Brasil │ Huelga de 20 días en Renault demostró disposición de lucha de los metalúrgicos
La burocracia sindical se valió de la lucha para negociar acuerdo de despidos, contención salarial y pérdida de derechos
El despido de 747 metalúrgicos de Renault, Paraná, fue respondido con la huelga obrera, que comenzó el 22 de julio. Luego de algunas manifestaciones y presiones sobre el gobierno, la dirigencia sindical apeló al Juzgado de Trabajo, que ordenó la reincoporación de los trabajadores despedidos. El 8 de agosto se firmó un acuerdo entre la automotriz y el sindicato, denominado “Protocolo de Entendimiento”, que tenía como objetivo poner fin a la huelga y plantea cómo se llevaría a cabo la reincorporación. Estos son los principales problemas:
1) ¿Los despedidos fueron reincorporados inmediatamente, cómo entender la orden judicial?
No. Hubo una maniobra entre la empresa y el sindicato. La reincorporación formal estuvo sujeta al Programa de Despido Voluntario (PDV), que ahora cubre toda la planta. Los 747 trabajadores metalúrgicos despedidos que acepten el PDV tendrán su contrato rescindido el 1 de septiembre. Por cada trabajador de la fábrica que firme el PDV, habrá un reemplazo de 1 despedido, que correrá a cargo de la patronal. Aquellos que no sean reemplazados serán puestos en cesantía, con un plazo inicial de 5 meses. Pasado ese plazo, si no hay forma de readmisión, habrá un nuevo convenio entre el sindicato y la empresa. Por tanto, los despedidos no volverán a trabajar con el fin de la huelga el 11 de agosto;
2) ¿Habrá pérdida salarial?
Sí. Para los reincorporados que estén en cesantía, la “bolsa habilitante” será un máximo del 85% del salario. Durante este período, la multinacional estará exenta del pago del FGTS. A partir del sexto mes, habrá un descuento proporcional.;
3) ¿Tendrá consecuencias por el reajuste en la fecha base?
Sí. La dirigencia sindical abandonó la campaña salarial durante dos años (2020 y 2021). El reajuste se sustituirá por una bonificación, a criterio de la empresa. Así, se rebajará el valor de los salarios, ya que no se incorpora el abono;
4) ¿Hubo una vulneración de derechos?
Sí. Durante la vigencia del despido, por lo tanto por suspensión de contratos, los empleados readmitidos no podrán contabilizar estos meses por vacaciones y otros beneficios;
5) ¿Fue derrotado el fabricante de automóviles en su plan de despido?
No. Al contrario, Renault extendió el PDV al sector administrativo, con el objetivo de la llamada “reestructuración”. Que determinado por el fabricante de automóviles;
6) ¿Se pagarán íntegramente los días de huelga?
No. El banco de horas, la anticipación de feriados y otros instrumentos patronales se utilizarán para descontar los 20 días de huelga.
Está claro que la huelga terminó en derrota, en el sentido de que los despidos ocurrirán obligatoriamente. Renault sabía perfectamente que el criterio de despido inicial sería impugnado por el sindicato y, más tarde, llegaría la decisión arbitral del Juzgado de Trabajo. La experiencia ha demostrado que las direcciones sindiales ya no luchan por puestos de trabajo. Su política es negociar los despidos, mediante acuerdos, por regla general, obtenidos por el mecanismo patronal del PDV.
El sindicalismo de colaboración de clases integró en sus directrices las medidas creadas por las multinacionales, como el PDV, las suspensiones, los despidos, el banco de horas y el PLR. Como resultado, los sindicatos ya no tienen su propia respuesta a los despidos y al desempleo. En el fondo de esta capitulación está el entendimiento de que no hay forma de defender el empleo, ante la “reestructuración productiva”. La única alternativa es obtener algunas ventajas económicas en el momento de los despidos masivos. El PDV cumple esta función. Otro aspecto de la capitulación se refiere al hecho de que los trabajadores que se resisten a la renuncia en una fábrica determinada están aislados, como acaba de ocurrir con Renault. Los despidos masivos, que ocurren en todo el país, no están vinculados a lo que está sucediendo individualmente en cada fábrica y viceversa. El sindicalismo de los PDV, despidos, banco de horas, etc. es una expresión política de las imposiciones de las multinacionales y del dominio del gran capital imperialista en las ramas clave de la producción nacional. Por eso, incluso los sindicatos controlados por la izquierda, que se reivindican el socialismo, como CSP-Conlutas, se sometieron y se someten al sindicalismo del PDV, ejemplo de los acuerdos con GM y Embraer.
Los veinte días de huelga, en las condiciones de la pandemia y el extraordinario crecimiento del paro, mostraron la voluntad de lucha de los metalúrgicos. Sin embargo, su dirección colaboracionista solo utilizó la resistencia a los despidos para establecer el acuerdo del PDV. Increíblemente, la reincorporación jurídica estuvo acompañada de nuevas medidas contra los obreros, como la sustitución de los reajustes salariales en 2020 y 2021, por un bono. Así, la dirección sindical abandonó la campaña salarial por dos años.
Cuando se efectivicen cientos de despidos, lo que pareció ser una victoria se revelará como una derrota. Más grave aún es que la derrota en una fábrica tan importante como Renault representa una derrota para la clase obrera en su conjunto, que necesita levantarse en la lucha por defender el empleo, los salarios y sus derechos. El convenio anti-laboral firmado por el sindicato metalúrgico, encabezado por “Força Sindical”, indica hasta qué punto la política de colaboración de clases se muestra visiblemente patronal. El propio presidente del sindicato, Sérgio Butka, declaró que “para que fuese posible, presentamos varias alternativas que posibilitan tanto los empleos como las demandas de la empresa”. Al buscar servir a «dos amos», el burócrata sirvió a la poderosa multinacional y traicionó a los obreros.
Este maldito acuerdo tuvo lugar en plena pandemia, despidos masivos, aumento del desempleo y reducción de salarios. Se selló al día siguiente del Día Nacional de Luto de las centrales. Se nota así la gravedad de la impostura de las centrales sindicales al utilizar el Día Nacional del Luto, 7 de agosto, para reforzar la pasividad de los explotados, acosados por la pandemia y golpeados por la política burguesa de aislamiento social. Justo en el momento de la necesidad de poner en marcha un movimiento por los puestos de trabajo y los salarios, los burócratas fingieron ser defensores de la vida, negándose a atacar a la burguesía en su punto más sensible, que es descargar la crisis sanitaria y económica sobre la mayoría oprimida. Los sindicatos, sin excepción, se sometieron a la MP 936, que pasó a ser la Ley 14.020. Existe un vínculo claro entre la derrota de la huelga de Renault y la posición general de las centrales, de someterse a la política burguesa de aislamiento social.
La vanguardia con conciencia de clase debe rechazar la farsa de que hubo una victoria para los trabajadores de Renault. Y defender la bandera de que «los empleos no se negocian, se defienden con lucha».
¡VIVA LA HUELGA EN RENAULT! ¡ABAJO EL ACUERDO TRAIDOR!
(12 de Agosto – POR Brasil)