada de los medios de producción en manos de un puñado de empresas cada vez más pequeño. Son todos buitres. Esta concentración del capital indica su madurez para su expropiación y conversión en propiedad colectiva.
(nota de MASAS nº 371)