masas-371

UN NUEVO GOLPE CONTRA LOS JUBILADOS

Acaba de ser decretada una nueva confiscación contra los jubilados. Anunciado con algarabía, como quien reconoce haberse salido con las suyas, los jubilados cobrarán a partir del mes de junio con un ajuste del 6,12%. Avergüenza ver cómo se festeja que el grueso de los jubilados, quienes cobran la mínima, pasarán a percibir poco más de $16,800: una condena a muerte.

 

Este 6,12% debe complementarse con el decreto de marzo que estableció un ajuste del 2,3% más $1.500 para todos los jubilados, desconociendo y suspendiendo de hecho la antigua fórmula de movilidad jubilatoria. De esta forma la jubilación mínima pasó de $14.068 en enero a $16.864 exactamente un 19,87%.

 

En el resto de las categorías las jubilaciones tuvieron ajustes mucho menores porcentualmente, por ejemplo una que cubriese la canasta familiar en enero, o sea $60.000 (que era lo mínimo que exigíamos para todos los jubilados a principio de año) tuvo un ajuste del 11%.

 

“¡Le han ganado a la inflación del año 2020!” gritan a coro los obsecuentes al Gobierno ajustador. Ocultan que no hay una sola categoría jubilatoria que le haya ganado a la ya repudiable fórmula de movilidad macrista, que hubiese sido del 24% (correspondiente a la inflación pasada). Pero aun es peor el engaño, porque si bien la inflación proyectada para el primer semestre es del 14,4% (de por sí dudosa), la inflación en el rubro alimentario a pesar de “los precios máximos” superará holgadamente el 20%.

 

Alberto Fernández arremetió en julio del 2019 en plena campaña electoral con una repudiable promesa… el 10 de diciembre impulsaría un “aumento” del 20% en las jubilaciones. Casi 6 meses han pasado del 10 de diciembre del 2019, la inflación superó el 50% desde aquellas declaraciones, y sin embargo aún no hemos llegado a la “tierra prometida”. Como se ve, en las elecciones puede prometerse el oro y el moro sin consecuencias, puede decirse cuanta tontería se quiera para ganar algunos votos, y olvidarse de las mismas ni bien se llegue al puesto deseado.

 

La pérdida del poder adquisitivo tiene nombre y apellido: generar los recursos para pagar la deuda. La lucha continúa siendo por una jubilación mínima igual al costo de la canasta familiar, hoy en más de $65.000. Y como vemos, ningún Gobierno burgués podrá cumplir este reclamo ni remotamente. El conjunto del movimiento obrero debe tomar esta, y muchas otras tareas, en sus manos para darle una solución progresiva, confiando únicamente en sus propias fuerzas, en sus propios métodos y en su propia organización.

 

(nota de MASAS nº 371)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *